Del “sin ella me muero” a “es una ladrona”: la historia de amor, lágrimas y guerra judicial de Claudia Villafañe y Diego Maradona

El amor a primera vista en la adolescencia, los años de felicidad, la droga y la oscuridad, los hijos extramatrimoniales, el divorcio y las duras acusaciones del jugador contra la mujer que lo acompañó toda su vida

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Claudia Villafañe y Diego Maradona
Claudia Villafañe y Diego Maradona

El día que le dijo que era el amor de su vida, los dos estaban en un pequeño auto estacionado detrás de la Escuela de Mecánica de la Armada. Él sacó una botella de sidra y le pidió perdón por no tener nada más que ofrecerle como celebración de un compromiso para siempre. Ella sintió que era la mujer más dichosa del mundo. “No necesito más que estar con vos”, le respondió. Entonces, Diego Armando Maradona le tomó la mano y le colocó un sencillo anillo de compromiso. Claudia Rosana Villafañe, no pudo contener las lágrimas de felicidad.

El amor y las lágrimas estuvieron presentes en todos los años que estuvieron juntos, desde su adolescencia en la casa de la calle Argerich en donde se conocieron al feroz enfrentamiento judicial que hoy los tiene como protagonistas.

Hace más de 40 años, cuando se vieron por primera vez, sintieron que un rayo los había atravesado. Quizás fue amor a primera vista. Luego llegaron los bailes en el club de Villa del Parque, los sueños compartidos, los celos de Diego porque en el álbum de fotos de los 15 de Claudia ella bailaba con un chico invitado y él no había estado en la fiesta (”Me hizo arrancar la foto”, confesaría ella años más tarde). Y las ganas de una vida en común.

Maradona ya era el jugador que deslumbraba en Argentinos Juniors. Luego llegó Boca Juniors en el 81. Y el Barcelona en el 82 con el pase de 10 millones de dólares, una fortuna para ese entonces.

En España vivió el cielo y el infierno. Allí el Diez probó por primera vez cocaína. Hoy señala al padre de Claudia, Coco Villafañe, de habérsela dado. Sin embargo, durante años contó otra historia: “Probé la droga por primera vez en Europa en el 82. Tenía 22 años. Y fue como para... para creerme vivo. Probé droga en el fútbol porque allí como en todos lados hay droga. Siempre existió. No soy el único. Muchos lo hacían”.

Claudia asoció ese día siempre con el festejo por la venta del Barcelona al Napoli: “Mi casa se llenó de gente terminamos todos en la pileta era verano... Eran las tres las cuatro las cinco y seguían todos despiertos. Yo era chica. No me di cuenta por él sino por el entorno que había. Para mí todo empezó esa noche”. Años después aclaró: “Y mi papá no estaba allí”.

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En Napoli fue el rey. El amor con los napolitanos nació en 1984 cuando lo presentaron en un estadio San Paolo colmado. Por ese entonces Maradona había sido suspendido por una gresca en el fútbol español, decía estar en bancarrota y lleno de deudas, y los 7 millones de euros fueron “un aire que necesitaba en ese momento de su vida”, recuerdan quienes más lo conocieron entonces.

Éxito, mujeres, drogas, la camorra. La vida fue un torbellino. Claudia soportaba, “él siempre vuelve a casa”, decía. Las infidelidades eran moneda corriente. Y la droga también. “‘¿Qué te pasa?‘, le preguntaba ella. ‘¿Por qué te encerrás? ¿Por qué no dormís? ¿Por qué vino Fulano y por qué vino Mengano?‘”. Le tocaban el timbre a cualquier hora, le llevaban droga, lo invitaban a las mansiones de los jefes de la mafia napolitana. Y Claudia sufría en silencio: “No era que él salía o se metía en la noche; era que ellos venían (siempre la misma gente) y se metían en nuestra casa”.

Dos años después una feliz noticia llegó: Claudia estaba embarazada. Para ellos formar una familia era lo más importante, lo que habían soñado desde su amor adolescente. Embarazada de Dalma, supo que una mujer italiana llamada Cristina Sinagra había tenido un hijo, el 20 de septiembre de 1986, que aseguraba que era de Diego Maradona.

