¿Árbol natural o artificial para Navidad? La UNAM da los pros y contras de cada opción

La elección entre adornos de origen vegetal o sintético genera debate por sus efectos en el medio ambiente

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La producción de árboles naturales
La producción de árboles naturales ofrece beneficios ecológicos como refugio para fauna y captura de carbono, según la UNAM. (CRISANTA ESPINOSA AGUILAR /CUARTOSCURO)

El impacto ambiental de los árboles navideños, sean naturales o artificiales, se ha convertido en un tema central en las fiestas decembrinas. Elegir entre las distintas opciones implica preguntarse por las consecuencias ecológicas de cada una, desde su producción hasta su disposición final.

La decisión entre árboles naturales y artificiales afecta no solo al ambiente inmediato, sino que también repercute en el consumo de recursos y en la generación de residuos.

Producción y traslado de árboles naturales: beneficios y efectos colaterales

De acuerdo con UNAM Global, los árboles naturales como pinos y abetos suelen cultivarse en plantaciones bajo regulación. Estos cultivos, durante su vida útil de cinco a diez años, ofrecen refugio a la fauna, contribuyen a la recuperación de suelos, filtran agua y capturan carbono. Además, proveen oxígeno y ayudan a mantener la humedad ambiental, explica Daniel Piñero Dalmau, del Instituto de Ecología de la UNAM.

Aun así, el proceso de producción conlleva el uso de fertilizantes para estimular el crecimiento. Estos insumos liberan CO2, sumando emisiones a la atmósfera. También el transporte resulta relevante: en México, en 2021, se vendieron dos millones de árboles naturales, pero más de la mitad llegaron de Estados Unidos y Canadá. El traslado de largas distancias incrementa la huella de carbono.

La Comisión Nacional Forestal recomienda siempre optar por ejemplares provenientes de bosques nacionales certificados y depositarlos en centros de acopio para compostaje.

Árboles artificiales: fabricación y destino final

Los árboles artificiales solo equilibran
Los árboles artificiales solo equilibran su impacto ecológico si se reutilizan durante al menos veinte años, advierten expertos. (Imagen ilustrativa Infobae)

La producción de árboles navideños artificiales implica procesos industriales que arrancan con la obtención de una película de PVC mediante calandrado, como describe Carlos Antonio Rius Alonso, de la Facultad de Química de la UNAM. La fabricación puede generar entre 10 y 20 toneladas diarias de este material, que luego se ensambla con metal para crear las ramas y el tronco del adorno.

Este tipo de árbol puede durar más de veinte años si se cuida, lo cual es importante para amortiguar su impacto ambiental. No obstante, la dificultad para separar el PVC del metal hace que el reciclaje industrial sea prácticamente nulo. En la mayoría de los casos, el producto acabado termina en tiraderos, donde el metal se oxida y el PVC contamina el suelo.

El académico de la UNAM sugiere que aunque se trabaja en plásticos biodegradables, los costos aún resultan elevados y su aplicación masiva no ocurrirá en el corto plazo. Por ahora, la recolección y separación adecuada de residuos es indispensable.

Comparación directa: elegir con información

El uso de fertilizantes y
El uso de fertilizantes y el transporte internacional de árboles naturales incrementan las emisiones de CO2 y la huella de carbono. FOTO: CRISANTA ESPINOSA AGUILAR /CUARTOSCURO.COM

El impacto de los árboles naturales y artificiales es distinto según el tiempo de uso y el manejo de residuos. Comprar un natural cada año implica aprovechar sus servicios ecológicos, pero exige reciclarlo correctamente y preferir productores locales para reducir la huella de carbono. Por el contrario, los artificiales solo equilibran su impacto ecológico si se reutilizan durante al menos veinte años.

Al elegir, conviene tomar en cuenta:

  • Vida útil prevista.
  • Distancia de origen.
  • Posibilidades de reciclaje local.
  • Repercusiones en el suelo y emisiones de CO2.

La decisión más sostenible, de acuerdo con la UNAM, depende de la responsabilidad en la compra, uso y desecho.