“Si hubiera parque, no estarían ustedes aquí”, así fue la Batalla de Churubusco contra los Estados Unidos

Ese hecho de armas ocurrió el 20 de agosto de 1847, durante la invasión estadounidense

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A pesar de los esfuerzos
A pesar de los esfuerzos por defender el convento de Churubusco, las tropas estadounidenses pudieron llegar al centro de la capital y, más tarde, tomar la mitad del territorio nacional. Crédito: Wikimedia Commons/Library of Congress

En agosto de 1847, a medida que las fuerzas estadounidenses avanzaban irresistibles por el territorio nacional, la defensa de la Ciudad de México quedó en manos de unos pocos batallones decididos a resistir hasta el último aliento. La batalla de Churubusco, ocurrida el 20 de ese mes, es un hito de la historia nacional, no solo por la lucha de quienes defendieron el convento, sino por todo lo que representó en el complejo escenario político y militar de la época.

De acuerdo con la información del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), los antecedentes de la batalla se encuentran en el largo proceso de consolidación territorial y política posterior a la independencia.

La CNDH describe cómo la ocupación y posterior anexión de Texas por parte de Estados Unidos se constituyó en la chispa para una invasión a gran escala. Poco a poco, las tropas estadounidenses, bien armadas y organizadas, tomaron posiciones clave en el norte y el oriente del país, desde el desembarco en Veracruz hasta la ruta de Puebla y Perote.

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Cuando a los defensores de Churubusco se les acabaron las municiones, optaron por el combate cuerpo a cuerpo hasta la caída del convento. Crédito: Wikimedia Commons/Adolphe Jean-Baptiste Bayot

Afectado por divisiones internas y la escasez de recursos, el gobierno mexicano no logró articular una defensa consistente. Los intentos de los presidentes Mariano Paredes y Antonio López de Santa Anna por reorganizar el ejército se toparon con continuas dificultades logísticas y políticas, dejando a las fuerzas mexicanas en situación precaria para encarar al invasor.

El desarrollo de la batalla de Churubusco, el punto culminante de esta resistencia, estuvo marcado por escenas de valor a pesar de condiciones adversas. De acuerdo con el INAH, los generales Manuel Joaquín Rincón y Pedro María Anaya organizaron la defensa en el convento de Santa María de Churubusco al sur de la capital. Los soldados mexicanos apenas tuvieron tiempo de reforzar las defensas.

Los generales estadounidenses Winfield Scott y David E. Twiggs iniciaron el ataque. El primer asalto resultó infructuoso ante la resistencia de los defensores, que lograron rechazar tres ataques directos. La situación se tornó crítica cuando, finalmente, después de horas de combate, llegaron refuerzos de munición que resultaron de un calibre incorrecto. Fue entonces que muchos de los combatientes recurrieron al combate cuerpo a cuerpo, defendiendo metro a metro la posición hasta ser inundados por la avanzada estadounidense.

Al ser increpado por los
Al ser increpado por los generales estadounidenses sobre las municiones, el general Pedro María Anaya respondió: "Si hubiera parque, no estarían ustedes aquí”. Crédito: Wikimedia Commons/Ramón P. Cantów

Sin embargo, la situación dentro del convento se volvió insostenible cuando una explosión en el depósito de pólvora, provocada por granadas enemigas, causó graves bajas y agotó casi por completo las reservas de cartuchos.

Una de las escenas más recordadas es cuando el militar Winfield Scott exigió la entrega de las armas y preguntó por el parque, el general Anaya respondió: “Si hubiera parque, no estarían ustedes aquí”.

En la batalla también destacó la presencia del Batallón de San Patricio, un grupo de soldados irlandeses que desertaron del ejército invasor para unirse a la defensa mexicana, movidos por afinidad religiosa y rechazo a la injusticia de la invasión.

La caída de Churubusco abrió paso definitivo al ejército estadounidense hacia la Ciudad de México, propiciando la rendición semanas después y desembocando en la firma del Tratado de Guadalupe-Hidalgo, que significó una inmensa pérdida de territorio para México.