Ana López, peluquera, explica todo lo que no debes hacer si te has teñido el pelo: “El agua muy caliente suele arrastrar los colores”

Algunos errores muy comunes en los días posteriores a la coloración pueden acortar la duración del tono

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El cuidado del pelo teñido
El cuidado del pelo teñido es muy importante para evitar que se quiebre o que el color se pierda antes de tiempo. (Freepik)

Teñirse el pelo es una práctica cada vez más extendida y, con ella, también crece la atención al cuidado capilar que exige mantener el color en buen estado. Ya sea para cubrir canas, para seguir tendencias o simplemente por probar algo nuevo, teñirse implica someter la fibra capilar a un proceso químico que, aunque cada vez es más sofisticado, sigue teniendo consecuencias si no se acompaña de una rutina adecuada.

Especialmente en los primeros días tras la coloración, el pelo se encuentra más vulnerable. El pigmento aún no se ha asentado del todo y factores cotidianos como el agua, el sol o los productos que usamos pueden acelerar la pérdida de color. De ahí que muchos tonos se apaguen, se vuelvan anaranjados o pierdan intensidad antes de lo esperado, generando frustración y la sensación de que el tinte no ha durado nada.

“Indiferentemente de donde sea donde te tiñas, tanto en casa con un tinte de supermercado o de un tinte profesional o en la peluquería, hay cosas que siempre recomiendo que no hagáis dos días después”, señala Ana López, asesora capilar y peluquera. Así, en uno de sus vídeos de TikTok (@analopez.peluquera), la experta da algunos consejos para el mantenimiento del cabello.

Una mujer tiñiéndose el pelo
Una mujer tiñiéndose el pelo en la peluquería. (Freepik)

Sin embargo, matiza el periodo de tiempo indicado: “Digo dos días, pero en realidad depende de cómo sea el color que te has puesto, si te ha hecho arrastre..., incluso puede ser que sean más”.

El lavado, los champús y el ocio

Uno de los errores más frecuentes tiene que ver con el lavado del cabello. “Lo primero y para mí lo más importante es que no lavéis el pelo o, si os lo laváis, no hacerlo con agua ardiendo”, explica López, ya que “el agua muy, muy, muy caliente suele arrastrar los colores”.. El calor abre la cutícula capilar, facilitando que el pigmento se escape antes de tiempo, algo especialmente visible en tonos rojos, cobrizos o fantasía.

El segundo gran enemigo del color está en los productos que se utilizan a diario. El champú, básico en cualquier rutina de higiene, puede convertirse en un factor decisivo para la pérdida de tono si no se elige correctamente. “Otra cosa bastante importante es que no uséis champú que sea muy adstringente o que lleve muchísimos sulfatos”, advierte. Aunque reconoce que estos productos tienen su función, aclara que no son adecuados para un uso continuado en cabellos teñidos.

“Lo que hace es retirar el pigmento del tinte y luego se nos queda naranja”. Un efecto indeseado que muchas personas asumen como inevitable, cuando en realidad responde, en gran parte, a una mala elección de productos.

Más allá del baño, el entorno también influye. El ocio veraniego, asociado a piscinas y playas, puede ser especialmente agresivo para un cabello recién teñido. “La otra de las cosas que ya doy por contado y que no recomiendo sería que te fueras a la piscina o a la playa después de haberte teñido”, afirma López. El motivo es una combinación de factores: “Te da el sol, te da el cloro, te da la sal y al final eso quita color”.

Por eso, la peluquera insiste en la necesidad de extremar las precauciones en los días posteriores a la coloración. “Así que hay que tener mucho cuidado después de teñirte, porque, aunque los tintes sean buenos, eso va a recortar la duración del color”.