David Céspedes, doctor, sobre las fresas: “Son de las peores frutas que puedes comer”

Estas son las razones que da el especialista

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Montaje de Infobae en el que aparece David Céspedes, médico.

La fruta es uno de los alimentos más saludables que existen y un producto casi indispensable en la dieta de la mayoría de las personas. Una de las más populares son las fresas, pero podrían no ser tan buenas como muchos piensan.

David Céspedes, un doctor que sube contenido a redes sociales, ha hablado sobre estas. En uno de los últimos vídeos que ha publicado en su cuenta de TikTok (@dr.davidcespedes) ha sido muy tajante. “Son de las peores frutas que puedes comer”, afirma durante los primeros segundos.

¿Por qué la fresa es de las peores frutas?

Según David, el principal problema de las fresas es que acumulan más pesticidas que cualquier otra fruta. Muchos consumidores creen que un simple enjuague bajo el grifo es suficiente para eliminarlos, pero esta práctica no resulta efectiva y, además, puede hacer que las fresas se estropeen más rápido.

El método correcto para reducir los residuos químicos implica sumergir las fresas durante aproximadamente diez minutos en agua con sal o con vinagre al tres por ciento. Posteriormente, es recomendable hacer un enjuague final, secarlas cuidadosamente y guardarlas en un recipiente ventilado dentro del frigorífico. Siguiendo estos pasos, las fresas se conservan mejor y es más probable que duren toda la temporada.

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Señales de fresas frescas y cómo elegirlas

No todas las fresas que se venden en el supermercado o en mercados locales tienen la misma calidad. Para asegurarse de llevar a casa fruta en buen estado, conviene prestar atención a varios aspectos: el color debe ser rojo intenso y uniforme, la superficie brillante y libre de manchas oscuras o moho, y la textura firme al tacto.

Las fresas blandas, blanquecinas o húmedas no solo tienen peor sabor, sino que también se deterioran mucho más rápido, incluso si se limpian correctamente siguiendo los métodos recomendados por expertos.

Elegir fresas en buen estado desde el principio reduce la exposición a residuos de pesticidas que puedan estar presentes en frutas dañadas o en mal estado, y permite que se conserven durante más días, ofreciendo mayor seguridad y mejor aprovechamiento nutricional.

Conservación y almacenamiento: más allá del lavado

Una limpieza adecuada es solo el primer paso para consumir fresas de manera segura. La forma de almacenarlas también tiene un impacto importante en su frescura y en la reducción de riesgos.

Después de sumergirlas en agua con sal o vinagre y secarlas bien, lo recomendable es colocarlas en un recipiente ventilado dentro del frigorífico. Evitar la acumulación de humedad y el contacto directo entre las frutas previene la aparición de moho y retrasa su descomposición.

Además, mantenerlas alejadas de frutas que desprendan mucho etileno, como plátanos o manzanas maduras, ayuda a prolongar su vida útil y evita que se deterioren prematuramente, lo que puede afectar tanto su textura como su sabor. Con estos cuidados, las fresas pueden mantenerse frescas durante varios días, conservando su aroma característico, su jugosidad y su atractivo color rojo intenso.