Bebés nacidos en pandemia: cuánto afectó su desarrollo emocional las restricciones del COVID-19

Los niños nacidos en 2020 obtuvieron resultados más bajos en pruebas de habilidades motoras y sociales, según un reciente estudio. Lo atribuyen al estrés del los padres y no a la infección en el embarazo

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El estudio observó a 255 bebés de Nueva York. Los evaluaron al cumplir los 6 meses en busca de habilidades sociales, comunicativas y motoras (Getty)
El estudio observó a 255 bebés de Nueva York. Los evaluaron al cumplir los 6 meses en busca de habilidades sociales, comunicativas y motoras (Getty)

Los bebés nacidos durante los primeros meses de la pandemia obtuvieron puntajes ligeramente más bajos en una evaluación de sus habilidades de desarrollo que los nacidos antes de la pandemia, independientemente de si sus madres tuvieron COVID-19 durante el embarazo, reveló un nuevo estudio publicado en JAMA Pediatrics.

La investigación siguió a 255 bebés nacidos entre marzo y diciembre de 2020 en la ciudad de Nueva York, que fue el epicentro de la explosión de casos de los Estados Unidos en la primera etapa de la pandemia.

Los bebés fueron evaluados al cumplir los 6 meses de edad en busca de habilidades sociales, comunicativas y motoras. Los investigadores utilizaron un cuestionario estándar sobre su capacidad para rodar de la espalda al estómago, la frecuencia con la que balbuceaban y otros hitos.

En la mayoría de las áreas, los bebés nacidos durante la pandemia mostraron puntuaciones más bajas en comparación con los que nacieron antes. Eso era cierto tanto si nacieron de madres que habían sido infectadas con COVID durante el embarazo como si no, según detectaron los investigadores. “Los resultados pueden no ser indicativos de retrasos a largo plazo en el desarrollo”, agregaron en su escrito.

Las diferencias fueron pequeñas discrepancias en los puntajes promedio entre los bebés nacidos antes y después de que comenzara la pandemia, no incidencias más altas de retrasos en el desarrollo.

Mientras que los puntajes en habilidades sociales y habilidades motoras finas y gruesas fueron más bajos entre los bebés nacidos durante la pandemia, los puntajes en habilidades de comunicación fueron un poco más altos.

"Si las cosas continúan como están, habrá un conjunto de niños que ingresan a guarderías, preescolares y escuelas que pueden tener más necesidades de las que estamos acostumbrados”, dijeron los investigadores (Gettyimages)
"Si las cosas continúan como están, habrá un conjunto de niños que ingresan a guarderías, preescolares y escuelas que pueden tener más necesidades de las que estamos acostumbrados”, dijeron los investigadores (Gettyimages)

“¿Por qué estos niños obtienen peores resultados en lo que yo consideraría habilidades fundamentales, como las motoras, en particular?”, se preguntó dijo Sean Deoni, profesor asociado de investigación en pediatría en la Universidad de Brown, que ha realizado investigaciones sobre las habilidades cognitivas de los niños nacidos durante la pandemia, pero que no participó en el estudio de JAMA Pediatrics.

Según su visión habría esperado ver un efecto en la comunicación de los bebés porque las máscaras de los adultos ocultan sus bocas cuando hablan y los bebés han tenido una interacción social limitada debido a los encierros. Mi impresión inicial sería sobre cómo el lenguaje se vería afectado y el motor no, y estamos viendo lo contrario”, señaló Deoni.

Todos los participantes en el estudio nacieron en el NewYork-Presbyterian Morgan Stanley Children’s Hospital o el NewYork-Presbyterian Allen Pavilion Hospital, y sus puntajes se compararon con los de 62 bebés nacidos en los mismos hospitales antes de que comenzara la pandemia que también fueron evaluados a los 6 meses.

Los investigadores especularon que el estrés que experimentan las mujeres embarazadas debido a la pandemia podría explicar la disminución de las habilidades motoras y sociales de los bebés.

Pero el investigador principal del estudio, Dani Dumitriu, profesora asistente de pediatría y psiquiatría en la Universidad de Columbia y especialista en recién nacidos en el Hospital de Niños Morgan Stanley, señaló que “probablemente se debió a varios factores. Los efectos de nacer en un entorno de encierros y otros condicionantes estresantes relacionados con la pandemia en las familias que interrumpieron la infancia, como la pérdida del empleo o la vivienda inestable, probablemente también contribuyeron”.

La especialista calificó los hallazgos como una “gran sorpresa”, particularmente porque los investigadores no encontraron puntajes más bajos entre los bebés cuyas madres tuvieron COVID-19 mientras estaban embarazadas, en comparación con los bebés nacidos durante la pandemia de madres que no se infectaron. “Esperábamos que hubiera una diferencia basada en lo que se conoce de otros virus”, afirmó.

"El cerebro humano a los seis meses es extremadamente maleable y plástico, por lo que ya podemos comenzar a mitigar cualquier impacto a largo plazo”, dijeron los investigadores (Gettyimages)
"El cerebro humano a los seis meses es extremadamente maleable y plástico, por lo que ya podemos comenzar a mitigar cualquier impacto a largo plazo”, dijeron los investigadores (Gettyimages)

Mollie Wood, profesora asistente de epidemiología en la Escuela de Salud Pública Global Gillings de la Universidad de Carolina del Norte y autora principal de un editorial publicado junto con el estudio de JAMA Pediatrics, advirtió que las mujeres embarazadas no deberían ver estos hallazgos como una razón para optar por no recibir vacunados y la vacuna de refuerzo o dejar de usar máscaras”.

“Es una muestra muy pequeña -continuó-, tomada de un sistema de salud muy específico en la ciudad de Nueva York, hecha durante un período muy limitado. No es que no podamos aprender de las cosas de esa manera, pero sí habla de una porción muy pequeña de la pandemia entre las embarazadas”.

No está claro cuáles son las implicaciones de los resultados de la evaluación de seis meses. “Este lapso es un período de desarrollo muy temprano. No es un buen predictor de resultados a largo plazo -sostuvo Dumitriu-. “Es un buen predictor de lo que está sucediendo en el momento”.

Pero recopilar estos datos temprano es crucial porque brinda una “tremenda oportunidad para intervenir si resulta evidente que hay efectos nocivos a largo plazo en algunos niños como resultado de la pandemia -afirma-. El cerebro humano a los seis meses es extremadamente maleable y plástico, por lo que ya podemos comenzar a hablar a nivel de salud pública sobre qué hacer y potencialmente mitigar cualquier impacto a largo plazo”.

Deoni, cuya investigación en agosto de 2021 encontró que las interacciones reducidas debido a los bloqueos llevaron a habilidades cognitivas más bajas en los niños nacidos durante la pandemia, calificó al estudio era “muy importante. Si las cosas continúan como están, habrá un conjunto de niños que ingresan a guarderías, preescolares y escuelas que pueden tener más necesidades de las que estamos acostumbrados”, indicó.

Pero enfatizó que las familias no son impotentes. “El cerebro de los bebés -continuó-, es resistente y la acción más importante que pueden tomar los padres es participar en la vida cotidiana de sus hijos. Leerles a los niños todas las noches es una excelente manera de conectarse con ellos y ayudarlos a crecer. Si tus padres son muy interactivos contigo, si te hablan, juegan contigo, se relacionan contigo, se tiran al piso, obtendrán dividendos”, concluyó.

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