Nicaragua: decenas de contagios y muertes por coronavirus diezman a funcionarios y simpatizantes sandinistas que lo minimizaron

Diputados, ministros, alcaldes, jefes policiales y militantes han sido contagiados y hasta unos 60 de ellos habrían muerto a consecuencia de la pandemia o con síntomas relacionados a ella

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El alcalde sandinista de Masaya, Orlando Noguera (en primer plano) falleció el 1 de junio, después de ser ingresado al hospital con síntomas de COVID-19. (Foto gobierno de Nicaragua)
El alcalde sandinista de Masaya, Orlando Noguera (en primer plano) falleció el 1 de junio, después de ser ingresado al hospital con síntomas de COVID-19. (Foto gobierno de Nicaragua)

Juan Caldera, 48 años, es un empresario importador y distribuidor de pollos en Nicaragua. En el populoso mercado Oriental donde tiene su cuartel, se le conoce como “El Rey de los Pollos”. También es un reconocido militante del gobernante partido Frente Sandinista, y admirador de Daniel Ortega y Rosario Murillo. A tono con la política de minimización que el régimen de Ortega asumió ante la amenaza del COVID-19, Caldera publicó en redes sociales un video donde se burlaba de la pandemia. “Ya saben que todo el que escuche toser, plomo y pal río”, dice, imitando al narco colombiano Pablo Escobar.

El 10 de mayo pasado Caldera ingresó de urgencia al hospital, contagiado del coronavirus. Permaneció ahí 14 días, vio morir a dos de sus compañeros de habitación y pensó que de ahí saldría muerto. “Estuve a punto de morir por mi descuido, me burlé y sufrí en carne propia el virus y solo gracias a Dios estoy contando el cuento. Ahora, solo les puedo decir que tenemos que evitar aglomeraciones de gente, tenemos que evitar vivir la vida de antes, ya la vida cambió y no creo que vuelva a ser igual”, dijo Caldera en una entrevista a la revista Domingo, del diario La Prensa.

El gobierno de Daniel Ortega mantuvo una política de puertas abiertas ante la amenaza de la pandemia. No se cerraron las fronteras del país ni se estableció cuarentena, las escuelas siguen impartiendo clases presenciales a los niños y se promovieron actividades políticas, recreativas y turísticas que implicaban aglomeración de personas. Entre los funcionarios y militantes sandinistas se estableció una actitud de burla contra quienes promovían prevenciones. El Rey del Pollo no fue el único.

La diputada sandinista Rita Fletes (tercera de izquierda a derecha) participó en las visitas casa a casa que promovió el gobierno para aconsejar sobre el coronavirus. Fletes falleció el pasado dos de junio por COVID-19. (Foto publicada en 100 por Ciento Noticias)
La diputada sandinista Rita Fletes (tercera de izquierda a derecha) participó en las visitas casa a casa que promovió el gobierno para aconsejar sobre el coronavirus. Fletes falleció el pasado dos de junio por COVID-19. (Foto publicada en 100 por Ciento Noticias)

El diputado sandinista Edwin Castro se burló en marzo de los diputados opositores que se presentaron al parlamento con mascarillas. Actualmente el diputado Castro tiene cuatro semanas de no asistir a los plenarios de la Asamblea Nacional y dos directivos confirmaron que padece de Covid-19. Otros seis diputados sandinistas también han dejado de llegar al parlamento.

La diputada suplente Rita Fletes falleció la madrugada del 2 de junio pasado, después de permanecer varios días con síntomas del coronavirus Covid-19. Fletes participó en las visitas casa por casa que organizó el gobierno para dar consejos sobre la pandemia. Esta iniciativa fue ampliamente criticada por especialistas, porque lejos de combatir el contagio, lo promovía al propiciar el contacto físico. La vicepresidenta Rosario Murillo aseguró que se hicieron 5.200.000 visitas en toda Nicaragua, durante cuatro ciclos.

El diputado Edwin Castro (de espaldas) cuando se burlaba de los diputados opositores que llegaron con mascarillas al parlamento. (Foto cortesía La Prensa)
El diputado Edwin Castro (de espaldas) cuando se burlaba de los diputados opositores que llegaron con mascarillas al parlamento. (Foto cortesía La Prensa)

El primero de junio falleció el alcalde sandinista de Masaya, una importante ciudad vecina de Managua, después de ser ingresado de emergencia con síntomas de COVID-19. En su tradicional alocución diaria, Rosario Murillo confirmó la muerte del alcalde, aunque no mencionó la causa. A Noguera se le acusa de haber dirigido las operaciones limpieza que fuerzas paramilitares ejecutaron en Masaya contra los ciudadanos que se rebelaron al gobierno a partir de abril de 2018.