No sé por qué nunca me dijo la verdad. Le pregunté muchas veces por Junior y él siempre negó todo. Creo que hubiera sido distinto para todos, sobre todo para las chicas, porque no es lo mismo saber que tenés un hermano a los dos años que a los 30 -dijo años más tarde Villafañe. Siempre le pregunté por ese tema porque pensaba que era una mochila que le hacía mal y que algunos problemas que tenía eran por guardarse cosas, pero siempre me decía que no era verdad lo del hijo italiano. Todo eso fue cuando yo estaba embarazada de Dalma”.

Después de Dalma llegó Gianinna. Y Diego volvió a pedirle a Claudia que sea su mujer para toda la vida.

El casamiento de Diego y Claudia, en el mítico Luna Park
El casamiento de Diego y Claudia, en el mítico Luna Park

La fastuosa fiesta de casamiento en el Luna Park el 7 de noviembre de 1989. “Fue una fiesta inolvidable. Lejos, la mejor del siglo. La mejor de la historia”, la calificó Guillermo Coppola en diálogo con Teleshow.

En su momento, se difundió que la cadena italiana RAI había pagado 4 millones de dólares para transmitir la fiesta en exclusivo. Mientras que la editorial Atlántida se encargó de la difusión de las fotos. ¿El motivo por el cual Diego no quería prensa adentro del salón? “Yo no estuve en tu casamiento. ¿Por qué iba a invitarte al mío?”, le respondió en aquel entonces a un periodista que cuestionó su decisión.

Diego y Claudia pasaron primero por el Registro Civil. A pesar del operativo de seguridad que habían montado, la pareja llegó en medio de una multitud, que comprendía fanáticos y periodistas de todo el mundo. Ella lucía un vestido negro y una capelina del mismo color. Él, de traje con camisa a rayas, y molesto por no poder celebrar a solas con sus más íntimos. Lógico, nadie quería perderse la posibilidad de tener cerca al mejor futbolista del mundo. Después de que el Juez de Paz los declaró marido y mujer, fueron a cambiarse para reaparecer, horas más tarde, en la Basílica del Santísimo Sacramento

Mientras sonaba el “Himno de la Alegría” de fondo, Maradona ingresó a la Iglesia con su madre, Doña Tota, tomada de su brazo. Minutos más tarde, mientras el novio la esperaba en el altar, hizo lo propio Villafañe acompañada por su padre, Coco. Lucía un vestido bordado en perlas, mostacillas y canutillos, que había requerido de 30 metros de organza comprada en Ginebra, ocho de encaje chantilly de Lyon, 30 metros de satén adquiridos en Italia. El diseño era de Elsa Serrano, habían trabajado cuatro costureras y costó 30 mil dólares. La falda recta llegaba al ras del suelo y la cola medía cuatro metros. En su cabeza, llevó una tiara de diamantes y perlas engarzadas en oro blanco.

Julio Grondona participó del casamiento de Diego Maradona con Claudia Villafañe en el año 1986
Julio Grondona participó del casamiento de Diego Maradona con Claudia Villafañe en el año 1986

Más tarde, Diego calificaría como “divino” al look de su mujer, quien detalló ante la prensa, que esperaba afuera, que el vestido pesaba ocho kilos. Durante la emotiva ceremonia, un coro entonó el “Ave María” y al final se fueron caminando del brazo mientras sonaba “Aleluya”. Inmediatamente, se dirigieron al estadio Luna Park a bordo de un vehículo Dodge Phantom 1937 descapotable, que conducía Giorgio, el portero de New York City, una de las discotecas más exclusivas de la época, y la preferida de Maradona.

Fue la fiesta de la década, con 1200 invitados de todo el mundo, 14.000 metros cuadrados decorados para que el estadio se convirtiera en un lujoso salón, baile hasta las ocho de la mañana y un presupuesto de más de 2 millones de dólares.

La vida siguió con grandes momentos de felicidad y muchos silencios de Claudia. Frente al juez, cuando ya la relación estaba rota, ella dijo: “Mi historia es una historia de aguantar lo inaguantable, de tolerar lo intolerable y de justificar lo que no tiene justificación y todo en nombre del amor y la devoción por quién fuera el hombre de mi vida y el padre de mis hijas”.

