Por Nancy Duré
Tenía apenas 9 años de edad cuando se dio cuenta de que podía ladrar sin mover los labios. Y, ya de grande, con su perrito Alfonso siempre en brazos, Cecile Charré marcó la infancia de una generación de niños que la seguían desde Telejuegos, el programa infantil que conducía en ATC allá por los años '80.
Sin embargo, tras cuatro años al aire (de 1982 a 1986), Cecile se alejó de la pantalla y muchos de sus "chicos", como llama ella a sus seguidores, le perdieron el rastro. "Yo seguí trabajando con Alfonso toda la vida. Lo que pasa es que, si no tenés televisión, es como que no existís", explicó Charré en diálogo con Teleshow.
Radicada en Villa Rumipal, Córdoba, desde hace 15 años, hoy Cecile se prepara para recibir un merecido homenaje a la trayectoria por parte del Círculo de Ventrílocuos Argentinos, ceremonia que tendrá lugar hoy a las 19,30 en el Teatro Contemporáneo. Pero, ¿qué fue de su vida y de la de su inseparable mascota durante todos estos años?.
"Después de mi paso por Telejuegos hice dos temporadas como titiritera solista en el Teatro Nacional Cervantes. También hice giras por todo el país y trabajé para la Secretaría de Cultura de la Nación. ¿Qué se yo? ¡Hice de todo! Pero, al no estar en la tele, la gente piensa que desaparecí. Y, de repente, se lleva la sorpresa de encontrarme en una feria artesanal con mis títeres. Así que, muchas veces, al otro día tengo que volver con Alfonso porque hay una multitud esperándolo", explicó Cecile.
¿Si el muñeco sigue siendo el mismo que se hiciera famoso en el canal estatal? "Alfonso es un perro fénix. Nació el 15 de diciembre del '81 y han pasado por ahí muchas manitos, muchos besos y muchos mimos. Y, como está hecho de un material que se deteriora, cada tanto su alma trasmigra a un nuevo cuerpo. Pero como es mi hijo y lo hago yo, la esencia es la misma. Y eso es, en definitiva, lo que ve la gente", confiesó.
Junto a su marido, Tito Bleuville, que también es artesano juguetero y fabricante de muñecos para ventriloquía, Cecile decidió radicarse en el Valle de Calamuchita en busca de una vida más tranquila. "Elegimos la salud mental. Yo tengo dos hijas y, él, un hijo que vive en Córdoba. Y también tenemos cuatro nietos. Pero decidimos instalarnos en este pequeño
paraíso, que queda en las afueras de la ciudad, dónde el río Santa Rosa se convierte en el Lago Embalse. Es una zona muy agreste. De repente, salís a colgar la ropa y te encontrás con un zorro en el parque. Y en casa tenemos un pequeño museíto de títeres y juguetes de tela y madera, dónde la gente puede venir a comprar", dijo.
Así, en una época marcada por las tablets y los celulares, Ceclile sigue apostando a los juguetes artesanales. "Los padres dicen: 'Mi hijo está en otra'. Y, de repente, miran para el costado y ven que los chicos están jugando con un camión de madera al que le cargan piedritas. Porque, nosotros, lo que hacemos es devolverles la infancia a los niños", explicó Charré.
¿Si piensa que tendría la posibilidad de insertarse en la televisión actual? "¡Para nada! Antes, los programas se hacían pensando en los chicos y no en el negocio. Pero yo quisiera saber si, dentro de treinta y pico de años, alguien se va a acordar con amor de alguna de estas chiquilinas que se visten ridículas y dicen que quieren hacer un ciclo infantil. Creo que no son conscientes de lo que proyectan y del afecto que mueven trabajando para los niños. De todas formas, esta tele no me quiere a mí que soy grande, gorda y, además, pienso", aseguró.
Sin embargo, Cecile adelanta que sus seguidores tendrán una oportunidad única de verla en Capital Federal: "Mientras esperaba el llamado de Teleshow, me avisaron que el próximo 15 voy a estar presentando mi espectáculo, Títirimagia, en la Sala Cortázar del Paseo La Plaza. Así que 'mis chicos' de Telejuegos me van a poder venir a ver".
SEGUÍ LEYENDO