Giovanni Melillo, fiscal italiano antimafia: “La principal herramienta en la estrategia del crimen organizado es la corrupción”

El titular de la Fiscalía Antimafia y Antiterrorismo de Italia visitó Argentina para continuar y profundizar la cooperación entre ambos países. “Mucha gente piensa que el crimen organizado es sinónimo de violencia”, pero “para un grupo criminal es mucho más importante tener amigos influyentes”, explicó en diálogo con Infobae

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Entrevista con Giovanni Melillo, fiscal nacional italiano antimafia y antiterrorismo

Giovanni Melillo destaca la importante historia de cooperación entre la justicia italiana y la argentina en materia de combate al crimen organizado que se ha internacionalizado al punto que, por ejemplo, la ‘Ndrangheta calabresa tiene ramificaciones en nuestro país por la vía de la inversión del dinero malhabido en empresas que operan como fachada de estas organizaciones.

Esta es la cuarta vez que el ahora Fiscal Nacional Antimafia y Antiterrorismo de Italia visita la Argentina. Antes de ser nombrado en ese puesto estratégico en mayo de 2022, Giovanni Melillo, que ingresó al poder judicial en 1985 y se desempeñó en varios cargos como magistrado y como fiscal, era jefe, desde 2017, de la fiscalía de Nápoles, la oficina más grande y relevante de Italia en materia de investigación y represión de grupos mafiosos.

En Argentina, participó de una jornada en la Universidad de San Andrés sobre “Lineamientos de política criminal para la reducción de la violencia. Proliferación de organizaciones criminales y su impacto en el aumento de homicidios”, junto a fiscales federales y provinciales de nuestro país. Melillo disertó sobre la experiencia italiana en el desmantelamiento de organizaciones criminales para la reducción de la violencia.

María Cecilia Vranicich, fiscal general de Santa Fe, trazó el cuadro de situación de su provincia con respecto al crimen organizado, y con eje en el caso Rosario, generando un intercambio con Melillo y los demás expertos.

Además el fiscal italiano participó de un panel en la Facultad de Derecho de la UBA, junto al juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti y el fiscal general de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Juan Bautista Mahiques, sobre la persecución penal del narcotráfico.

En entrevista exclusiva con Infobae, Melillo explicó cuáles son las falencias o debilidades de las economías y de los Estados que favorecen la expansión del crimen organizado.

— ¿Cuáles son los principales desafíos que debe enfrentar un Ministerio Público Antimafia y Antiterrorista en la Italia de hoy?

— Los desafíos a los que nos enfrentamos en Italia son los mismos a los que se enfrentan otros estados. Tenemos ante nosotros redes criminales que operan a escala global, sistemas criminales complejos e integrados, que llevan a cabo estrategias comunes para la gestión del tráfico legal y la reinversión especulativa de los beneficios, enormes beneficios de este tráfico. Se trata de fenómenos que apelan a la responsabilidad de todos los Estados y que llaman a los fiscales de todos los países a cooperar entre sí para construir proyectos de investigación comunes y acciones de investigación cada vez más eficaces.

— ¿Cuál es el estado de esa colaboración entre Italia y Argentina? ¿Existe una historia de cooperación?

— Es una buena colaboración. Hay una historia reciente muy importante que se ha desarrollado alrededor de casos también de gran importancia en los cuales la magistratura argentina ha ofrecido una colaboración importante para la justicia italiana. Tenemos el proyecto de reforzar y relanzar porque tenemos ante nosotros desafíos comunes. Yo he venido a Argentina para encontrarme con los magistrados del Ministerio Público de la República Argentina y para construir las bases de una colaboración siempre más eficaz. Tenemos desafíos comunes: la Triple Frontera no es sólo un problema en los países de América Latina que están directamente involucrados en lo que sucede en esa región tan dramáticamente marcada por fenómenos criminales. La Triple Frontera mucho tiene que ver también con el tráfico de drogas que llega a los estados europeos y a Italia. Tenemos problemas comunes también debido a la acción de las organizaciones criminales italianas que se han ramificado en el extranjero también están presentes aquí. La ‘Ndrangheta calabresa, en primer lugar, que tiene importantes ramificaciones en Argentina y una red de empresas cuya función es blanquear dinero procedente del tráfico criminal, empresas que son aparentemente legales, pero que apoyan el desarrollo de redes criminales transnacionales.

— ¿Hay sectores de actividad más favorables a la infiltración de las mafias?

