El motor espacial que no fue: la relación entre el Ejército español y Rusia que la guerra de Ucrania evitó

El retraso del lanzamiento de los nuevos satélites de las Fuerzas Armadas se ha debido, según su fabricante, a la necesidad de sustituir los componentes de origen ruso con los que se planeaba equiparlos. “No íbamos a llevar al abusón en los Spainsat NG”, aseguran

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Vladimir Putin inspecciona las instalaciones
Vladimir Putin inspecciona las instalaciones del colisionador de iones del Instituto de Investigación Nuclear de Rusia. (Sputnik/Alexander Kazakov/Reuters)

El Spainsat NG I, el primero de la nueva pareja de satélites que brindarán a las Fuerzas Armadas comunicaciones encriptadas y seguras en dos terceras partes del planeta, será lanzado a finales de este mes desde el Cabo Cañaveral (Florida), un año después de lo que estaba previsto originalmente. No obstante, desde Hisdesat, la empresa local que ha gestionado su construcción y que será la responsable de operarlos una vez en el espacio, no han dudado en calificar este retraso como “un éxito”, dado no solo a las innovaciones tecnológicas con las que se han equipado ambos sistemas, sino también los muchos y diversos inconvenientes que el proyecto ha tenido que enfrentar desde su inicio, a mediados de 2019.

Así lo ha asegurado el CEO de la compañía, Miguel Ángel García Primo, quien ha señalado el confinamiento por la pandemia del Covid-19, primero, y la crisis tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, después, como las dos principales causas de las demoras en la construcción de los satélites. ”Por culpa de la guerra hubo una ruptura completa de las cadenas de suministro cuando estábamos justo en el proceso de aprovisionamiento de todos los componentes de vuelo”, ha detallado García Primo en un encuentro con la prensa. “En el mejor de los casos, los plazos de entrega se duplicaron, cuando no se triplicaron, y, por supuesto, elevaron el precio un montón”.

Según el CEO de Hisdesat, la agresión del Kremlin obligó, en mitad del proyecto, a cambiar algunos elementos de origen ruso que iban a ser instalados en los Spainsat NG. “Evidentemente, no íbamos a llevar al abusón en los satélites”, ha justificado García Primo. Esta decisión se tomó, incluso, pese a que se trataba de un componente esencial para el éxito de la misión: el motor iónico, nada más y nada menos que el propulsor que debe conducir a los satélites hasta su órbita geoestacionaria, a 36.000 kilómetros de la superficie terrestre.

Rusia es una de las potencias mundiales en el desarrollo de este tipo de motores que, tal como ha resaltado García Primo, destacan por su eficiencia. Por ello, estos componentes se habían contratado con la empresa Fakel, con sede en Kaliningrado, el exclave ruso en Europa Oriental. Sin embargo, dadas las circunstancias mencionadas, los propulsores fueron finalmente adquiridos a la compañía francesa Safran.

El Ministerio de Defensa se encuentra inmerso en un proyecto tecnológico para mejorar la capacidad satelital de las comunicaciones militares

La importancia del motor iónico de cada uno de los satélites (el segundo será lanzado entre septiembre y octubre) radica en que es la única forma que estos tienen para arribar a su órbita final, desde donde brindarán sus servicios. Así, una vez que el cohete Falcon 9, perteneciente a la empresa SpaceX de Elon Musk, libere al Spainsat NG I en la llamada órbita de transferencia, este se servirá de la propulsión de haz de iones para alcanzar su posición definitiva, un proceso que se prolongará casi medio año.

“La propulsión iónica es muy eficiente, pero tiene un empuje muy pequeñito, por lo que tardamos mucho en subir desde la órbita de transferencia hasta la geoestacionaria. Tenemos que ver al final cuánta potencia eléctrica tenemos y cuánto podemos enchufar los motores iónicos, pero está previsto que demore algo más de cinco meses”, ha explicado el CEO de Hisdesat. Para alimentar estos propulsores, el satélite transportará 1.250 kilogramos de xenón, un gas noble que se emplea como propelente.

Módulo de comunicaciones del satélite
Módulo de comunicaciones del satélite Spainsat NG II. (Iñaki Gómez/Ministerio de Defensa)

Satélites resistentes a explosiones nucleares

“Este es el satélite más seguro y protegido de Europa”, ha asegurado García Primo. La infalibilidad de los Spainsat NG I y II de la que presumen desde Hisdesat viene dada por las antenas con las que están equipados, una de las tecnologías más innovadoras de las que dispone la nave, capaz de continuar funcionando incluso ante una potencial explosión nuclear en las capas superiores de la atmósfera, como las que llevaban a cabo Estados Unidos y la Unión Soviética a comienzos de la Guerra Fría. “El satélite está protegido frente al pulso electromagnético que generaría este tipo de explosiones, que se propaga a muchísima distancia y puede cargarse cualquier componente electrónico que pille en su camino. A nosotros no nos va a afectar”, ha explicado el CEO de Hisdesat.

De igual manera, el par de sistemas del programa Spainsat NG puede defenderse ante una interferencia intencionada, a la vez que detecta su procedencia para geolocalizarla. El nivel de seguridad de los sistemas españoles ha sido certificado por la OTAN, a cuyos miembros los satélites también brindarán servicio. De hecho, España se convertirá en el cuarto país capaz de proporcionar comunicaciones seguras a la Alianza Atlántica, tras Estados Unidos, Reino Unido y Francia.