Durán Cantolla, doctor, sobre por qué soñamos mientras dormimos: “Es una de las funciones más complejas y fascinantes que hace nuestro cerebro cada noche”

Los sueños siguen siendo verdaderas incógnitas y una de las teorías es que “pueden ser la solución a un problema que no resolvemos en la vida real”

Guardar
Por qué soñamos. (Imagen Ilustrativa
Por qué soñamos. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La actividad onírica ha fascinado a la ciencia durante décadas, y los avances recientes han permitido desentrañar parte de su complejidad. “Es una de las funciones más complejas y fascinantes que hace nuestro cerebro cada noche, hasta cuatro y seis veces, aunque no lo recuerdes”, ha explicado el doctor Durán Cantolla en un vídeo publicado en sus redes sociales.

Soñar no es casualidad ni magia, ha puntualizado Cantolla, desmontando mitos y atribuciones esotéricas. Este proceso se produce principalmente durante la fase REM del sueño, momento en que el cerebro “procesa las emociones, los recuerdos, el aprendizaje…” y “crea una película simbólica que son tus sueños”.

La singularidad de los sueños, a menudo surrealista o incoherente, tiene explicación fisiológica. “La parte de nuestro cerebro que se encarga del pensamiento lógico y de los recuerdos conscientes está mucho menos activa, así que se libera la parte más emocional”, ha señaldo Cantolla. Esto permite que se construyan secuencias oníricas absurdas y, en muchas ocasiones, difíciles de recordar. “Si te despiertas en mitad del sueño REM, tienes altas probabilidades de recordar ese sueño. Pero si te despiertas en otra fase de sueño, lo habitual es que no lo recuerdes”, ha sentenciado.

La “terapia nocturna” del sueño REM

Más allá de lo simbólico, los sueños cumplen funciones terapéuticas y de regulación emocional. Un estudio del neurólogo Matthew Walker en la Universidad de Berkeley demostró que durante la fase REM se reduce la actividad en la amígdala y el córtex prefrontal, disminuyendo el impacto emocional de recuerdos perturbadores.

Walker calificó este efecto como “terapia nocturna”, y subrayó que el sueño cumple funciones reparadoras: “Durante el sueño, el cerebro no solo descansa, sino que procesa y organiza información emocional y cognitiva”.

Dormir con el wifi encendido (TikTok)

El sueño en la ciencia y la cultura: Sigmund Freud

La fascinación por los sueños no es reciente. Desde la antigüedad, han sido objeto de mitos, rituales y estudios científicos. Freud los consideraba expresiones de los deseos inconscientes, mientras que la neurociencia actual los ve como un mecanismo biológico esencial para la memoria y la regulación emocional.

La Sociedad Española del Sueño define el sueño como una “función biológica que permite al cerebro y al cuerpo descansar plenamente, regular la actividad endocrina, reorganizar las neuronas y gestionar los recuerdos”. Se distingue entre la fase NO REM, orientada a la recuperación física, y la fase REM, clave para la reorganización cerebral, la consolidación de la memoria y la experiencia onírica.

Según datos de la Escuela de Medicina de Harvard, “a lo largo de nuestra vida soñamos cerca de 6 años de los 25 que pasamos durmiendo”. Durante la fase REM, el cerebro incluso requiere más flujo sanguíneo que en vigilia, activando los circuitos necesarios para soñar.

Existen dos fases: la NO
Existen dos fases: la NO REM y la REM. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Beneficios y funciones de los sueños

El doctor Estivill, de la Clínica del Sueño, afirma que “los sueños pueden ser la solución a un problema que no conseguimos resolver en la vida real”. Entre sus funciones destacan:

  • Simulador de amenazas: prepara al individuo ante posibles peligros.
  • Consolidación de la memoria: organiza recuerdos e información del día.
  • Reducción del miedo: permite enfrentar situaciones angustiantes de manera segura.
  • Salud cardiovascular y bienestar emocional: dormir correctamente y soñar puede proteger el corazón y mejorar la estabilidad mental.

Aunque la interpretación de los sueños sigue siendo un terreno incierto, investigadores como Bill Domhoff han desarrollado bancos de miles de sueños para su análisis. Aun así, según Walker, “por qué dormimos sigue siendo una incógnita, y más aún la relación entre el sueño y nuestro bienestar emocional”.