Tras el testimonio de Zapata, termina la décima jornada del juicio. Se reanudará el lunes, con la primera ronda de testigos convocados por la defensa.
Pablo Gastón Zapata, 38 años, oriundo de Zárate, fue el próximo en declarar. Dijo que conocía a Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y a Lucas Pertossi. A los dos primeros por gente en común y al tercero “por un hecho”.
Consultado con respecto a ese hecho, por la fiscalía, el testigo refirió que el día 10 de diciembre de 2019 (un mes antes del ataque en Villa Gesell), recibió una golpiza con unas cinco o seis personas con las que estaba. “Después me lo crucé a los 5 días, con los mismos sujetos, y se me vinieron encima. Yo les dije que: “Ya está” que ‘la bronca’ había pasado”.
“Uno de los pibes me abrió el paso y ahí Lucas Pertossi me pegó una trompada. Yo intenté escapar, me hice una fractura platillo tibial, caí por la baranda de la escalera mientras Lucas me tiraba cosas y me decía: ‘Hijo de puta, te voy a matar, te voy a robar la moto’”.
De acuerdo con el relato de Zapata, después de ese segundo cruce con Lucas Pertossi, “a los 15, 20 segundos”, fue buscar la moto, pero ya no estaba ahí. “Mi moto desapareció así que hice la denuncia. Después, en redes sociales, una mujer me mandó un audio y me dijo que Lucas Pertossi se había llevado mi moto y que estaba en el taller. Después esa mujer borró el mensaje”, dijo y contó que tras el episodio realizó una denuncia del robo y luego fue a un hospital de la zona.
Luego, el querellante Fernando Burlando tomó la palabra. Pidió al testigo que corroborara imágenes exhibidas en la pantalla: eran las fotos de la denuncia que realizó tras el robo. Paralelamente, mostró una foto de una moto y le preguntó a Zapata si esa era la suya. El testigo asintió. Burlando sostuvo que esas fotos fueron obtenidas del celular de Lucas Pertossi.
Consultado sobre qué opinión le merecía el imputado, el testigo dijo: “No quiero opinar de eso. No soy quien para juzgar a este chico, solamente hice la denuncia, sé que es él, pero más no puedo decir”.
El documento de la denuncia fue exhibido, pero no indica a Pertossi entre los apuntados, una presentación “NN” por autores desconocidos. Sin embargo, las fotos de la moto de Zapata encontradas en el celular de Pertossi datan de cinco días después del robo.
No es el primer testimonio en el proceso que señala a Pertossi como un violento y un matón entre los jóvenes de Zárate. Francisco Santoro, amigo de Pablo Ventura que acompañaba al remero en la noche del crimen, declaró en el mismo sentido.
Javier Timoteo, bombero voluntario de Villa Gesell, fue el segundo testigo de la jornada. Su testimonio fue similar al de su compañera. Dijo que al llegar a Le Brique, notó Fernando “no tenía signos vitales”. Explicó que había una mujer practicándole RCP -por Virginia Pérez Antonelli, que fue testigo en el juicio- y que junto a Onieva colocaron el DEA, el desfibrilador externo automático. “Cuando no hay corazón activo, el aparato pide que se hagan masajes cardíacos”, aseguró.
Según Timoteo, entonces, su compañera siguió con la maniobra de RCP. “Yo hice otra vez el chequeo con el DEA y seguía sin signos vitales. Hicimos el relevo, yo le hice RCP y llegó la ambulancia. Después ayudamos a cargar el paciente a la camilla y lo trasladaron al hospital”, sostuvo.
La primera testigo fue Verónica Onieva, bombero voluntario de Villa Gesell desde hace 15 años.
Contó que la madrugada del 18 de enero recibió un llamado a las 5.03 en el cuartel, anunciando que había una persona en la vía pública, inconsciente enfrente del boliche. “Fuimos y nos encontramos con una persona en el piso a la cual le estaba haciendo RCP una mujer. Le pedimos que nos deje intervenir y mi compañero comenzó a hacerle maniobras de RCP, le conectamos el DEA, constatamos si tenía signos vitales: no tenía”, explicó.
Ingresan los rugbiers a la sala. Luciano Pertossi es el último en la fila.
Así, comienza la décima audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa.
Juan Manuel Dávila, uno de los fiscales acusadores, habló ante la prensa antes de ingresar a la sala y dio su reacción de la declaración de Luciano Pertossi, a la que considera “una estrategia del defensor”. Hugo Tomei, en cambio, aseguró que se produjo de forma espontánea. Dávila dijo que habler declarad “no lo perjudica porque nadie está obligado a declarar en su contra”.
”Está ubicado cada uno de los imputados, más allá de la declaración, por testigos de cada una de las jornadas. Las filmaciones son complementarias de lo que cada uno de los testigos ha dicho”, expresó. Luego, detalló el estado del proceso: ”Hay muchísimas pruebas y vamos a hacer un análisis en la etapa de los alegatos”.
A las 9:35, llegó Francisco Thomsen, hermano de Máximo. Evitó a la prensa que aguardaba en la puerta del lugar y entró por una puerta secundaria.
Con el correr de los días, cada vez más familiares de los imputados llegaron a los tribunales de Dolores para sentarse en la sala de audiencias y ver el proceso de primera mano.
Además de Francisco Thomsen, hoy están presentes Sergio Viollaz, padre de Ayrton; María Elena Cinalli, madre de Luciano Pertossi; Marcos Pertossi, padre de Lucas y Mónica Ester Zarate, la madre de Matías Benicelli. Francisco, por otra parte, participó de la primera visita en el penal de Dolores, que sucedió el miércoles de la semana pasada. Su madre, Rosalía, no pudo presenciar las audiencias, ya que está citada como testigo la semana próxima.
Con los acusados en la sala, llegó Gastón Zapata, el joven de Zárate que acusó a los imputados de bullying. También, señaló a Lucas Pertossi por supuestamente robarle una moto. Su presencia en la audiencia se encontraba en duda.
Arribaron los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García, junto al defensor Hugo Tomei.
Hoy a las 7:30, los ocho acusados del crimen de Fernando Báez Sosa llegaron a los tribunales de Dolores en el usual convoy del Servicio Penitenciario Federal para la décima audiencia del juicio en su contra. La audiencia ocurre luego de que ayer declarara espontáneamente Luciano Pertossi al verse señalado por peritos en las imágenes que mostraban la golpiza a Báez Sosa, un giro inesperado.
Para este viernes, se esperan las declaraciones de Verónica Onieva y de Javier Timoteo, los bomberos voluntarios que asistieron a la víctima la madrugada del 18 de enero de 2020 frente al boliche Le Brique, antes de que llegara la ambulancia con la médica Carolina Giribaldi, que lo halló sin signos vitales.
A su palabra se sumaría la de Pablo Gastón Zapata, un joven que vive en Zárate y que denunció haber sido agredido por los rugbiers acusados de asesinar a Fernando meses antes del crimen. También sostuvo que uno de ellos, Lucas Pertossi, le robó la moto. Su presencia, sin embargo, no está cien por ciento confirmada, según manifestaron fuentes con acceso al expediente a este medio.