Los expertos revelan qué rasgos de la psicología hay detrás de las personas que no se maquillan

El concepto de “cara lavada” es un fenómeno que revela muchos aspectos de la psicología de toda una generación

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Los rasgos psicológicos detrás de
Los rasgos psicológicos detrás de la decisión de no maquillarse (Freepik)

En el terreno de la psicología, la decisión de prescindir del maquillaje ha comenzado a recibir mayor atención, impulsando debates sobre el significado que encierra esta elección en la actualidad. Para muchas personas, mostrar el rostro al natural puede resultar una expresión de aceptación y conformidad con la propia imagen, una señal que evidencia el vínculo entre la percepción individual de uno mismo y la influencia social que rodea los ideales de belleza.

Investigaciones académicas recientes, como las expuestas por la Dra. Tara Well del departamento de psicología de la Universidad de Columbia, plantean que el uso o la omisión de productos cosméticos adquiere connotaciones profundas que trascienden la mera estética. Negarse a emplear maquillaje suele percibirse como un acto deliberado de resistencia frente a los estándares marcados por la cultura. De esa forma, quienes optan por mantener un aspecto sin adornos cosméticos suelen enviar un mensaje implícito que cuestiona las normativas culturales heredadas.

Al elegir prescindir del maquillaje, algunas personas buscan desmarcarse de la creencia social que condiciona el valor personal al cumplimiento de ciertos cánones físicos. Este gesto puede interpretarse tanto como una invitación a la autenticidad y la autoaceptación, como una forma de protesta activa contra los parámetros estéticos que suelen imponerse de manera arbitraria desde los medios, la publicidad y la industria de la belleza.

Motivaciones de salud para no usar maquillaje

Más allá de lo simbólico, la decisión de rechazar los productos cosméticos también obedece a motivos prácticos y preocupaciones relacionadas con la salud. Para numerosos individuos, la rutina diaria de aplicación y mantenimiento de maquillaje representa un proceso agotador y demandante, que contrasta con la simplicidad de una apariencia natural. Aquellos que eligen no maquillarse suelen privilegiar la funcionalidad y la comodidad en su vida cotidiana, priorizando el tiempo y la energía que de otro modo invertirían en seguir los rituales de embellecimiento, según la doctora Well.

El tribunal médico deniega la incapacidad permanente a una mujer con cáncer por ir “demasiado maquillada”.

Otra motivación relevante radica en el cuidado de la piel. La renuncia a los cosméticos responde, en muchos casos, al deseo de proteger y preservar la salud dérmica, evitando la exposición constante a ingredientes químicos o la obstrucción de los poros que pueden derivar en problemas cutáneos. El movimiento conocido como “cara lavada” cobra fuerza en este contexto, pues ofrece alternativas centradas en la autoaceptación y en la desvinculación entre el valor individual y la imagen que se proyecta hacia el exterior. Las personas que adhieren a esta perspectiva suelen dejar de lado la presión por modificar sus rasgos a favor de un bienestar integral, alineado tanto con criterios médicos como psicológicos.

El impacto del movimiento que reivindica lo natural

A partir de los cambios sociales de las últimas décadas, el impulso por reivindicar la naturalidad ha adquirido visibilidad y se presenta como una corriente capaz de movilizar a quienes desean redefinir sus vínculos con la propia imagen y los parámetros de belleza dados. Esta tendencia toma distancia del paradigma tradicional que durante siglos dictó la necesidad de la intervención estética para alcanzar aceptación en círculos sociales y laborables.

La tendencia de la naturalidad
La tendencia de la naturalidad y de no maquillarse. (Freepik)

Los movimientos emergentes que desafían las imposiciones estéticas y promueven la aceptación incondicional han marcado un quiebre relevante en la percepción colectiva sobre el maquillaje. Con todo esto, la psicología revela que para un número creciente de personas, renunciar al maquillaje representa un ejercicio de libertad personal inconsciente que guarda muchos matices de su personalidad y un posicionamiento frente a la lógica de consumo promovida por la industria cosmética.