La “escalofriante” ceremonia del ‘sapo bufo’ de Nacho Vidal que acabó con la vida de un fotógrafo

El caso en el que se juzgaba al actor fue sobreseído de forma provisional. Ahora, la Audiencia Provincial de Valencia lo ha vuelto a abrir al ver indicios de homicidio imprudente

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El actor, director y productor
El actor, director y productor español de cine porno Nacho Vidal. (Ballesteros/EFE)

El 28 de julio de 2019, el fotógrafo José Luis Abad Rubio participó en un ritual del sapo bufo en una vivienda en la localidad de Enguera. Atraído por la idea de que el chamán iba a ser el actor, director y productor de cine porno Ignacio Jordà, conocido con el nombre artístico de Nacho Vidal, y convencido por una amiga suya, que además era prima de Vidal, aceptó sin imaginar cómo acabaría todo. Tan solo 20 minutos después de consumir esta droga, Abad falleció. El caso se ha reabierto este año, acusando al actor de ser el presunto autor de un homicidio imprudente.

En la casa se encontraban en ese momento la víctima, el actor, su prima y otro hombre que también iba a participar en el rito. Sobre las 10:30, el acusado sacó una pipa y las escamas conocidas como veneno del sapo bufo para comenzar con la preparación de la pócima. Una vez preparada, salieron a una zona exterior, donde todo estaba decorado para el momento.

“Grabación escalofriante”

Un pañuelo, un cojín, unas campanas, un tambor y un cuenco tibetano eran los objetos que formaban parte del atrezo del escenario donde dio comienzo la ceremonia, siempre dirigida por el acusado. Fue el propio Vidal el que introdujo la pipeta en la boca de Abad, mientras con la otra mano encendía el mechero. Le indicó en todo momento cómo debía inhalar, y pasados 24 segundos se desplomó de forma repentina.

El ritual tuvo un testigo inesperado, una cámara de vigilancia cercana, cuya grabación es “escalofriante”, según la describe el representante del hermano del fallecido en el escrito de acusación al que ha tenido acceso Infobae España. En ella se ve cómo el joven comienza a convulsionar con un claro entumecimiento en la cabeza y en el pecho y con contorsiones en las extremidades superiores e inferiores. Todo acompañado de un continuo sollozo “realmente estremecedor”.

Claramente algo no iba bien, pero el ritual no se detuvo. Pasó un minuto hasta que el acusado decidió colocar a Abad en posición decúbito supino y otros 20 hasta que llamó a los servicios de emergencia. Durante ese tiempo estuvo tirándole agua a la garganta, lo que -según la acusación-, demuestra que Vidal era consciente de lo que estaba ocurriendo. Llegó un punto en el que ya no mostraba signos de vida.

Antes de que llegaran los servicios de emergencia, el actor, junto a las otras dos personas presentes, estuvo alterando la escena, “con clara intención de ocultar y desvirtuar lo realmente ocurrido”. La acusación explica que lo que buscaban era quitar la posición de mayor relevancia de Vidal en el ritual y así evitar ser acusado como autor.

El sobreseimiento de forma provisional

El caso fue primero llevado por un Juzgado de Instrucción, en el que además de a Vidal, se acusaba a su prima y al otro testigo. Se acabó sobreseyendo de forma provisional. Esta decisión se fundamentó en que el fallecido fue el que voluntariamente solicitó someterse a la ceremonia y en que acudió a la misma habiendo consumido previamente cocaína, a pesar de las indicaciones en sentido contrario.

“Teniendo en cuenta ambas circunstancias, constata que el informe médico forense concluye que la causa de la muerte fue el consumo conjunto de cocaína y DMT, no pudiendo desvincularse la una de la otra”, explicaba ese fallo, que añadía que “con todo ello, se señala en el auto recurrido que resulta de aplicación al caso de autos la figura de la autopuesta en peligro, de tal forma que se estima que la acción de la víctima rompe el nexo causal entre los hechos imputables al Sr. Jordá y su fallecimiento”.

Las dos acusaciones que representan al hermano y la hermana de la víctima presentaron dos recursos de apelación ante esta sentencia. Casi dos años más tarde, el pasado marzo, la Audiencia Provincial de Valencia ha vuelto a abrir el caso, en el que piden siete años de prisión para Vidal.

La organización criminal estaba liderada por un matrimonio de origen neerlandés que operaba desde la Costa del Sol. Las golosinas eran infusionadas con estupefacientes en laboratorios creado para tal fin

El segundo asalto

En el auto de apertura, el juez explica que el actor conocía perfectamente la toxicidad de la sustancia que iba a administrar al fallecido y, pese a ello, no adoptó ninguna precaución. Tampoco tenía conocimientos médicos y no calculó la dosis ni determinó su pureza

A esto se suma que él sabía, según lo declaró, que la sustancia que iba administrar era incompatible con la cocaína. La prima de Vidal, por su parte, era consciente de que el fallecido había consumido previamente esa droga, ya que lo habló con él en una conversación de WhatsApp. Pese a ello, en ningún momento se planteó detener el ritual.

“De este modo, no puede aceptarse, al menos en el nivel indiciario propio de este momento procesal, que la víctima hubiera sido debida y exhaustivamente informada de los riesgos que asumía al inhalar la sustancia y, menos aún, que el daño sea imputable únicamente a la decisión de la víctima de someterse a la ceremonia cuando, como se ha visto, la sucesión de acciones reprochables al Sr. Jordá González es extensa”, relata el documento.

A raíz de esto, “no puede estimarse que el nexo causal entre las acciones del Sr. Jordá y el fallecimiento del Sr. Abad hubiera quedado roto por la decisión de éste de someterse voluntariamente a la ceremonia organizada y dirigida por el primero”. Esto ha llevado a este juzgado a revocar el sobreseimiento, ya que, según recoge el Tribunal Supremo, “en los procesos en que existen indicios de la comisión del hecho y su valoración como delito en términos de probabilidad razonable no procede el sobreseimiento y se justifica la continuación de la causa”.