— Absolutamente sí, en todas las latitudes tienen actitudes pragmáticas a la hora de blanquear la inversión de los beneficios del tráfico criminal. Lo hacen en sectores donde hay menos riesgo de controles, menos riesgo de padecer los rigores de la ley, y desde este punto de vista es evidente que todas las debilidades de los sistemas de control del mercado financiero, del sistema bancario, de sectores económicos delicados como son el sector turístico-hotelero, por ejemplo, o el inmobiliario se prestan naturalmente a este tipo de operaciones.

Giovanni Melillo durante la entrevista con Infobae (Foto: Cristian Gastón Taylor)
Giovanni Melillo durante la entrevista con Infobae (Foto: Cristian Gastón Taylor)

— Esas son debilidades del sistema económico. ¿Existen también debilidades en los estados que favorecen la infiltración mafiosa?

— La principal debilidad está dada por la gravedad de los fenómenos corruptos que están presentes y que debilitan las funciones de control y represión también es un problema que atañe a la responsabilidad de todos los estados. Mucha gente piensa que el crimen organizado es sinónimo de violencia, pero en realidad la principal herramienta de la estrategia del crimen organizado es la corrupción. La violencia derriba al enemigo; la corrupción procura amigos y es mucho más importante para un grupo criminal tener amigos que puedan ayudar a la organización a garantizar la impunidad de sus dirigentes o la seguridad de sus riquezas ilícitamente acumuladas. Este es un riesgo principal, luego hay otras debilidades como controles insuficientes en los sistemas de infraestructura que soportan la logística que utilizan las redes criminales para el narcotráfico, pero también para el tráfico de metales estratégicos y de seres humanos. Aquí hay que reforzar las tecnologías al servicio de las funciones de control. La responsabilidad de los estados es un objetivo importante para superar una condición crónica de debilidad de estas funciones en muchos estados, no sólo latinoamericanos, sino también europeos.

— ¿Tiene Argentina el desarrollo institucional suficiente como para obstaculizar el desarrollo del crimen organizado?

— Creo que es posible la cooperación entre estados con tradiciones diferentes, con sistemas jurídicos distintos, pero todos animados por la conciencia de que frente a desafíos comunes debemos dejar de lado las diferencias que obstaculizan la cooperación y en cambio unir nuestros esfuerzos para construir proyectos de investigación comunes. El derecho internacional nos ofrece esta posibilidad. La magistratura italiana trabaja con muchos estados de América, Latina en equipos conjuntos de investigación donde magistrados y fuerzas policiales trabajan codo con codo, paso a paso, compartiendo proyectos de investigación, información y resultados del trabajo conjunto. Este es un objetivo que también tenemos en nuestra relación con el poder judicial de Argentina. Lo hablaré con el Procurador General de la Nación, con el Fiscal Nacional Antidrogas. Es una meta a nuestro alcance porque las convenciones internacionales nos ofrecen esta posibilidad y es una oportunidad importante sobre todo en relación con el poder judicial de la República Argentina, que es un estado con sólidas raíces democráticas, con una tradición jurídica importante, gracias a la solidez de sus instituciones judiciales, pero también de las académicas, la cultura jurídica de los abogados argentinos. Es un país con el que la colaboración desde el punto de vista italiano es natural y confiamos mucho en esta posibilidad.

— ¿El tráfico de drogas ha crecido y el consumo ha aumentado en los últimos años en Europa?

— Los datos de Naciones Unidas muestran que no sólo creció el consumo sino también la producción de clorhidrato de cocaína. Es la sustancia ilegal con la que más se trafica en el mundo y esto lo confirman las cifras. En 2022 se incautaron más de 1400 toneladas de cocaína y más de 200 toneladas fueron incautadas en Europa. Pero esto es una pequeña fracción que da la medida del tamaño del tráfico y, sobre todo, del volumen de la riqueza ilegal que se origina de este tráfico y que luego es vertida en el mercado anulando la competencia aplastando a las empresas que no pueden contar con estas disponibilidades y de hecho alterando los mercados legales. Este es un problema muy importante que vincula el destino del narcotráfico al destino global de los procesos criminales de los fenómenos criminales a escala planetaria.

— ¿Es posible luchar en el marco de un país contra una criminalidad organizada que traspasa fronteras? Suele decirse que los mafiosos siempre van por delante de sus perseguidores

Giovanni Falcone decía que los mafiosos siempre tienen una larga ventaja sobre los magistrados, porque las organizaciones criminales tienen una extraordinaria capacidad de adaptación y evolución. Pero la historia demuestra que es posible. Desbaratando las grandes organizaciones, los grandes carteles criminales, es posible restaurar la primacía de la ley. La experiencia italiana se presta a la reflexión. En Italia prácticamente todos los jefes de las organizaciones mafiosas están en la cárcel y se considera normal que las riquezas de la mafia sean confiscadas para ser destinadas a fines sociales. Esto, por supuesto, no afecta a la gravedad de los fenómenos criminales, porque éstos se transforman, pero la criminalidad mafiosa organizada en Italia ha renunciado a desafiar la autoridad del Estado con resonantes empresas armadas.

