
El mundo enfrenta una crisis de biodiversidad y el impacto del desarrollo de infraestructura en la biodiversidad ha sido ampliamente destacado. El desarrollo residencial y comercial, el transporte, la producción de energía, la minería y las represas se identifican como amenazas para casi la mitad de las especies que se encuentran en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), sobre las cuales se han documentado amenazas.
Incluso, esta situación parece haberse profundizado, ya que un estudio detectó que la infraestructura está extendida a sitios identificados como importantes internacionalmente para la biodiversidad. Es más, se espera que el desarrollo de la infraestructura se expanda según las tendencias actuales (por ejemplo, se prevé que la financiación de la infraestructura se duplique en África entre 2013-2017 y 2025).
La expansión incluye el desarrollo urbano, la minería y la producción de energía, y en particular las rutas y las líneas eléctricas. Entre otros condicionantes, puede causar la destrucción y fragmentación del hábitat natural, la contaminación, el aumento de la perturbación o la caza por parte de los humanos, la propagación de especies invasoras, la mortalidad directa y hasta pueden tener impactos más amplios más allá del sitio de desarrollo.

El estudio encontró que la infraestructura en todo el mundo está muy extendida en sitios que han sido identificados como importantes internacionalmente para la biodiversidad. E, incluso, asegura que es probable que aumente su prevalencia. Esta es la primera evaluación de la presencia de infraestructura en Áreas Clave para la Biodiversidad (ACB o KBA, por sus siglas en inglés): una red global de miles de sitios reconocidos internacionalmente como las áreas más críticas del mundo para la vida silvestre.
Investigadores de BirdLife International, WWF y RSPB, en asociación con la Universidad de Cambridge, han realizado una evaluación de la infraestructura en las ACB y han descubierto que está muy extendida y es probable que aumente. Los resultados de este trabajo se publicaron en Conservación Biológica. “Es preocupante que existan desarrollos humanos en la gran mayoría de los sitios que se han identificado como críticos para la naturaleza”, explicó Ash Simkins, estudiante de doctorado en zoología de la Universidad de Cambridge, que dirigió el estudio.
La naturaleza invadida
Las KBA son sitios que contribuyen significativamente a la persistencia global de la biodiversidad. Por ejemplo, pueden contener especies que están en alto riesgo de extinción o son el hogar de especies o ecosistemas que se encuentran en un área pequeña en todo el mundo. Los investigadores evaluaron 15.150 KBA en tierra y descubrieron que el 80% contenía infraestructura humana. Se produjeron múltiples combinaciones de tipos de equipamientos, siendo las más comunes las rutas (75 %), las líneas eléctricas (37%) y las áreas urbanas (37%).

Detectaron que los futuros posibles desarrollos de infraestructura planificados podrían conducir a 2201 KBA adicionales, que contienen minas (de 754 a 2955; aumento del 292 %), 1508 KBA adicionales con infraestructura de petróleo y gas (de 2081 a 3589; aumento del 72 %) y una 1.372 ACBs que contienen centrales de producción de energía (de 233 a 1.605; incremento del 589%). Los mapas de las KBA se cruzaron con conjuntos de datos espaciales de diferentes tipos de infraestructura que los investigadores clasificaron como transporte, represas y embalses, extractivos (relacionados con los recursos naturales), energía (líneas eléctricas y centrales eléctricas) y áreas urbanas.
La energía y las industrias extractivas fueron las únicas categorías para las que se dispuso de algunos datos globales sobre posibles desarrollos futuros planificados. “Reconocemos que la infraestructura es esencial para el desarrollo humano, pero se trata de construir de manera inteligente. Idealmente, esto significa evitar o minimizar la infraestructura en los lugares más importantes para la biodiversidad. Si la infraestructura debe estar allí, entonces debe diseñarse para causar el menor daño posible, y los impactos deben compensarse con creces en otros lugares”, explicó Simkins.
Los investigadores encontraron que los países de América del Sur (por ejemplo, el 82 % de las KBA en Brasil), África subsahariana, central y meridional y partes del sudeste asiático se encuentran entre las áreas con la mayor proporción de reclamos extractivos, concesiones o actividades planificadas.

Todas las KBA identificadas hasta la fecha en Bangladesh, Kuwait, la República del Congo y Serbia tienen posibles reclamos extractivos, concesiones o desarrollo planificado. “Es preocupante ver que en el futuro se planea construir una extensa infraestructura relacionada con la minería y el petróleo y el gas en muchos de los sitios más importantes del mundo para la biodiversidad”, continuó Simkins.
Parte de la tecnología para hacer frente a la crisis climática, como los paneles solares y las turbinas eólicas, también depende de la minería de metales preciosos. “Necesitamos soluciones inteligentes para la crisis climática mientras evitamos o minimizamos los impactos negativos en la biodiversidad”, dijo Simkins.
”En las reuniones COP15 de biodiversidad de la ONU en Montreal, el año pasado, los gobiernos se comprometieron a detener las extinciones inducidas por el hombre. La destrucción o degradación generalizada de los hábitats naturales dentro de las KBA podría conducir a extinciones masivas, por lo que la infraestructura existente en las KBA debe gestionarse para minimizar los impactos, y debe evitarse un mayor desarrollo en estos sitios en la medida de lo posible”, mencionó el coautor del documento Stuart Butchart, científico jefe de BirdLife International e investigador honorario en el Departamento de Zoología de Cambridge.
Los especialistas explicaron en su documento que la infraestructura dentro de una KBA varía en el grado en que puede generar una pérdida de biodiversidad. Instaron a generar mayor investigación que permita averiguar hasta qué punto la infraestructura en una KBA en particular afecta la vida silvestre dentro del sitio y qué medidas se necesitan para mitigar esto. Del presente estudio también participaron Shley Alison, E. Beresfordc, Graeme M. Buchananc, Olivia Crowe,Wendy Elliott, Pablo Izquierdo y David J. Pattersonf.
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