22 años del compromiso de Felipe VI y la reina Letizia: del desacuerdo del rey Juan Carlos a los gestos de amor que superan las adversidades

El matrimonio se comprometió para sorpresa de la sociedad española el 1 de noviembre de 2003

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Felipe VI y la reina
Felipe VI y la reina Letizia el día de su compromiso. (EFE)

Este 1 de noviembre de 2025 se cumplen 22 años del compromiso entre Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, un acontecimiento que marcó un antes y un después en la historia reciente de la monarquía española. La noticia, anunciada oficialmente el 3 de noviembre de 2003, sorprendió al país entero y selló la unión entre el entonces heredero al trono y una periodista de Televisión Española. Dos décadas después, la pareja sigue consolidando su imagen de estabilidad y complicidad, mientras la figura de don Juan Carlos continúa proyectando sombras de desencuentro.

Todo comenzó unos días antes del anuncio. En octubre de 2003, Letizia viajó a Oviedo como parte del equipo de TVE encargado de cubrir los Premios Príncipe de Asturias. Allí coincidió con Felipe de Borbón, con quien mantenía una relación que, hasta entonces, se había mantenido en secreto. Durante el tradicional saludo del heredero a los periodistas, ambos protagonizaron un discreto apretón de manos que, sin que nadie lo supiera, se convertiría en la primera imagen pública de la pareja.

Felipe VI y la reina
Felipe VI y la reina Letizia el día de su compromiso. (EFE)

El 3 de noviembre, tras intensos rumores, la Casa Real hizo oficial el compromiso. Aquel día, Felipe se mostró emocionado: “Me da muchísima alegría poder manifestar lo feliz que me hace nuestro compromiso y lo enamorado que estoy de Letizia, la mujer con la que quiero compartir mi vida y formar una familia”. La periodista, visiblemente nerviosa, respondió: “Se trata de una decisión madura, fruto de reflexiones muy intensas y, sobre todo, con el peso y la solidez del profundo amor que nos tenemos y del proyecto común que iniciamos”. Fue su salto al otro lado del micrófono: de informar sobre la actualidad a convertirse en su protagonista.

Tres días después, el 6 de noviembre, se celebró la pedida de mano oficial en el Palacio de la Zarzuela. Ante los reyes Juan Carlos y Sofía, Letizia lució un traje blanco de Armani que pronto sería icónico. Fue en ese encuentro con la prensa donde la futura reina pronunció sus ya célebres palabras: “¡Déjame terminar!”, interrumpiendo con firmeza a Felipe. Aquella frase dividió opiniones: para unos, era una muestra de carácter impropio de una futura reina; para otros, simbolizaba independencia y seguridad.

La anécdota consolidó la imagen de una mujer moderna y decidida. Letizia representaba el triunfo de la clase media y la meritocracia: licenciada, premiada por su trabajo periodístico y con una trayectoria internacional, su figura introducía aire fresco en una institución anclada en el protocolo.

Felipe VI y la reina
Felipe VI y la reina Letizia el día de su compromiso. (EFE)

El disgusto de Juan Carlos

No todo fue entusiasmo dentro de Casa Real. Las memorias que verán la luz en Francia el próximo 5 de noviembre del rey emérito revelan su incomodidad con la llegada de Letizia a la familia. En el libro Reconciliación, escrito con Laurence Debray, el exmonarca admite que su relación con la entonces periodista “no favoreció la cohesión familiar” y reconoce la existencia de un “desacuerdo personal” con ella.

Juan Carlos I confiesa además que la elección de su hijo le causó “malestar” y que, con el tiempo, la distancia entre ambos se acentuó. “Mi hijo me dio la espalda por deber… Entiendo que, como rey, debe mantener una postura pública firme, pero sufrí”, señala en el texto, lamentando que Felipe priorizara su papel institucional sobre la relación familiar. Desde su marcha a Abu Dabi en 2020, el emérito mantiene un contacto muy limitado con los actuales reyes, aunque las infantas Elena y Cristina continúan visitándole con regularidad.

La reina Letizia, Juan Carlos
La reina Letizia, Juan Carlos I y Felipe VI, en una imagen de archivo. (Europa Press)

Dos décadas de gestos compartidos

El año pasado, durante los Premios Princesa de Asturias, Felipe y Letizia protagonizaron un gesto lleno de simbolismo: recrearon el saludo que selló su primer encuentro público en 2003. La reina se situó entre sus antiguos compañeros de TVE, mientras el rey, sonriendo, repitió aquel apretón de manos, esta vez seguido de un cálido abrazo ante la mirada de sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Entre aplausos y sonrisas, ambos recordaron cómo comenzó su historia, ya sin secretos ni cámaras furtivas.

Este miércoles, los reyes volvían a demostrar su unión y cercanía durante el homenaje de Estado a las víctimas de la DANA, celebrado el 29 de octubre en Valencia. La ceremonia, cargada de emoción, reunió a las familias de los fallecidos, a las autoridades y a representantes de la sociedad civil.

La reina Letizia y Felipe
La reina Letizia y Felipe VI en el funeral por las víctimas de la DANA. (RTVE)

Letizia, visiblemente afectada, se mostró especialmente cercana con los familiares, deteniéndose a escuchar y consolar a quienes compartían su dolor. En un momento del acto, Felipe se acercó a ella y le tomó la mano con ternura para animarla, un gesto discreto pero elocuente que reflejó la conexión y el apoyo mutuo que ambos mantienen después de más de dos décadas juntos. Su actitud, entre el respeto institucional y la humanidad, fue aplaudida por los asistentes y recogida por las cámaras como una muestra del lado más humano de la monarquía.

Y es que a lo largo de estos 22 años, Felipe y Letizia han construido una imagen sólida y coherente con los nuevos tiempos. Han sabido adaptarse a las exigencias de la sociedad actual, manteniendo el equilibrio entre la representación institucional y la vida familiar. Su historia —desde aquel saludo en Oviedo hasta los gestos de apoyo en actos de Estado— resume la evolución de una monarquía que, pese a las crisis internas y las tensiones con el emérito, ha logrado proyectar modernidad y empatía.