Hubo viajes, joyas, tapados de piel, reuniones con figuras de todo el mundo y mucha familia. Esa era la parte que brillaba de su vida en común. También hubo oscuridad y desesperación, infidelidades y malas compañías.

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El 26 de abril de 1991 una noticia paralizó al país: Maradona había sido detenido en un departamento de la calle Franklin en el barrio de Caballito, por posesión de drogas. Su imagen saliendo del edificio esposado recorrió el mundo. El Diez se había instalado con su familia en Buenos Aires luego de ser suspendido en el fútbol italiano: su último partido había sido el 24 de marzo, y al final del encuentro del Napoli contra el Sampdoria había dado positivo de cocaína. La Federación Italiana lo suspendió por 15 meses. La FIFA extendió esta sanción a todo el mundo.

Claudia intentó ayudarlo en ese primer camino hacia la rehabilitación. Alguna vez confesó que escondía las llaves del departamento, corría un sillón hasta la puerta de salida y dormía acurrucada allí toda la noche para que Diego no pudiera dejar la casa e ir a buscar drogas.

¿Sabés qué hacía yo para drogarme y que nadie me viera? No prendía la luz. Iba al baño con las luces apagadas. Como aquella vez que estaba en el baño en mi casa y estaba preparando... De pronto Dalma golpeó la puerta. ¡Casi me muero!”, contó Maradona frente a una periodista la primera vez que confesó su adicción a las drogas.

Giannina me pedía un vaso de agua y yo estaba tirado en la cama y no se lo podía alcanzar. No me podía levantar. Me sentía pegado al colchón. Y me temblaba la mano. ‘Y papi ¿me das agua?‘, me decía. Y yo que no podía: ‘Sí mamita sí‘. Pero no podía. La cocaína me había nublado completamente. No me dejaba libre el cerebro”, rememoró con angustia,

En 1994, cuando a Maradona le dio positivo el doping durante el Mundial en los Estados Unidos y dijo golpeado “me cortaron las piernas”, Claudia estuvo allí. “Sin ella me muero”, confesó el astro en ese momento.

Maradona en Punta del Este
Maradona en Punta del Este

Años más tarde Claudia se enteró de la llegada de Jana, la cuarta hija de Maradona, quien nació como fruto de la relación del jugador con Valeria Sabalain, una joven a quien había conocido en un restaurante en el que ella trabajaba de mesera. Otra vez Maradona negó todo.

En el año nuevo del 2000 Diego colapsó en Punta del Este. Estuvo al borde de la muerte. Claudia siempre recordó con dolor ese momento. “Fue muy difícil porque las chicas eran chicas, y Dalma enfrentó a la prensa y dio una nota. Yo no me animaba, no me gustaban las cámaras, y como ella ya trabajaba en la tele sintió que tenía que salir a hablar y contar cuál era la realidad y lo que estaba viviendo. Fue un momento súper difícil, donde todo el mundo y toda la gente acá mostraban mensajes, carteles, cartas, canciones... Gracias a Dios y a él pudo salir y se terminó con una batalla fea que le hizo perder un montón de cosas sin darse cuenta de la situación. Por suerte eso quedó atrás y resurgió otra vez”, le dijo a Santiago del Moro en Quién quiere ser millonario.

¿Sintió que en ese momento podía morir el hombre de su vida? “No, siempre supe en esos momentos que él iba a salir. No sé por qué. Por ahí pensando en mis hijas. Es como que uno le dice ‘tenés que hacerlo, hay que salir de esta’. Pero los momentos del coma, cuando sentís que se puede ir, es fuerte… Siempre me aferré a rezar. Siempre le pido a la Virgen y a mis hijas, por supuesto. Todo eso ayudó”, dijo emocionada.

Cuando Maradona decidió internarse en Cuba, Claudia lo acompañó. Allí estaba ella para apoyarlo. Pero la relación ya estaba quebrada. Se quedó un tiempo hasta que se fue alejando, hizo las visitas más espaciadas y no regresó.

Y un día dijo basta.

El almanaque señalaba que era el 7 de marzo de 2003. En esa fecha, después de 14 años de matrimonio, Claudia presentó una demanda de divorcio en el Juzgado Civil N° 77, a cargo de la jueza Marta del Rosario Matera, en contra de Maradona. Las leyes de entonces, obligaban a emitir algún motivo que justificara la ruptura del vínculo. Y Villafañe alegó “abandono de hogar desde julio de 1998”.

