Así fue la relación de Paco Stanley con el priismo

Paco Stanley, conocido principalmente por su rol como conductor de televisión, también incursionó en la política a finales de la década de 1980, siendo miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI). En 1988, Stanley se presentó como candidato a la Asamblea Ciudadana por el Distrito III de la Colonia Roma en el entonces Distrito Federal.

Durante su trayectoria política, Stanley ocupó cargos significativos dentro del PRI. Fue subsecretario de Comunicación de la Secretaría de Técnicos y Profesionales de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y titular técnico del Consejo Consultivo del Primer Distrito Electoral en la Ciudad de México. Sin embargo, su intento de obtener un puesto en la Asamblea Ciudadana en 1988 no tuvo éxito, lo cual se produjo en el mismo año en que Carlos Salinas de Gortari competía por la presidencia del país.

Ese año, Stanley expresó en una entrevista recuperada en “El Show: Crónica de un asesinato” su compromiso con la seguridad, destacando su vínculo con la Colonia Roma y su alineación con los lineamientos de Salinas de Gortari. Aunque ya conocido en ciertos círculos, Stanley aún no gozaba de la fama nacional que alcanzaría más adelante en su carrera televisiva, la cual se consolidó a partir de 1991 cuando comenzó a conducir programas vespertinos.

Después de su fallida incursión en la política, Stanley regresó al mundo del entretenimiento, donde se convirtió en una figura prominente gracias a su trabajo en televisión. Su transición al ámbito televisivo se vio reflejada en el éxito de los programas que condujo, convirtiéndose eventualmente en una personalidad de gran alcance en todo el país.

Un detalle relevante que salió a la luz tras la muerte de Stanley es que poseía una credencial de la Secretaría de Gobernación, emitida durante el gobierno de Ernesto Zedillo, que lo autorizaba a portar armas de fuego,así fue mencionado por el portal N+.

El 7 de junio de 1999, el reconocido conductor de televisión mexicana Paco Stanley fue asesinado a tiros a la salida del restaurante “El Charco de las Ranas” en Ciudad de México. El hecho ocurrió cerca del mediodía cuando Stanley salía del establecimiento acompañado por su guardaespaldas, su chofer y su compañero de trabajo Mario Bezares.

Stanley se disponía a abordar su vehículo cuando un grupo de hombres armados abrió fuego en su contra, disparando más de 20 veces. El conductor recibió varios impactos de bala y murió instantáneamente, mientras que su guardaespaldas resultó herido de gravedad. El ataque generó conmoción en México, debido a la popularidad de Stanley y a la brutalidad del asesinato.

Investigaciones policiales revelaron vínculos entre el asesinato de Stanley y el crimen organizado, aunque hasta la fecha no se ha determinado con certeza quién ordenó su muerte. Diversas teorías sugirieron la posible implicación de cárteles de la droga, motivadas por supuestas deudas o conflictos de intereses.

Uno de los aspectos más controvertidos del caso fue la detención de Mario Bezares y Jorge Gil, colega y colaborador de Stanley, quienes inicialmente fueron acusados de complicidad en el asesinato. La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal sostenía que Bezares había actuado en complicidad con el narcotráfico para lograr el asesinato de Stanley. Sin embargo, con el paso de los años, ambos fueron liberados por falta de pruebas concluyentes que demostraran su participación directa en el homicidio.

El caso se tornó aún más confuso cuando surgieron rumores de que Paco Stanley tenía vínculos con el narcotráfico, específicamente con el Cártel de Juárez. Supuestamente, el conductor habría utilizado su posición en la televisión para lavar dinero del narcotráfico, lo que habría generado conflictos internos. No obstante, estas afirmaciones nunca fueron confirmadas oficialmente.

El asesinato de Paco Stanley es considerado uno de los casos más emblemáticos de violencia en el mundo del espectáculo en México, y puso de manifiesto la posible infiltración del crimen organizado en diferentes esferas de la sociedad mexicana. El caso sigue siendo un misterio, y la falta de resolución definitiva ha dejado muchas preguntas sin respuesta y alimentado teorías conspirativas.

Han pasado más de dos décadas desde el asesinato de Paco Stanley y este continúa siendo motivo de interés y debate en la opinión pública mexicana. La combinación de su figura mediática, el brutal asesinato y las conexiones con el crimen organizado han dejado una marca indeleble en la historia reciente del país.