Nadie ha reclamado el cuerpo de Luis Alfredo Garavito ¿Cuál fue su último deseo?

El también llamado ‘Monstruo de Génova’ murió el jueves 12 de agosto, por un paro cardiorrespiratorio

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Una agresiva leucemia y un cáncer de ojo pudo haber sido uno de los desencadenantes para que el asesino en serie Luis Alfredo Garavito muriera por un paro cardiorrespiratorio el jueves 12 de octubre en la Nueva Clínica Santo Tomás de Valledupar - crédito Captura Testigo Directo
Una agresiva leucemia y un cáncer de ojo pudo haber sido uno de los desencadenantes para que el asesino en serie Luis Alfredo Garavito muriera por un paro cardiorrespiratorio el jueves 12 de octubre en la Nueva Clínica Santo Tomás de Valledupar - crédito Captura Testigo Directo

Una agresiva leucemia y un cáncer de ojo pudo haber sido uno de los desencadenantes para que el asesino en serie Luis Alfredo Garavito muriera por un paro cardiorrespiratorio el jueves 12 de octubre en la Nueva Clínica Santo Tomás de Valledupar, donde murió alrededor de las 1:20 de la tarde.

“A las 11:45 de la mañana lo recibieron los médicos, quienes le brindaron la atención necesaria y lo estabilizaron. Luego lo pasaron a una habitación, pero a la 1:20 de la tarde falleció a raíz de un paro cardiorrespiratorio”, informó Ciro Pérez Escalante, profesional universitario de la Personería de Valledupar, según reseñó El Tiempo.

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De acuerdo a información proporcionada al medio citado, el cuerpo del peor asesino serial de la historia nacional permanece en el Instituto Nacional de Medicina Legal de la ciudad en mención. Hasta ahora ningún familiar ha pasado a reclamarlo.

Un funcionario de la institución reveló que se está a la espera de los resultados de la necropsia para confirmar las causas de su muerte:

“Estamos a la espera de los resultados de la necropsia realizados por esta entidad para conocer las causas de su muerte. Luego se cumplirán todos los protocolos correspondientes para estos casos”, indicó.

Según los testimonios de personas que siguieron de cerca su enfermedad, Garavito sufrió de fuertes dolores provocados por los cánceres que padecía, en particular por el que tenía en su ojo izquierdo.

“Generalmente se negaba a recibir atención médica, pero cuando gritaba del dolor que le ocasionaba este ojo, pedía unas gotas y se le suministraba. Cuando se complicaba, se remitía a un centro hospitalario, prácticamente que a la fuerza”, aseguró Pérez Escalante

Según una fuente que habló con El Tiempo, al momento de ser recluido, Luis Alfredo Garavito pesaba alrededor de 70 kilogramos. Con el paso de los años, su peso se incrementó hasta llegar a los 90 kilogramos. Sin embargo, en el momento de su fallecimiento, su peso había disminuido considerablemente a tan solo 40 kilogramos.

El violador habría vivido sus últimos días sumido en una profunda depresión, y en algunas ocasiones, sus noches se veían interrumpidas por pesadillas en las que revivía los terribles actos cometidos contra los niños a quienes había arrebatado la vida. Fueron los perturbadores testimonios de una persona cercana a Garavito en su reclusorio.

“Dijo que había cambiado, que a algunas personas les pidió disculpas por sus acciones. Descargaba su alma escribiendo en varios cuadernos. Comentó que era un informe completo de su vida para que nadie repitiera sus acciones”, agregó la fuente conocida por el medio citado

De manera no oficial, El Tiempo reveló que la última voluntad de Luis Alfredo Garavito, de 66 años, fue que su lugar de descanso eterno fuera en Valledupar. Además, expresó el deseo de que las oraciones en su funeral fueran dirigidas por el pastor evangélico que lo acompañó a lo largo de sus últimos años de vida.

En caso de que se cumpla su última voluntad, Luis Alfredo Garavito encontraría su lugar de reposo en uno de los cementerios que mantienen acuerdos de colaboración con la Diócesis de Valledupar, específicamente, Jardines del Eccehomo o el Cementerio Central.

Un sobrino cercano del prisionero, con quien el detenido mantuvo una comunicación constante durante su tiempo en prisión, tiene la intención de cremar el cuerpo en Valledupar. Posteriormente, planea trasladar las cenizas a Armenia, ciudad natal de Garavito.

A pesar de la última voluntad de Luis Alfredo Garavito, la decisión final recae en manos de su familia.

“Las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) procederán a entregar el cuerpo a los familiares, quienes tendrán la facultad de determinar el destino final. Si optan por sepultarlo en Valledupar, la alcaldía se ha comprometido a donar el ataúd y facilitar su entierro en uno de los cementerios con los que mantiene acuerdos en colaboración con la Diócesis”, expresó la fuente.

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