El CJNG y La Unión Tepito: cómo modificó el COVID-19 a estos grupos criminales

La pandemia del SARS-COV-2 modificó por completo el ritmo del mundo en todos sus aspectos, incluido el del crimen organizado

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decomiso arsenal CJNG (Foto: Twitter@HRS4NTOS)
decomiso arsenal CJNG (Foto: Twitter@HRS4NTOS)

La pandemia del SARS-COV-2 modificó por completo el ritmo del mundo en todos sus aspectos, incluido el del crimen organizado. No todas las organizaciones delictivas pudieron progresar de la misma manera.

El Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de la Unión Tepito ampliaron su catálogo de criminal para sortear la crisis mundial, pero no tuvieron los mismo resultados, mientras el grupo del criminal Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, aprovechó y amplió su catálogo delictivo; el Cártel de la Unión Tepito ha sufrido fuertes golpes a su estructura criminal.

El cierre de fronteras y los largos confinamientos, afectaron el negocio criminal, sin embargo, según un análisis InSight Crime, el que un grupo delictivo haya progresado o no, durante el 2020, depende cuatro factores: “de las relaciones previas que haya tenido con el estado, de la diversidad de su portafolio criminal, o de su estructura jerárquica y su capacidad para mantener el orden y la disciplina entre sus miembros”.

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De acuerdo a dicho análisis, el cártel del Mencho ha podido expandirse, junto con el terror que ocasiona, debido a que en gran parte se apoya en flujos de ingresos diversificados: “tráfico de cocaína y drogas sintéticas, control de importante infraestructura portuaria, robo de petróleo y múltiples formas de lavado de dinero. Durante la pandemia, el CJNG ha utilizado esta ventaja para extender significativamente su posición, que de hecho ya es dominante en México”.

La especialista en temas de Seguridad, Maricarmen Hinojosa Silva, del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, señaló en julio pasado, que los problemas de la delincuencia organizada han tenido la necesidad de evolucionar, pero que los efectos no pueden ser medidos “del todo” porque es un evento sin precedentes. Sin embargo, “podemos ir alumbrado un alto número de desempleo, la crisis económica, cómo afectará las tasas de incidencia delictiva”, dijo.

Enfatizó que son situaciones diferentes el incremento de robos y el incremento de la delincuencia organizada: no necesariamente se alinean. Los efectos de la pandemia de COVID-19 se reflejan, según Hinojosa Silva, en dos ámbitos. El primero es observar que la cadena de suministro, a corto plazo, sí está afectada debido a la restricción de viajes, vuelos, y fronteras. Por ejemplo, la reducción de insumos de China, utilizados para fabricar metanfetaminas y diferentes drogas, ha afectado al país.

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El CJNG se tuvo que adaptar al cierre de fronteras que impidió el tráfico de precursores para la elaboración de fentanilo y metanfetamina, sin embargo, las organizaciones criminales no tardaron mucho en encontrar nuevas rutas que incluyen países con menor regulación.

Durante 2020, el CJNG avanzó rápidamente en los estados de Guanajuato, Zacatecas, Veracruz y Ciudad de México.

El caso del Cártel de la Unión Tepito, que opera en la Ciudad de México, fue distinto. Dicha agrupación criminal desde hace varios años cuenta con un portafolio extenso de delitos que van desde el comercio de piratearía hasta asesinatos, pasando por el secuestro, robo, narcotráfico, comercialización de armas y la extorsión; precisamente este último delito fue que los hizo mucho más visibles.

Agentes de la SSC cerraron calles y entraron a distintas vecindades conocidas como puntos de distribución de la Unión Tepito (Foto: Fiscalía General de Justicia de la CDMX)
Agentes de la SSC cerraron calles y entraron a distintas vecindades conocidas como puntos de distribución de la Unión Tepito (Foto: Fiscalía General de Justicia de la CDMX)

Las autoridades han logrado dar fuertes golpes a dicho grupo criminal con arrestos de sus cabecillas, aunado a esto, onas que antes estaban bajo su control, pasaron a las manos delictivas de sus rivales, el Cártel Anti-Unión, en alianza con el CJNG.

A largo plazo, el crimen organizado ha sido capaz de adaptarse a circunstancias cambiantes ya que no existen contratos legales ni una estructura rígida, a diferencia del gobierno y otras instituciones que “batallan” debido a los cambios ocasionados por la crisis sanitaria.

Gerardo Rodríguez Sánchez Lara, del Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia (CESIJ) de la Universidad de las Américas Puebla, aseguró que “No es un caso solamente de México”.

FOTO: JUAN JOSÉ ESTRADA SERAFÍN/ CUARTOSCURO.COM
FOTO: JUAN JOSÉ ESTRADA SERAFÍN/ CUARTOSCURO.COM

La delincuencia organizada se ha acercado a sus bases de apoyo, como lo son las comunidades. “Ha causado expectativa ver las imágenes de líderes de cárteles locales y el uso de mujeres para la entrega de despensa, dinero en efectivo para las comunidades”, dijo durante seminario web Redes criminales y COVID-19: ¿cambio de roles para mafias y cárteles?, en julio de este año.

Rodríguez le llama escudo social porque la pandemia le está “pegando” a los lugartenientes, la gente que ayuda a cultivar y gente que tiene que seguir trabajando. Lo trabaja como una hipótesis: uno de los estados de mayor crecimiento de contagio fue Sinaloa, al igual que ciudades fronterizas donde se traslada la droga como Tijuana, Ciudad Juárez, o el estado de Tamaulipas. “Los cárteles necesitan seguir trabajando, pero sus familias, con personas de edad avanzada, o niños, se han tenido que quedar en confinamiento o aislamiento”.

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