
Los libros de prominentes figuras pro-democracia de Hong Kong no están disponibles en las bibliotecas públicas de la ciudad gobernada por los chinos, debido a que están siendo revisados para averiguar si violan una nueva ley de seguridad nacional, dijo un departamento del Gobierno de Hong Kong el domingo.
La amplia legislación, que entró en vigor el martes al mismo tiempo que su contenido fue publicado, castiga los crímenes relacionados con la secesión, la subversión, el terrorismo y la colusión con fuerzas extranjeras, con castigos que pueden llegar hasta la cadena perpetua.
Las bibliotecas públicas de Hong Kong “revisarán si ciertos libros violan las estipulaciones de la Ley de Seguridad Nacional”, dijo el Departamento de Servicios Culturales y de Ocio, que dirige las bibliotecas, en un comunicado.
“Aunque se buscará asesoramiento legal en el proceso de revisión, los libros no estarán disponibles para el préstamo y la referencia en las bibliotecas”.

Una búsqueda de libros del joven activista Joshua Wong o de la política prodemocrática Tanya Chan en el sitio web de las bibliotecas públicas mostró que los libros, entre ellos “Somos la revolución”, del que Wong es coautor, no estaban disponibles o estaban en proceso de revisión.
“La ley de seguridad nacional... impone un régimen de censura al estilo de la China continental a esta ciudad financiera internacional”, Wong tuiteó el sábado, añadiendo que sus títulos “son ahora propensos a la censura de libros”.
Albert Wan, copropietario de la tienda de libros Bleak House, dijo que la ley tenía un “efecto escalofriante”.
“La ley es tan vaga y tan nueva que nadie sabe realmente dónde está la línea roja. Hasta que sepamos, seguiremos haciendo lo que estamos haciendo”, dijo Wan.
“El mayor desafío es esforzarse al máximo para no autocensurarse porque una vez que lo haces, abres una lata de gusanos, al igual que una vez que promulgas la ley de seguridad nacional, no hay vuelta atrás”.
Una visita de Reuters a una biblioteca pública mostró que los libros que hablan sobre la independencia de Hong Kong, que es un anatema para Beijing, todavía estaban disponibles.

La legislación de seguridad nacional ha sido criticada por activistas pro-democracia, abogados y gobiernos extranjeros que temen que sea utilizada para sofocar la disidencia y socavar las libertades que se le prometió a la antigua colonia británica cuando regresó a las manos del gobierno chino en 1997.
El viernes, el Gobierno local declaró ilegal el lema “Liberar Hong Kong, la revolución de nuestros tiempos”. Y un hombre que se lanzó con una motocicleta contra oficiales de policía durante una protesta y llevaba una bandera con ese mensaje fue acusado de terrorismo e incitación al secesionismo.
Las autoridades locales y de Beijing han dicho repetidamente que la legislación no frenaría la libertad de expresión o de los medios de comunicación, ni ningún otro derecho en la ciudad. La nueva ley, dijeron, sólo tiene como objetivo a unos pocos “alborotadores”.
No está claro cuántos libros están bajo revisión. Dos títulos del disidente político chino ganador del Premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, siguen disponibles, según una búsqueda en línea.
“Es muy arbitrario”, dijo Fu King-wa, profesor asociado del Centro de Periodismo y Estudios de Medios de la Universidad de Hong Kong, que estudia las redes sociales chinas y el control de la información.
Fu dijo que el público no debe esperar criterios claros o justificación para la censura, que según él probablemente se extendería al sector digital.
“Ahora se introducirá en Hong Kong alguna forma del sistema de censura en China. Es cuestión de tiempo “, dijo Fu.
El gobierno también dijo que un equipo revisaría la “gobernanza y gestión” de la emisora pública RTHK desde el 15 de julio durante unos seis meses.
Escuelas de Hong Kong
Además, este lunes el Buró de Educación de la ciudad estableció que las escuelas de Hong Kong no deberían proporcionar material de lectura que viole una nueva ley de seguridad nacional a menos que lo usen para “enseñar positivamente” a los estudiantes sobre el tema.
El Buró de Educación, en un comunicado enviado a Reuters, dijo que las escuelas eran los guardianes de sus recursos de enseñanza y gestión escolar y que los maestros deberían revisar “todos los materiales de enseñanza, incluidos los libros”.
“Al igual que con otros delitos graves o comportamientos inmorales que no son socialmente aceptables, los materiales deben eliminarse y volverse a seleccionar”, dijo la oficina, y agregó que dichos materiales solo podrían usarse “para enseñar positivamente” sobre la seguridad nacional.
(Con información de Reuters)
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