Agustín Carstens alerta por nueva era de incertidumbre económica en su salida del Banco de Pagos Internacionales

El organismo advierte que tensiones geopolíticas y aranceles amenazan la estabilidad del sistema financiero global; Carstens concluye hoy su mandato como director general del BPI

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Agustín Carstens durante una mesa
Agustín Carstens durante una mesa redonda con los representantes de los Bancos de España y Portugal. (X: @BIS_org)

Las crecientes fricciones comerciales y los cambios en la política económica internacional están generando nuevas tensiones que podrían exponer vulnerabilidades estructurales del sistema financiero global, advirtió el Banco de Pagos Internacionales (BPI) en su Informe Anual 2025, publicado este fin de semana en el marco de su asamblea general.

Agustín Carstens, quien concluye su mandato como director general del organismo este 30 de junio, señaló que la economía global atraviesa una etapa de elevada incertidumbre, con implicaciones aún inciertas para el crecimiento, la inflación y la credibilidad institucional, incluidos los propios bancos centrales.

Durante la presentación del informe, Carstens apuntó que los aranceles anunciados recientemente por Estados Unidos —en niveles no registrados en décadas— han oscurecido el escenario económico global, que a comienzos del año parecía encaminado a un “aterrizaje suave”.

“El entorno internacional ha cambiado drásticamente en el segundo trimestre del año. Las tensiones comerciales están alterando expectativas y desestabilizando mercados”, sostuvo.

Impacto de los aranceles en crecimiento e inflación

El BPI señaló que, tras el anuncio de nuevos aranceles por parte del gobierno estadounidense, los mercados financieros globales reaccionaron con una volatilidad comparable a la vivida durante la pandemia de COVID-19. Las bolsas cayeron, los diferenciales de crédito se ampliaron, y el dólar se depreció incluso en un entorno de mayor rendimiento de los bonos del Tesoro, lo que el organismo calificó como un comportamiento “inusual”.

Agustín Carstens durante una conferencia
Agustín Carstens durante una conferencia del Banco de Japón y del Instituto de Estudios Monetarios y Económicos (IMES), el pasado 26 de mayo. (X: @BIS_org)

Aunque el alivio parcial derivado de una tregua comercial temporal permitió cierta recuperación en los mercados bursátiles, el informe destaca que la incertidumbre persiste en los mercados de bonos y divisas.

Las nuevas condiciones han provocado una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento económico global: el pronóstico para 2025 se ajustó a 2.7%, una reducción de 0.25 puntos porcentuales respecto a las estimaciones iniciales. Las economías de Estados Unidos, México y Canadá registraron una caída de un punto porcentual en sus perspectivas de crecimiento.

Por su parte, la inflación proyectada muestra una dinámica dispar: al alza en Estados Unidos, pero sin cambios relevantes para otras economías. El BPI estima que los nuevos aranceles impulsarán los precios en el corto plazo, aunque este efecto podría revertirse en 2026 si se materializa una desaceleración económica más pronunciada.

Reacción de los bancos centrales

Ante el panorama incierto, algunos bancos centrales han pausado los recortes en sus tasas de interés a la espera de mayor claridad sobre el efecto inflacionario de las medidas comerciales. Otros, en contraste, han reducido las tasas para contrarrestar los efectos negativos sobre el crecimiento.

Carstens advirtió que el uso de los aranceles como herramienta para corregir desequilibrios comerciales o proteger industrias nacionales no ha demostrado ser eficaz históricamente, y que su aplicación puede generar efectos contraproducentes: menor crecimiento y mayor inflación.

“La política monetaria debe actuar con cautela para evitar que aumentos transitorios de precios se conviertan en presiones inflacionarias persistentes”, dijo.

El informe concluye que el orden económico internacional se encuentra en una fase de transformación, lo cual exige a los responsables de política económica actuar con flexibilidad y coordinación, especialmente en un contexto donde la confianza en las instituciones se encuentra en entredicho.

Con el cierre del mandato de Carstens, el español Pablo Hernández de Cos asumirá la dirección general del BPI, tras su paso como gobernador del Banco de España.

(Con información de las agencias EFE y Reuters)