La mamá de Nacho Abosaleh, una de las víctimas del choque de Pepo, rompe el silencio: “Mi hijo dormía en el auto y pasó de un sueño al otro”

En una extensa charla con Teleshow, Patricia Achu recordó a su hijo, bombero voluntario y papá apasionado. Además, renovó su pedido de Justicia: “Sé que él y Nicolás no van a volver, pero necesitamos sentir el alivio”

Compartir
Compartir articulo
Nacho con Patricia, su mamá, en el cumpleaños de ella
Nacho con Patricia, su mamá, en el cumpleaños de ella

“Cuatro días antes estuve con Nacho, porque yo viajé a Buenos Aires a festejar mi cumpleaños con él y con mi nieto. Aproveché y le di su regalo de cumpleaños, que fue el 3 de junio. El día del accidente me dijo que como iba a la Costa y él era medio friolento, iba a estrenarse el conjunto de jogging que le regalé. Me devolvieron la ropa en una bolsa”.

A siete meses del accidente protagonizado por Rubén Castiñeiras, conocido popularmente como Pepo, en el que murieron Ignacio Abosaleh y Nicolás Carabajal, en una charla íntima con Teleshow, Patricia Achu recordó a su hijo Nacho y renovó el pedido de Justicia. Nacho, el papá de Ian. Nacho, el esposo de Camila. Nacho, el hermano de Kang. Nacho, el bombero querido por los vecinos de Ingeniero Maschwitz. Nacho, el amigo de sus amigos.

Fascinación por los bomberos y el sueño de ser papá

Navidad, Reyes o cumpleaños, Ignacio no pedía una pelota, ni un autito, siempre quería un camión de bomberos. Aquel mundo le llamaba la atención, cada vez que escuchaba una sirena o veía una automboma en la calle quedaba fascinado. Un día, con ocho años, le pidió a su mamá que lo llevara a visitar el cuartel de bomberos, que quedaba a unas pocas cuadras de su casa. “¡Cuando vio los uniformes...", dijo Patricia y seguramente llevó a su mente los ojos de asombro de aquel pequeño niño.

Nacho a los quince, con el uniforme de los bomberos
Nacho a los quince, con el uniforme de los bomberos

“Hablé con el jefe y le dije que él tenía una pasión especial por eso. Me dijeron que tomaban a chicos de diez años en adelante, pero que igual le iban a hacer una evaluación. Se la hicieron y entró. Fue el primer cadete de esa edad. ¡Lo que era ver la foto! -recordó con ternura-. A los 16 estaba capacitado para salir, pero no podía por la edad, a los 18 le entregan el título oficial y empieza a ir a los siniestros como asistente. Después lo pusieron como cuartelero e iba a las guardias. Sabía cómo actuar, sabia qué hacer”, contó.

Como bombero le ha tocado pasar Fiestas en el cuartel. Su mamá le llevaba la cena y celebraban juntos. Pero sobre fechas especiales, hay una que sobresale. El 24 de diciembre del 2011 Nacho también estaba trabajando, volvía de la Costa ya que era chofer de micros de larga distancia -manejar era su otra pasión y tenía registro profesional- cuando alrededor de las 19 nació su hijo Ian, “Porotito”, como él cariñosamente lo llamaba.

Nacho con su hijo Ian, en Puerto Madryn en una visita a su mamá
Nacho con su hijo Ian, en Puerto Madryn en una visita a su mamá

“Por esos tiempos él bajaba de un micro y subía a otro, para juntar plata para el bebé. Llegó de un viaje y vino corriendo al hospital, el bebé había nacido hacía quince minutos. Como era prematuro y muy chiquito tuvo que estar más de dos meses en incubadora. A la semana Nacho tuvo que volver a trabajar, pero llegaba a la terminal e iba corriendo a la neo a quedarse con su hijo”, contó Patricia orgullosa de su hijo en el rol de papá y agregó: “Era muy joven. Toda la vida había querido tener un hijo. Me acuerdo que vinieron él y Camila con el test de embarazo a contarme, ‘Mami vas a ser abuela’, me puse a llorar de la alegría”.

¿Cómo era Nacho? “Tenía 30 recién cumplidos, siempre fue muy querido, no peleaba con otros, tenia muchos amigos, por eso ese trabajo solidario de ser bombero, siempre rodeado de gente”.

“Durante el accidente Nacho estaba dormido, pasó de un sueño al otro”

Sin trabajo, ya que la empresa de micros y luego la automotriz en la que se desempeñaba como bombero redujeron personal debido a la crisis, Abosaleh había ido a probar suerte a Puerto Madryn, donde vive Patricia desde hace cinco años, pero no había nada estable. Una de las bandas musicales con las que se había desempeñado como chofer un tiempo lo llamó para ofrecerle hacer unos traslados durante unas giras. Ellos fueron quienes le hicieron contacto con Pepo, que le ofreció un trabajo fijo como chofer. En los tres años y medio que trabajó con el músico, también hizo las veces de ayudante y secretario personal.

