López Barrio novela cómo las Misiones Pedagógicas descubrieron la cultura al mundo rural

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Madrid, 9 abr (EFE).- Setecientos artistas, intelectuales y estudiantes llevaron entre 1931 y 1936 con las Misiones Pedagógicas el teatro, el cine y los libros a una recóndita España rural, un proyecto que Cristina López Barrio recoge en su novela, ganadora del Premio Azorín, en la que refleja el sentimiento que produce descubrir la cultura.

'La Tierra Bajo Tus Pies' (Planeta) es el título de la novela de Cristina López Barrio (Madrid, 1970) en la que la autora recupera la labor desarrollada por las Misiones Pedagógicas, plan puesto en marcha por la República para acercar la cultura al medio rural y que fueron creadas en 1931 y presididas por Manuel Bartolomé Cossío, vinculado a la Institución Libre de Enseñanza.

En una entrevista con EFE, López Barrio explica cómo, tras conocer este proyecto, quiso escribir una novela para describir el momento en el que esas personas que vivían en las zonas rurales de una España con un alto índice de analfabetismo descubrían el cine o el teatro.

Un sentimiento igual al que, dice, el dramaturgo Alejandro Casona, que aparece como personaje en su libro, contaba cuando, siendo un niño, fue a una representación y no pudo dormir en toda la noche. O como el que vivió la propia autora al descubrir el teatro de niña.

Su protagonista, Cati, es una joven cuya vida en el Madrid de 1935 transcurre entre fiestas y tertulias hasta que pierde a su madre y conoce a Manuel Bartolomé Cossío. Decide entonces unirse a las Misiones Pedagógicas y viaja a un pueblo recóndito donde entabla relación con un "hombre maldito" y descubre otra forma de vida, la del campo.

La contraposición entre Madrid y el mundo rural que refleja la novela a la llegada a un pueblo de las Misiones Pedagógicas ha servido a la autora para relatar cómo este proyecto fue entendido "como un viaje de ida y vuelta".

Porque los "misioneros", en su mayoría gente de ciudad, artistas, intelectuales, estudiantes, gente de todo tipo y condición, se nutrían también de su experiencia en el campo: enseñaban a las personas que vivían en esas zonas rurales el teatro, los libros, el cine o el guiñol, pero también aprendían de ellos las tradiciones, los tesoros escondidos que había en los pueblos de España, el folklore, relata.

López Barrio recuerda cómo Alejandro Casona aseguró que si algo aprendió del teatro y del pueblo fue en las Misiones Pedagógicas y cómo Rafael Dieste, que también participó en este proyecto, decía que después de haber pasado por las misiones "era muy difícil ser un pedante en el arte o un marrullero en política": "ayudaba a limar la intolerancia" y permitía la capacidad de ver la vida desde otra perspectiva, indica la escritora.

Las Misiones Pedagógicas no fueron comprendidas porque "no tenían una utilidad como nosotros entendemos, no tenía un fin en si mismo más que lo que te puede nutrir espiritualmente como persona" la educación y la cultura, destaca la escritora, que fue finalista del Premio Planeta con 'Niebla en Tánger' en 2017.

También hace en su novela un homenaje a la figura de los maestros rurales y a la "misión titánica" que desarrollaron en la España de la época que, como dice la protagonista de la novela en junio de 1936, caminaba "más que nunca hacia las tinieblas". EFE

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