
El calendario marca el 13 de junio y cae viernes. Para muchos será solo otro día laboral; para otros, uno que arrastra siglos de miedos, presagios y supersticiones. Este 2025, la fecha conocida como viernes 13 ocurre una sola vez, a diferencia de 2024, que la presentó dos veces, o del próximo 2026, que tendrá tres.
El temor al viernes 13 no es nuevo, ni tampoco exclusivo de culturas marginales. Ha calado en la sociedad de forma tan firme que dio nombre a una franquicia cinematográfica y aparece con frecuencia en literatura, televisión y conversación cotidiana. Sin embargo, sus raíces son mucho más profundas, y muchas apuntan a episodios y estructuras del cristianismo primitivo, como afirma National Geographic Kids.
Aunque no hay una fecha exacta que marque el nacimiento de esta superstición, la publicación menciona que probablemente proviene de la religión cristiana, citando dos elementos en particular: el número 13 y el viernes. Ambos, por separado, han sido considerados infaustos a lo largo de la historia, pero juntos parecen cobrar una fuerza simbólica especial.

La Última Cena, Judas y el viernes de la crucifixión: el doble símbolo negativo
Entre las referencias más reiteradas aparece el relato de la Última Cena, narrado en el Nuevo Testamento. Jesús compartió mesa con sus doce apóstoles la noche anterior a su detención, y se afirma que Judas Iscariote —el apóstol que lo traicionaría— fue el invitado número trece. Ese encuentro sucedió un jueves, y al día siguiente, viernes, fue crucificado.
La coincidencia entre estos dos factores —el 13 y el viernes— es la que, según algunos estudiosos, habría dado origen al carácter de mal augurio de esta combinación. Para el antropólogo retirado Dr. Phil Stevens, de la Universidad de Buffalo y autor del libro Rethinking the Anthropology of Magic and Witchcraft: Inherently Human, el viernes 13 representa “un doble golpe”.
“El 13 está asociado a ese evento terrible. Y el viernes, que es el día de la crucifixión. El viernes 13 reúne esos dos elementos”, explicó el académico en una entrevista con USA TODAY.
Stevens subraya que, si bien la historia de la Última Cena y la crucifixión datan del siglo I, no fue sino hasta mil años después cuando esta superstición empezó a difundirse de forma más generalizada, a medida que crecía el interés popular por la Biblia.

Una superstición que funciona como pensamiento mágico según la antropología
Para Dr. Stevens, el fenómeno del viernes 13 no debe ser entendido únicamente como un capricho cultural o un miedo infundado, sino como una forma estructural de pensamiento conocida como pensamiento mágico. En este marco, las personas tienden a establecer relaciones causales entre elementos que en realidad no tienen conexión.
“El viernes y el 13, por separado, son días o cifras como cualquier otro, pero cuando coinciden, la gente les atribuye un poder diferente”, afirmó Stevens. En sus palabras, se trata de un mecanismo cognitivo profundamente humano, que busca otorgar sentido y control a lo incierto.
Además, Stevens propone que esta asociación no necesariamente debe llamarse superstición. Él prefiere referirse a ella como tabú. “La palabra ‘tabú’ es más adecuada para este tipo de superstición. Es el término que implica evitar establecer una conexión mágica. Si esas conexiones pueden producir un resultado desafortunado, entonces las personas evitan esa combinación”, sostuvo el especialista.
El estigma del 13 podría estar debilitándose en la sociedad actual
A pesar de la longevidad del tabú, Stevens considera que su influencia ha comenzado a erosionarse. Lo atribuye al cambio generacional y a la transformación de los símbolos en la cultura contemporánea. Cada vez son más frecuentes los hoteles que omiten el piso 13, o los aviones que no tienen fila con ese número; sin embargo, también proliferan grupos y marcas que adoptan el número con orgullo, como símbolo de irreverencia o buena suerte alternativa.
Según él, es “cuestión de tiempo” para que la superstición del viernes 13 pierda su fuerza social. La progresiva racionalización de la vida cotidiana, sumada al declive de ciertos dogmas religiosos, podría facilitar este proceso.
Fechas, calendario y cultura popular: la permanencia del mito en el tiempo
Aunque el número 13 ya no genera el mismo temor que en siglos pasados, el calendario continúa funcionando como recordatorio. Este 13 de junio de 2025 será el único viernes 13 del año. En 2024 hubo dos, y en 2026 habrá tres: en los meses de febrero, marzo y noviembre.
Y aunque hoy los riesgos vinculados al viernes 13 no son más que creencias infundadas, la persistencia de la fecha en el imaginario colectivo demuestra que incluso en una era dominada por la tecnología, las raíces del pensamiento mágico siguen vivas.
Porque, como explicó el propio Stevens, “la gente puede trabajar activamente con la magia para hacer que ocurran cosas, pero si la conexión entre elementos puede causar un resultado desafortunado, entonces se evita”. La combinación de viernes y 13, para millones de personas, sigue siendo una de ellas.
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