Ignacio Abosaleh y Nicolás Carabajal antes de emprender el viaje a la costa
Ignacio Abosaleh y Nicolás Carabajal antes de emprender el viaje a la costa

Sin embargo, ya en enero en una visita a Madryn, Nacho le había comentado a su mamá que quería cambiar de empleo, pero que las cosas estaban difíciles. “Me contaba que el Pepo estaba insoportable, que maltrataba a todo el mundo pero que a él como lo necesitaba lo trataba un poco mejor. Él le manejaba todo, le hacía las trasferencias, le llevaba cosas a la mujer, le tenía que pagar a los músicos”.

El 16 de julio Patricia vino a Buenos Aires para pasar su cumpleaños con su hijo, su nuera y su nieto: “La pasamos hermoso”. El domingo 21 ella tenía que ir a Jujuy por trabajo y el viernes 19 Nacho tenía que ir a la gira con La Super Banda Gedienta.

El sábado 20 alrededor de las nueve de la mañana su hijo menor, Kang, la fue a buscar para darle en persona la triste noticia: Ignacio, junto con el trompetista Nicolás Carabajal eran las dos víctimas fatales del accidente protagonizado por el cantante rumbo a Villa Gesell. Como si presintieran que algo malo pasaría, ninguno de ellos dos había querido viajar en el auto y se lo habían comentado a través de mensajes a su familia: “Me había dicho que no quería manejar porque estaba cansado y que quería ir a casa a estar con el nene. Pepo le dijo que lo necesitaba”.

Nacho y su hermano Kang, de adolescentes
Nacho y su hermano Kang, de adolescentes

“Se había estrenado el conjunto jogging que le regalé, me devolvieron la ropa en una bolsa”, dijo Patricia con la voz quebrada. “Nos mandaron la ropa, que nos dimos cuenta como estaba todo lastimado por las manchas, tuvo una emboria de cráneo, brazo roto, pierna rota. Nos devolvieron también una cadena con una cruz que él llevaba hacía muchos años, los aros, la billetera con cuatro mil pesos que eran para pagar a los músicos, los documentos y el registro. El celular, no. El teléfono de mi hijo lo hicieron desaparecer porque tenía información de Pepo”.

En un video grabado apenas ocurrido el accidente, el cantante aseguró que no era él quien conducía el auto, sino Nacho. “Cuando veo los videos de este desgraciado que culpa a mi hijo, que no manejaba... él pidió ir en la camioneta y no lo dejó”, dijo Patricia entre triste y enojada. “Él, estaba durmiendo, paso de un sueño al otro".

La familia no recibió nunca un comunicado oficial: “El primo de mis hijos, también Abosaleh de apellido, es policía y trabaja en Mar del Plata. Le llegó información de un accidente en Dolores y lo llamó a mi otro hijo, que lo primero que hizo fue corroborar con mi nuera de que Ignacio había viajado. Lo llamó al papá y después me vino a ver a mí. Cuando me contó yo no reaccionaba, me parecía un sueño”.

Nacho con su mujer, Camila
Nacho con su mujer, Camila

El día después Patricia y Camila tuvieron que hacerse de fuerza para acompañar a Ian, que con sus cortos ocho años tuvo que aprender el significado de la palabra “muerte”: “Mi nieto no quería ir a la casa porque no quería ver cosas de su papá, me pregunta cosas de Nacho de cuando era chiquito, no quiere que los compañeros le hablen del papá. Mi nuera la está piloteando, no tiene trabajo, se sentó otra vez en su maquina de cocer, pero está difícil la cosa. Ella llora sola en los rincones. Necesitábamos caer en lo que estaba pasando así que fuimos al cementerio, el nene no quiso ir, a mí me tuvieron que asistir porque era una máquina de llorar. Tuve un infarto después de esto, nada es gratuito".

Un pedido que se renueva

Hace unos días la fiscal Verónica Raggio pidió un juicio abreviado con una pena de cinco años y diez meses y una inhabilitación para manejar por 10 años. El pedido no conforma a los familiares de las víctimas: “Ha sido un paso importante, pero no estamos de acuerdo. Queremos revocar la domiciliaria, no le creo nada lo que dice respecto a su pierna (la defensa argumentó que por una lesion era conveniente que esperar el juicio en su casa)”.

“La idea es ir a juicio, queremos juicio oral con él en la cárcel y que ahí se determine. Sobre la pena, vamos a pedir más porque tiene antencedentes. Él estuvo en una parte a la que no quier volver. Ojalá vuelva, pero lo determinará la Justicia. ¿Que lo inhabiliten para manejar? Pone un chofer y listo, lo tienen que inhabilitar para subir a un escenario”, agregó.

“Sé que mi hijo no va a volver, que Nicolás no va a volver, mi nieto lo está padeciendo. Pero tenemos que sentir el alivio de que se hizo Justicia y que ellos descansan en paz”.

SEGUÍ LEYENDO