Una de las últimas fotos juntos
Una de las últimas fotos juntos

En la misma denuncia, Claudia pedía la tenencia de las dos hijas de la pareja, Dalma y Gianinna, quienes para entonces tenían 15 y 12 años respectivamente, señalando que quería resguardarlas de “posibles situaciones de conflictos”. Y pedía el dominio de dos departamentos, una cuota alimentaria de 10 mil pesos mensuales (equivalente a unos 3500 dólares) y la mitad de las ganancias del Museo Maradona, que por entonces se encontraba en formación.

La noticia, que salió a la luz el 28 de ese mes, sorprendió a Diego en Cuba, dónde se encontraba haciendo un tratamiento de rehabilitación por sus adicciones en el centro La Pradera. Según su mánager de entonces, Guillermo Cóppola, si Maradona se había tenido que ir a vivir a la isla había sido porque necesitaba una tranquilidad que en la Argentina no podía encontrar, a pesar de que eso implicara "estar lejos de sus amigos, de sus hijas y de su mujer". Pero que sus sentimientos hacia su familia, y en especial hacia su esposa, seguían "intactos".

Diego Maradona y Guillermo Cóppola en Cuba (HR)
Diego Maradona y Guillermo Cóppola en Cuba (HR)

Pero la realidad es que Diego había encontrado el amor en brazos de varias mujeres, entre las que figuraban los nombres como los de Maby, Judith y Adonay, entre tantos otros. De hecho, producto de estas relaciones, el abogado de Maradona, Matías Morla, reconoció la existencia de tres hijos, Joana, Lu y Javielito, quienes iniciaron sus trámites de filiación, y un cuarto, Harold, que ya se habría puesto en contacto con él.

Lo cierto es que el divorcio no marcó el fin de la relación entre Claudia y Diego. "Mientras lo pueda ayudar, seguiré visitándolo, pero eso no quiere decir que siga enamorada o que quiera volver con él", había asegurado Villafañe en aquel momento. A pesar de la ruptura del matrimonio, ella y Maradona siguieron unidos comercialmente. De hecho, en 2005 hicieron juntos La noche del Diez, por El Trece, programa en el que él intentó reconquistarla al aire en más de una oportunidad.

Diego Maradona con Pelé en “La noche del Diez!” (NA)
Diego Maradona con Pelé en “La noche del Diez!” (NA)

Pero, para entonces, Claudia ya había rehecho su vida sentimental en el más absoluto silencio junto a Jorge Taiana. La relación comenzó en el año 2003, cuando producía la obra Pijamas en la que él trabajaba como actor de reparto. Pero lo hizo en el más absoluto silencio. Jamás se mostró en público con él. Y, aunque para muchos era un secreto a voces, durante una década no hubo manera de confirmar el romance. Es que ella sabía que esta era la única manera de seguir teniendo un trato ameno con su ex.

Pero un día apareció una tapa de revista que cambió todo. En ella, se veía a Taiana pescando con Benjamín, el hijo de Gianinna, nieto de Diego y Claudia, junto al muelle de su casa. Y Maradona estalló de ira. “Cuando vi la foto sentí un puñal en el alma”, dijo el futbolista. Hasta ese momento, Villafañe contaba con un poder absoluto como para administrar los bienes de su ex. Pero, a partir de ese momento, todo cambió.

Una de las pocas veces que habló de su nuevo amor, ya muchos años después, Claudia lo definió como un hombre “del interior, muy tranquilo y honesto”. Y contó cómo era su relación: “Estoy re bien. Soy feliz sin tener que exponerme”.

El ex jugador tuvo una larga relación con Verónica Ojeda, con quien tuvo a su hijo Dieguito Fernando, y luego a Rocío Oliva, de quien se separó luego de cinco años de relación. Pero, en su mundo, pretendía que Claudia se mantuviera alejada de cualquier hombre.