— ¿Ser fiscal en Italia sigue siendo una actividad de riesgo, como lo fue en el pasado?

— No me corresponde a mí evaluar el riesgo relacionado con mis funciones. Este es un tema por el que nunca me he preocupado. Y no puede condicionar el trabajo que hago el pensar en eventualidades.

— ¿Cuál es la posición de Argentina en el tráfico internacional de drogas? ¿Seguimos siendo un país de tránsito?

Argentina es ciertamente un país de tránsito. Pero también es un país en el que las riquezas del narcotráfico se utilizan para adquirir cuotas importantes de los mercados inmobiliarios y de empresas por ejemplo en el sector del turismo y de la restauración, y no sólo allí sino en todos los sectores en los que es posible utilizar empresas para lavar dinero. Y, sobre todo, Argentina tiene un rol, es decir, ocupa una posición crucial en el ciclo de tráfico de la droga producida en América Latina. No es casualidad que alrededor de la Triple Frontera haya surgido un sistema que yo llamo de macro-mafia en el que se integran las mafias de los países individuales en...

— ...en multinacionales

— Podemos llamarlos así. Se trata de procesos de transformación criminal extremadamente peligrosos que no pueden ser enfrentados por estados individuales. La clave es la colaboración entre los estados y la clave de esa colaboración está en los poderes judiciales de los estados que son los que más sienten la responsabilidad de contrarrestar este fenómeno que amenaza la estabilidad y la seguridad de países enteros y que, además, es capaz de avasallar democracias. Muchos latinoamericanos están familiarizados con este fenómeno de cómo una democracia puede ser derribada o incluso simplemente vaciada por el narcotráfico y la presión coactiva y violenta que éste genera.

"Argentina es ciertamente un país de tránsito", expresó Melillo sobre el papel del país en el tráfico internacional de drogas (Foto: Cristian Gastón Taylor)
"Argentina es ciertamente un país de tránsito", expresó Melillo sobre el papel del país en el tráfico internacional de drogas (Foto: Cristian Gastón Taylor)

— En lo que concierne al terrorismo actual, me parece que, en comparación con otros países europeos, Italia ha eludido de momento ese flagelo.

— Desde que vivió las tragedias del terrorismo en los años 70 y 80 Italia ha desarrollado una extraordinaria capacidad de prevención y represión de estos fenómenos criminales. Los servicios de policía judicial especializados en la prevención en la lucha contra el terrorismo hacen un trabajo extraordinario y las fiscalías italianas apoyan y dirigen este trabajo, gracias a los activos de información integrados y a que cuenta con estructuras especializadas. La Fiscalía Antimafia y Antiterrorismo tiene precisamente la tarea de impulsar y coordinar la investigación, y de la eficacia de esta función y de la del Estado en su conjunto depende la posibilidad de prevenir la comisión de delitos graves. Pero, por supuesto, la realidad siempre está dispuesta a contradecirnos y, por lo tanto, en este sentido sólo podemos esforzarnos por trabajar cada vez mejor.

— ¿Los demás países europeos han consultado a Italia en materia de política antiterrorista?

— Con los otros países de la Unión Europea hay un marco absolutamente positivo de cooperación, incluso para la solidez del marco jurídico que garantiza la cooperación entre los estados de la Unión. Y hay una larga tradición en los últimos 50 años de cooperación y confianza mutua entre las democracias europeas amenazadas por el terrorismo. Es una larga historia de éxitos y también de algunos fracasos, a través de los cuales, sin embargo, se ha construido un modelo de investigación que es la mejor garantía, no para evitar nuevas empresas terroristas, sino para poder luego reprimirlas con eficacia e identificar quien es el responsable

— ¿En qué forma favorece la guerra al crimen organizado?

— En general los conflictos armados y la economía de guerra son un factor de expansión tanto del crimen organizado como del terrorismo; ambos a menudo son componentes de conflictos híbridos y procesos de desestabilización político institucional y social que tienen lugar en zonas marcadas por conflictos. También desde este punto de vista la experiencia de países de Latinoamérica nos ayuda incluso a nosotros mucho para entender los riesgos que también están presentes en Europa que ahora ha perdido la ilusión de mantener lejos de sus fronteras el espectro de la guerra.