Uno de cada cinco españoles muere sin hacer testamento: “No hacerlo es un error que provoca pérdidas de valor en las herencias”

El Consejo General del Poder Judicial advierte que cada año los tribunales españoles registran más de 26.000 litigios por herencias

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Abel Marín, abogado especialista en
Abel Marín, abogado especialista en Derecho de Testamentos y Herencias, Inmobiliario, Fiscal y Familia y socio fundador de Marín & Mateo Abogados. (Helena Margarit Cortadellas)

Uno de cada cinco españoles fallece sin hacer testamento, según datos del Consejo General del Notariado, y esta falta de previsión genera en las herencias costes innecesarios, conflictos entre la familia y pérdida de valor patrimonial, reconoce Abel Marín, abogado especializado en sucesiones y socio del despacho Marín & Mateo Abogados

Cada año los tribunales españoles registran más de 26.000 litigios por herencias, muchos de ellos evitables con una mínima planificación, señala Marín, que advierte de que la carencia de planificación hereditaria afecta tanto a grandes patrimonios como a economías medias: “Cada semana vemos herencias modestas que se convierten en auténticos campos de batalla”.

El abogado advierte que una mala planificación puede obligar a los herederos a vender bienes para pagar el Impuesto de Sucesiones o perder bonificaciones fiscales por desconocimiento. “La prosperidad no se hereda, se enseña. Si una familia no transmite inteligencia financiera junto al patrimonio, el esfuerzo de una generación se desvanece en la siguiente”, resume Marín.

Paloma Zabalgo, abogada y presidenta del ICAM de la Sección de Familia y Sucesiones

La educación financiera: una asignatura pendiente en España

Una forma de evitar estos problemas es impulsar la educación financiera, que para Abel Marín, “no es un lujo, es una forma de proteger lo que ya existe”. Asegura que “una sociedad sana es una sociedad de individuos prósperos. Pero no puede haber prosperidad sin conocimiento financiero. La libertad económica empieza entendiendo lo que uno tiene, gasta o ahorra.”

Esta falta de conocimientos financieros hace que más del 60% de los hogares no disponga de un fondo de emergencia, según recoge la Encuesta de Competencias Financieras elaborada por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). También hace que España ocupe en educación financiera el puesto 28 de los 33 países de la OCDE. El 46% de los españoles adultos no comprende el concepto de interés compuesto, según la CNMV.

Abel Marín considera prioritario integrar la educación económica en los hogares, igual que la sanitaria o la digital. “Hablar de dinero, en casa, sigue siendo tabú, y eso tiene un precio enorme. Si no entendemos cómo funciona el dinero, tampoco podremos protegerlo ni transmitirlo ”, subraya Marín.

Los españoles anteponen la educación financiera a Historia o Literatura

Aunque el nivel de cultura financiera es bajo en España, los ciudadanos la consideran más importante que asignaturas como Historia o Literatura, según un informe presentado este miércoles por el Banco Santander y elaborado junto a Ipsos

El estudio, realizado a partir de 20.000 encuestas en diez países, ha revelado que en España el 86% de los encuestados nunca ha recibido clases de educación financiera en la escuela, una cifra similar a la media global. Pese a ello, un 75% de los españoles estaría dispuesto a participar en un curso gratuito, especialmente los jóvenes de entre 25 y 34 años.

Entre los principales beneficios que los ciudadanos asocian a esta formación, figuran tomar mejores decisiones financieras (64%), gestionar mejor el dinero y las deudas (59%) y actuar con ética al elegir productos financieros (46%). Además, una clara mayoría del 91% cree que la educación financiera debería impartirse en las escuelas y el 67% que elegiría un centro educativo que la incluya.

Herramienta de progreso

Por su parte, la presidenta de la entidad, Ana Botín, ha defendido que “la educación financiera es una herramienta esencial de progreso y el conocimiento es lo que permite a las personas tomar decisiones informadas, anticipar riesgos y aprovechar oportunidades”.

Botín cree que promover la educación financiera no es una iniciativa puntual, sino una responsabilidad permanente y compartida y que “Gobiernos, escuelas, familias, empresas y bancos debemos colaborar para que el conocimiento llegue a todos, desde la infancia hasta la edad adulta”.