El Gobierno francés colapsa y vuelve al punto de partida tras poner fin al mandato de Barnier: las claves y los posibles escenarios

Francia se derrumba y entra en territorio inexplorado tras el éxito de la moción de censura contra el primer ministro, Michel Barnier, este miércoles, que ha puesto fin a su mandato sin haber cumplido siquiera los primeros cien días de gobierno. Se trata del primer gobierno que cae por una moción de censura y ya puede decirse que pasará a la historia como el más corto de la V República. En la mañana de este jueves, el todavía ‘premier’ ha llegado al Palacio del Elíseo para presentar su dimisión oficial ante el presidente de la República, Emmanuel Macron.

La moción que ha derrocado al mandatario ha sido consecuencia de la aprobación por decreto de los presupuestos del Estado para 2025 ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con las demás fuerzas políticas. La histórica votación salió adelante con 331 votos —la mayoría está en los 289—, gracias a la unión entre los dos extremos: la ultraderechista Reagrupamiento Nacional de Marine Le pen y la gran coalición de izquierda del Nuevo Frente Popular.

El colapso del gobierno francés deja muchas preguntas: desde el cómo se ha llegado a este punto hasta el qué ocurrirá ahora. Lo primero que hay que dejar claro es que esto deja muy difícil, si no imposible, cualquier acuerdo presupuestario y, en especial, el proyecto de ley de presupuesto del Estado para 2025. También hay que matizar que existen diferencias con la última moción de censura en Francia, que data de 1962 bajo la presidencia de Charles de Gaulle y con Georges Pompidou como primer ministro. Pompidou presentó su dimisión y se disolvió la Asamblea Nacional, pero de Gaulle volvió a nombrarlo. Ahora el escenario es distinto, ya que no se puede convocar elecciones hasta haber transcurrido un año de las últimas, es decir, hasta julio de 2025.

Por eso el escenario de ahora en adelante es incierto. Lo más seguro es que el presidente Macron le pida continuar como primer ministro en funciones con un gobierno en minoría parlamentaria. Pero la experiencia de los últimos meses demuestra que la Asamblea Nacional es ahora mismo ingobernable, incluso para una figura altamente experimentada como la de Barnier, quien fue cuatro veces ministro y comisario europeo en dos ocasiones.

Crónica de una dimisión anunciada

La historia del colapso de Francia es la crónica de una muerte anunciada. Macron convocó elecciones anticipadas en Francia tras el descalabro electoral de su formación en las pasadas elecciones europeas del 6 de junio. Reagrupación Nacional (RN) llegó a ser la formación más votada en la primera vuelta, pero el NFP consiguió remontar en la segunda ronda hasta ser la primera fuerza.

A pesar de la victoria electoral, la gauche no consiguió los suficientes apoyos para gobernar en solitario y, lejos de darles una oportunidad para intentar gobernar, Macron optó por nombrar a un candidato conservador de la cuarta fuerza, Los Republicanos, con el apoyo en segundo plano de Reagrupación Nacional. Macron se escudó entonces en asegurar “la estabilidad de la democracia”, una maniobra que fue difícil de entender para la gran mayoría de analistas políticos. Desde entonces, el NFP ha mantenido su oposición al gobierno conservador. De hecho, la moción fue presentada por el grupo de los Socialistas y Verdes.

Barnier llegó a aceptar varias concesiones de la derecha, de la izquierda e incluso de la extrema derecha como renunciar a subir el precio de la luz. Pero nunca fue suficiente. Marine Le Pen afronta varias causas judiciales contra su partido que podrían hacer peligrar su candidatura en las presidenciales, lo que ha llevado a su partido a intensificar su ofensiva para desestabilizar el gobierno y hacer caer a Macron antes de tiempo. Desde la derecha y desde la izquierda, ahora todos quieren la dimisión del presidente de la República.

¿Y que hay Macron?

Francia no puede convocar elecciones legislativas anticipadas hasta pasado un año de las últimas, pero sí puede convocar presidenciales, algo que llegaría si Macron presenta su dimisión ante la incapacidad de nombrar a un primer ministro que contente, al menos, a la mayoría de la Cámara. No obstante, la dimisión no se contempla en el Elíseo y Macron ya desechó renunciar al cargo cuando fue preguntado esta semana durante su viaje presidencial a Riad. “He sido elegido dos veces por el pueblo francés. Estoy muy orgulloso de ello y honraré esta confianza con toda la energía que me corresponde hasta el último segundo para ser útil al país”, afirmó este martes en unas declaraciones recogidas por la cadena británica BBC.

La coalición macronista arrasó en las legislativas de 2017, pero ahora vive sus horas más bajas y es la segunda formación con una extrema derecha pisándole los talones. Si no hay renuncia, los franceses deberán esperar a 2027 para poder elegir a un nuevo presidente de la República.

Un gobierno ‘a la italiana’ para salvar los presupuestos

Italia ha sido hasta ahora el laboratorio político de Europa y en los últimos años las elecciones anticipadas han sido la tónica dominante. El país del mediterráneo, ahora gobernada por la extrema derecha de Giorgia Meloni, ya ha tenido hasta cuatro gobiernos formados por tecnócratas, uno de ellos dio el ascenso definitivo a Silvio Berlusconi, y el último lo lideró brevemente el expresidente del BCE Mario Draghi.

Si la situación sigue estancada en Francia, Macron podría verse tentado a nombrar un gobierno a la italiana, formado por expertos para aguantar un año hasta las elecciones legislativas, lo que daría tiempo a las formaciones para preparar el calendario electoral. Sin personalidades políticas de por medio, sería un tecnócrata con la única misión de llegar a un acuerdo que asegure el presupuesto de 2025, sin adentrarse en otras decisiones políticas.

Lo cierto es que los plazos cada vez son más cortos y el borrador debe presentarse antes del 31 de diciembre para ser examinado por el Congreso y el Senado. Salvo un milagro de última hora esto parece remoto. La Asamblea Nacional cuenta con salvaguardas como decretar una prórroga del presupuesto de 2024 para 2025, pero eso, de acuerdo a la valoración de los expertos, solo sería una solución temporal.