
La diversidad de destinos que ofrece España para disfrutar de unas vacaciones es prácticamente infinita. Hay miles de pueblos que destacan por su gran belleza y cada uno tiene sus particularidades.
Una de las comunidades autónomas por excelencia para visitar en verano es Asturias. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), tan solo los turistas nacionales se dejaron el año pasado un total de 4,42 millones de viajes y gastaron 1.247 millones de euros.
De todos los pueblos de esta comunidad, hay uno que destaca por su asombroso parecido a la parte del Cinque Terre de Italia. El nombre de este pueblo pesquero es Cudillero y tiene un total de 4.896 habitantes.
Razones por las que visitarlo
Cudillero fascina desde el primer instante con sus casas multicolores, que trepan por las laderas de la montaña como si desafiaran la gravedad. Estas dibujan un paisaje en el que el verde de la vegetación y el azul intenso del mar Cantábrico se funden en una estampa inolvidable.
La estética tan llamativa de sus viviendas no es casual. Adaptadas al terreno escarpado, estas construcciones relatan la historia y la vida marinera de una comunidad que ha encontrado su sustento en el mar durante generaciones. Cada calle y cada rincón remiten a la tradición, dando sentido al apelativo de “anfiteatro” con el que muchos describen la imagen general del casco antiguo.
A diferencia de los famosos pueblos de Cinque Terre (Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore), Cudillero es una alternativa más accesible y mucho menos saturada de turistas. Además, pasear por el pueblo supone toda una experiencia relajante repleta de plazas y pequeños comercios.
El epicentro de la vida cotidiana es el puerto, lugar donde la actividad pesquera todavía marca el ritmo diario. Aquí, observar el regreso de las embarcaciones es todo un espectáculo.
Su entorno natural es otro de los grandes atractivos, motivo por el que hay diversas rutas de senderismo. Entre estas destaca la subida al Faro, desde donde se disfrutan vistas panorámicas impresionantes del Cantábrico y de las casas que forman parte de este pueblo.
Las playas y calas escondidas ofrecen espacios ideales para quienes desean desconectar y admirar la naturaleza en su estado más puro, lejos del bullicio de destinos masificados. Pero su su riqueza no solo se queda aquí. El municipio cuenta también con enclaves culturales de gran valor. Uno de estos es el Museo de la Fundación Selgas-Fagalde, donde se conservan obras de arte en un palacio rodeado de jardines.
Una gastronomía especial
La gastronomía de Cudillero está ligada al mar y a sus raíces pesqueras. Destacan platos como el pixin, la merluza a la sidra y los calamares de potera. El marisco fresco también forma parte importante de su cocina, destacando los percebes y los centollos.
La sidra es el acompañante por excelencia de las comidas. En Cudillero, degustar esta bebida junto a pescados, mariscos y guisos tradicionales es una experiencia imprescindible y prácticamente obligatoria.
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