El semanario Confidencial calculó en 60 los altos funcionarios “del gobierno de Daniel Ortega y del partido (Frente Sandinista), fallecidos en las últimas semanas, en el contexto de la pandemia de covid-19”, entre los que señala ministros, asesores presidenciales, embajadores, diputados, alcaldes, comisionados de la Policía, y líderes territoriales del Frente Sandinista

El semanario digital dice que registró “al menos doce (muertes), vinculadas también a enfermedades preexistentes, entre ellos el director del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), Orlando Castillo; el director por Nicaragua ante el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Armando Navarrete; el asesor presidencial para la Participación Ciudadana, Rodolfo Delgado Romero; el ambientalista y presidente del Foro Nacional de Reciclaje (Fonare), Kamilo Lara; el director general de Políticas y Estadísticas Fiscales en el Ministerio de Hacienda, Francisco Abea; la presidenta de la Asociación Nacional de Educadores de Nicaragua (ANDEN), Ninet Machado Escobar, y el presidente del Tribunal Aduanero, Tributario y Administrativo, Marlon Brenes Vivas”.

Juan Caldera es un empresario defensor del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a tal punto que se dio a hacer camisas con las fotos de ambos. (Cortesía)
Juan Caldera es un empresario defensor del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a tal punto que se dio a hacer camisas con las fotos de ambos. (Cortesía)

La gente que esta alrededor de El Carmen (casa presidencial), o del poder, es gente que se infestó tempranamente por la imprudencia, por querer quedar bien con sus jefes, gente imprudente que andaba quintando incluso mascarillas, prohibieron el uso de la prevención, fue imprudencia y ahí tienen el resultado” señala el sociólogo Cirilo Otero.

El epidemiólogo nicaragüense Álvaro Ramírez dice que “el error político del gobierno es haber perdido una oportunidad de liderazgo social por haber estigmatizado la epidemia como un problema del golpismo y de la derecha por eso les está costando tantos militantes”.

Que la pandemia haya golpeado de forma particular a este grupo que desatendió las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), demuestra según el doctor Ramírez la eficacia del distanciamiento físico y la prevención. “La cuarentena reduce el factor de transmisibilidad de cuatro a seis por cada infestado a menos de uno que sería una tasa de infestación o propagación más manejable para el sistema de salud”, dice desde Irlanda, donde reside.

El especialista advierte que Nicaragua aún está a las puertas de lo peor. “La epidemia no ha terminado y en las próximas semanas tomará un giro diez veces más violento que el que hasta ahora se ha observado”, dice. “El umbral de reacción social se empezará a notar cuando acumulemos de seis mil a ocho mil muertos”, vaticina y calcula, ante la poca confianza de las estadísticas oficiales, que en estos momentos Nicaragua acumula unos dos mil muertos por el coronavirus.

“Me burlé del COVID y estoy pagando las consecuencias”, confesó el empresario sandinista Juan Caldera, después de estar a punto de morir a consecuencia del coronavirus. (Cortesía)
“Me burlé del COVID y estoy pagando las consecuencias”, confesó el empresario sandinista Juan Caldera, después de estar a punto de morir a consecuencia del coronavirus. (Cortesía)

Hasta este martes, según el gobierno, Nicaragua acumulaba 1,464 casos y 55 muertos por COVID-19, mientras el Observatorio Ciudadano, calculaba en su conteo paralelo, para el 10 de junio, 4,971 casos y 1, 398 muertes por la pandemia.

El sociólogo Otero asegura que la politización de la pandemia la promovió Rosario Murillo, pero alcanzó también a los opositores. “Fue una torpeza politizar una realidad de salud sobre la que se tenía mucha información”, dice y resume los resultados en dos palabras: grave y desastroso. “La politización le bajó el gas al peligro de salud y a las consecuencias de la pandemia, y eso nos ha llevado a una situación que no sabemos qué resultados tendrá en los meses siguientes. La gente se llenó de una valentía tonta, políticamente hablando, de los dos lados, opositores y gubernamentales, por contradecir, por desobedecer”.

Para el doctor Leonel Argüello, epidemiólogo, “los problemas técnicos se resuelven con técnicas no con política”. Y pone un ejemplo: “Es como que, si vos tuvieras una apendicitis y tenga que operarte, pero que, en vez de esto, te doy un discurso. ¿Cuál será el resultado? Se te reventaría el apéndice y luego viene una peritonitis que es infección en el abdomen y luego el schock infeccioso o séptico y la muerte”.

“La medicina y la política son ciencias, ambas son para resolver, pero la primera se basa en evidencia científica no en experiencia personal”, dice Arguello.