Diego Maradona con Claudia Villafañe y sus hijas, dalma y Giannina (The Grosby Group)
Diego Maradona con Claudia Villafañe y sus hijas, dalma y Giannina (The Grosby Group)

A partir de entonces empezó la munición gruesa de Maradona contra la madre de sus hijas. Enfurecido aseguró que Villafañe “no puede avalar con sus ingresos” la compra de sus siete departamentos en Miami y no descarta “que vaya presa”. En ese sentido, dijo: “No le tengo miedo absolutamente a nadie. Claudia dice que yo le tengo que pedir disculpas, pero yo no le tengo que pedir disculpas a nadie. Claudia es una ladrona”.

“Si la Justicia le da la razón a Claudia, yo soy Chirolita. Claudia se agarra de un palo prendido, a una brasa, porque sabe que pierde en todos los lugares. La mujer de Maradona, que sale de Paternal, no tiene un trabajo, no sabía cocinar… ¿A vos te parece que esa Claudia tenga siete departamentos en Miami? ¡No! Esa es toda plata de papá”, dijo Maradona, visiblemente enojado, en diálogo con Luis Novaresio en 2017.

Durante los últimos Diego cruzó a Claudia con duras acusaciones. Ella muchas veces mantuvo el silencio, otras -cuando afectó a sus hijas- respondió con dureza. Millones de dólares, camisetas, departamentos, broncas que crecieron durante años, mucho está en juego.

Hoy volvieron a subirse al ring por la serie Sueño Bendito de Amazon que lo tiene como protagonista. Maradona firmó un documento en el que pide que “14 puntos” sobre su vida sean contemplados.

“Me dirijo a usted a fin de hacer saber que bajo mi exclusiva responsabilidad autorizo a que en la mini serie que usted produce y que se encuentra en desarrollo, se traten los siguientes temas que trágicamente me ha tocado vivir”, escribió el Diez.

"Claudia está devastada", dijeron sus abogados (Franco Fafasuli)
"Claudia está devastada", dijeron sus abogados (Franco Fafasuli)

Esos 14 puntos apuntan todos a Claudia Villafañe. Pide: que se revelen las infidelidades de Claudia y su relación con Jorge Taiana “que comenzó mientras nosotros aún estábamos casados”; la defraudación por los departamentos de Miami, el testamento que “me hicieron firmar cuando yo estaba a punto de perder la vida”, el dinero que ella habría usado para enriquecerse...

La lista es larga, pero el golpe mortal lo dio en el punto 8: ”La primera vez que consumí cocaína lo hice con el padre de Claudia, ya fallecido, Coco Villafañe, quien me introdujo en el mundo de las drogas”.

“Pasó un límite”, dicen quienes alguna vez estuvieron cerca de la pareja. “Coco no puede defenderse y sabe que eso lastima infinitamente a Claudia”, cierran.

Claudia se enteró de dichas declaraciones en vivo mientras escuchaba a Luis Ventura que leía el documento en Informados de todo. Shockeada, se comunicó con su abogada, Elba Marcovecchio, del estudio de Fernando Burlando. “Está devastada. No para de llorar”, aseguraron a Teleshow quienes estuvieron con Villafañe.

“Claudia está angustiada, le duele que se hable así de su padre, quien no se puede defender. Conociendo el impacto mediático, intuye que se hablará de eso en los programas de televisión, y quiere evitar que, además, lo vea su nieto Benjamín, hijo de Gianinna Maradona y Sergio Kun Agüero”, dijeron sus letrados.

El video donde dijo: "Por plata no se compra el corazón de nadie"
El video donde dijo: "Por plata no se compra el corazón de nadie"

Claudia decidió iniciar acciones legales contra su ex marido y también contra la productora de la serie. “Vamos a pedirle a una jueza de familia, por el expediente de violencia, que sea ejemplar y evite la difamación de Claudia”, indicó la abogada sobre la denuncia. “Esto es un atropello a la condición de mujer, es violencia en su máxima expresión, es violencia psicológica, económica y mediática”.

Nada queda hoy de aquel brindis con sidra, del amor para siempre, de los sueños compartidos.

Claudia siente que aquel amor de su adolescencia, aquel mantuvo durante años “porque lo quiero como el padre de mis hijas”, hoy le asestó un golpe mortal.

¿Y Maradona? ¿Qué recordará cuando mira hacia atrás? ¿A quién verá a su lado en los tiempos difíciles? Solo él lo sabe, pero de ese amor que lo atravesó como un rayo parecería que ya nada queda.

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