En medio de los constantes movimientos telúricos que se registran en el territorio nacional, los colombianos optan por revisar el Mapa Geológico del país para revisar el panorama con respecto a este tipo de situaciones a diario.
No obstante, desde el Servicio Geológico Colombiano dieron a conocer las funciones específicas de este tipo de recursos que están habilitados para quien desee tener conocimiento frente a ello:
Debido a su posición en el Cinturón de Fuego del Pacífico, Colombia se identifica como una nación con alta vulnerabilidad a los sismos. Esta área es la localización de aproximadamente el 75% de los volcanes del planeta y es escenario del 80% de los sismos más intensos a nivel global.
El país está situado sobre dos zonas de subducción significativas, donde la placa tectónica de Nazca colisiona con la Sudamericana, y esta última a su vez interactúa con la placa del Caribe, generando movimientos sísmicos frecuentes.
Por lo tanto, las regiones de Nariño, Chocó, Caldas y Santander son las que mayormente experimentan esta actividad sísmica.
Sobre las 11:54 de la mañana se registró un temblor superficial, según el reporte inicial, en el municipio de Santa Bárbara, en el oriente de Santander que registró una magnitud de 2.6, según el Servicio Geológico Colombiano. La zona, cercana Los Santos donde hay una alta actividad símica, también tuvo el registro sobre las 10:30 de la mañana de un movimiento profundo en Zapatoca.
Sobre las 4:41 se sintió un sismo de magnitud 3.3 con epicentro en el municipio de Nóvita, Chocó, según registró el Servicio Geológico Colombiano.
Hacia la 1:36 de la mañana del lunes el Servicio Geológico Colombiano (SGC) registró otro movimiento telúrico en Antioquia, también de baja magnitud, 3 grados, y una profundidad superficial de menos de 30 kilómetros.
El epicentro fue el municipio de Caucasia en el nororiente del departamento, sin embargo, fue imperceptible por la población.
Un movimiento telúrico de baja magnitud se registró a las 12:04 de la medianoche de este lunes 24 de junio, cuyo epicentro fue el municipio de Belmira, en el centro del departamento. Sin embargo, fue casi imperceptible con 2,2 grados y una profundidad superficial de menos de 30 kilómetros.
Pese a que Colombia disfruta de una ubicación rica en biodiversidad y geográficamente favorable, se asienta también en un territorio propenso a frecuentes desplazamientos de placas tectónicas, que casi pueden considerarse cotidianos, aunque usualmente no sean perceptibles.
No obstante, cuando estos eventos alcanzan magnitudes considerables y se originan a poca profundidad, los ‘temblores’ naturalmente generan preocupación y miedo entre la población, situación que es explotada por sujetos malintencionados para crear pánico innecesariamente, situación que se ha intensificado con el aumento en el uso de redes sociales y plataformas de mensajería instantánea como WhatsApp, medios favoritos para esparcir desinformación acerca de estos eventos naturales, mediante lo que se conocen como cadenas.
Desde el Servicio Geológico Colombiano (SGC) se ha recordado que prever sismos es imposible, dado que aún no se ha desarrollado una tecnología o método que permita anticipar dichos movimientos tectónicos.
Mencionaron además que, generalmente, después de un temblor es probable que ocurran réplicas, especialmente si estos eventos se dan en áreas con tendencia a la actividad sísmica y que se hallan sobre fallas activas, como sucede en este país.
El devastador sismo que ocurrió a las 8:12 de la mañana del 31 de marzo de 1983, en la capital del Cauca, conllevó a que en la legislación colombiana se adoptara la primera norma de sismorresistencia para las construcciones en el territorio nacional, según explicaron en un artículo del SGC con motivo de la conmemoración de esta tragedia natural en la que perdieron la vida 250 personas.
La destrucción del movimiento telúrico, con una magnitud de 5,6 grados con una profundidad superficial de 15 kilómetros, tuvo como consecuencia que el 90 % del centro histórico de edad ciudad fuera arrasado, mientras que en todo el departamento 5.000 edificaciones quedaran en ruina, agregaron desde la entidad.
El Servicio Geológico Colombiano consultó Fernando Díaz, ingeniero y experto en Amenaza y Riesgo Sísmico de esa entidad, quien recordó que en la década de 1980 se estaban recopilando normativas para que las edificaciones en el país pudieran soportar los sismos que son constantes en el territorio, sin embargo, la tragedia en Popayán aceleraron ese proceso.
“Para inicios de los años 80, la Asociación de Ingeniería Sísmica (AIS), conformada por profesores de varias universidades del país y expertos capacitados en el exterior, habían adelantado la adaptación de normas internacionales”, puntualizó.
Agregó que luego de ese terremoto, el Gobierno del entonces presidente Belisario Betancur expidió un decreto de emergencia para adoptar de manera exprés los criterios de construcción sismorresistente de la AIS, para que en 1984 se expidiera el Código Colombiano de Construcciones Sismo Resistentes.
“Esta norma se ha ido actualizando y hoy la conocemos como NSR-10. Por eso, en este aniversario, recordamos la importancia del cumplimiento de esta normativa, ya que es apremiante en el diseño y construcción de todas las edificaciones, pues vivimos en un país sísmicamente activo (sic)”, destacaron en otra publicación en su cuenta oficial en la red social X.