UNICEF alerta de que más del 50% de los menores de cinco años sufren desnutrición aguda en Um Baru, Darfur Norte

Más de la mitad de los niños pequeños en Um Baru enfrentan un estado crítico por falta de alimentos, según un informe reciente, lo que supera con creces los parámetros internacionales y eleva la preocupación por un colapso humanitario inminente

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"Cuando la desnutrición aguda grave alcanza este nivel, el tiempo se convierte en el factor más crítico", señaló Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF, durante su evaluación de la situación nutricional de la infancia en Um Baru. Russell explicó que los niños y niñas de ese enclave sudanés se encuentran en circunstancias extremadamente delicadas y requieren ayuda inmediata para sobrevivir. Según informó UNICEF este martes, la emergencia supera notablemente parámetros internacionales y plantea la urgencia de una intervención humanitaria.

De acuerdo con UNICEF, más de la mitad de los niños menores de cinco años en Um Baru, localidad situada en la región sudanesa de Darfur Norte, sufren desnutrición aguda, cifra que triplica el umbral de emergencia establecido por la Organización Mundial de la Salud. El medio detalló que el reciente estudio, realizado entre el 19 y el 23 de diciembre sobre casi 500 niños y niñas sudaneses, identificó que el 53 por ciento afronta desnutrición aguda, mientras que uno de cada seis niños se encuentra en una situación de desnutrición aguda grave. Este último grupo corre un riesgo vital, ya que podría fallecer en pocas semanas si no recibe tratamiento especializado.

La presencia masiva de desplazados internos en Um Baru, consecuencia directa del control militar impuesto por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) tras la toma de El Fasher —capital regional— a finales de octubre, ha exacerbado el estrés humanitario existente. Según publicó UNICEF, numerosas familias se vieron obligadas a abandonar sus hogares después de que las RSF perpetraran ataques que incluyeron ejecuciones, secuestros y violaciones, generando una población infantil sin protección adecuada y expuesta a constantes riesgos.

La gravedad de la crisis se refleja también en la tasa bruta de mortalidad, que según consignó UNICEF, ya alcanza niveles de emergencia en Um Baru. La organización aclaró que muchos de los niños desplazados no recibieron vacunas básicas, como la del sarampión, ni tienen acceso a tratamientos preventivos esenciales, situación que agrava su vulnerabilidad ante enfermedades infecciosas y empeora sus posibilidades de recuperación.

UNICEF indicó que en Darfur Norte, cerca de 85.000 niños padecen desnutrición aguda grave y han sido admitidos en centros de tratamiento respaldados por Naciones Unidas hasta noviembre de este año. Esta cifra convierte a la región en el principal foco de la crisis nutricional en Sudán. La institución solicitó a todas las partes en conflicto y a los países que ejerzan influencia sobre ellas, que faciliten sin demoras un acceso humanitario seguro y sin restricciones. El objetivo es garantizar la llegada de insumos y personal de socorro a las áreas afectadas y brindar asistencia alimentaria, médica y de protección a mujeres, niños y familias atrapadas por el enfrentamiento armado.

UNICEF también reclamó un alto el fuego que haga posible la entrega segura de ayuda, subrayando que cada día que pasa sin acceso seguro incrementa la posibilidad de que se produzcan más muertes y sufrimiento por causas evitables. Russell enfatizó la importancia de que quienes tienen capacidad de decisión prioricen la vida y el bienestar de los menores sudaneses en Um Baru y otras zonas afectadas.

El conflicto sudanés, detalló UNICEF, se originó a raíz de desacuerdos en el proceso de integración del grupo paramilitar RSF en las Fuerzas Armadas de Sudán. Estas tensiones frustraron la transición que había arrancado tras la destitución de Omar Hasán al Bashir en 2019. El proceso de transición sufrió otro golpe en 2021, cuando un golpe de Estado derrocó al entonces primer ministro Abdala Hamdok. La situación degeneró en una guerra abierta apoyada por varios actores internacionales, que ha traído consigo desplazamientos masivos, una crisis sanitaria y el colapso de infraestructuras críticas, dificultando la atención a cientos de miles de personas afectadas.

La comunidad internacional ha expresado su alarma ante la dimensión del desastre, según publicó UNICEF, quien subrayó que la combinación de violencia, desplazamiento y debilidad institucional aumenta el riesgo de propagación de enfermedades infecciosas, empeorando la situación de una población ya sumida en una emergencia humanitaria de grandes proporciones.