Elecciones a gobernador en Mendoza: el oficialismo apuesta a provincializar y el kirchnerismo a nacionalizar

(Desde Mendoza) Provincializar o nacionalizar, esa es la cuestión que se debate por estos días en Mendoza, a una semana de las elecciones para elegir el gobernador que reemplazará a Alfredo Cornejo en una provincia donde no hay reelección.

En las PASO a gobernador que se realizaron el 9 de junio, la senadora nacional kirchnerista Anabel Fernández Sagasti dio el batacazo, al derrotar en forma sorpresiva al peronista Alejandro Bermejo, el intendente de Maipú que tiene buena imagen y perfil más tradicional. Entre ambos lograron 35,64% de los votos.

Pero las primarias oficialistas, que se jugaron entre  Rodolfo Suárez, el delfín de Cornejo que es el intendente de Mendoza, y Omar De Marchi, intendente de Luján de Cuyo que fue con la boleta del PRO (también hubo un tercer candidato, Fernando Armagnague), obtuvieron sumados 42,89%.

Esos siete puntos de diferencia que obtuvo Cambia Mendoza en relación al Frente de Todos es considerado por los encuestadores locales algo así como un piso para las elecciones del próximo domingo. Infobae accedió a estudios realizados por encuestadores vinculados al oficialismo que hablan de una distancia todavía mayor.

En cambio, no hubo posibilidad de ver ninguno del principal frente opositor, por lo que se descarta que Fernández Sagasti todavía no logró descontar la diferencia. Sus voceros dejan trascender que están perdiendo pero por una diferencia de tres puntos, que esperan remontar en la última semana de campaña.

Su apuesta es subirse a la ola del favorito en las encuestas presidenciales, Alberto Fernández, que el martes viajará a Mendoza a posicionar el mensaje nacional de "prender Mendoza, prender Argentina". La premisa es especialmente atractiva en esta provincia que perdió relevancia en el PBI nacional -según estudios empresarios bajó del 3.9% al 2.8%-, algo que sería consecuencia de un agotamiento de la "matriz productiva" local, que no pudo aprovechar las inversiones en materia energética al tiempo que sufre el impacto de la fuerte retracción del consumo y un estancamiento de la construcción.

En línea con esa estrategia, la senadora kirchnerista buscó asociar la imagen de Suárez con Mauricio Macri, que perdió las PASO presidenciales el 11 de agosto por una diferencia de tres puntos y que la campaña del Frente de Todos pretende ampliar para el 27 de octubre.  Una y otra vez, Fernández Sagasti repite "Suárez, que es Cornejo, que es Macri", o "el candidato de Macri en Mendoza", para limar al candidato oficialista, que en ningún momento habla del Presidente.

Además, tal como afirma el prestigioso consultor mendocino Elbio Rodríguez, buena parte de las políticas que diseñó Cornejo en materia de educación pública, seguridad y salud para Mendoza tienen amplio respaldo del electorado, al punto que esperan que continúen en el próximo gobierno con porcentajes que superan el 65%.

La gestión actual es el principal activo del candidato oficialista. Cuando asumió en diciembre del 2015 no había fondos para pagar los sueldos y con una complicada deuda con los proveedores, según dijo Suárez en el debate que se realizó el jueves en el hotel Intercontinental. De hecho, los analistas locales destacan que "Fernández Sagasti puede atacar a Cornejo y a la deuda que tomó, pero no a su gestión, y hasta se podría decir que utiliza muchas muletillas que le son propias al Gobernador, como cuando habla de mano firme en materia de seguridad o definiendo alguna medida en particular como eficaz y eficiente".

Por eso, la estrategia de Suárez es provincializar, descolgar a Mendoza del debate nacional, fortalecerse en las mediciones que reconocen el ordenamiento que se produjo en la provincia desde fines del 2015 y la necesidad de dar continuidad al salto de calidad que es reconocido por amplísimas mayorías, mientras ignora el verdadero huracán que se desató en el estado de ánimo de los mendocinos desde abril del 2018, como en el resto del país.

Tanto es así que el oficialismo pidió a la justicia electoral que suspenda la campaña nacional durante la veda electoral que habrá viernes, sábado y domingo próximos, porque "podría confundir a la gente que vota en las elecciones, que serán provinciales", según argumentó el diputado provincial Jorge Albarracín, apoderado de Cambia Mendoza. Dijo el abogado de la UCR que "tres días sin propaganda nacional no afectará a ninguno de los partidos, porque sería igualitario para todos", y agregó que "es necesaria cierta tranquilidad para que el elector ordene sus conceptos para la elección" provincial.

Por supuesto, desde el peronismo se negaron y lo atribuyeron a pura "especulación política", explicando que sería un tema que debería decidir la justicia federal, porque se trata de elecciones nacionales, lo que también es cierto.

En este escenario, Macri -obviamente- no es bienvenido en lo que queda de septiembre. Se lo espera para más adelante, en octubre, cuando viaje para posicionar su candidatura, que tiene la chance de obtener una victoria, aunque sea módica.

Los otros dos candidatos a gobernador no tienen chances. Uno es José Luis Ramón, de Protectora Fuerza Política, que obtuvo el respaldo de Consenso Federal. En las encuestas que tiene el oficialismo está rondando entre 7.2% y 8.7%. La cuarta candidata es la candidata del FIT, Noelia Barbeito, que está entre el 5% y el 6% de los votos.

La pelea de fondo es entre Cambia Mendoza (cuyo slogan es #VoteAFavordeMendoza) y Elegí, el nombre local que tomó el Frente de Todos en esta provincia (en este último tramo lleva como de consigna "Anabel y Alberto"). Todo indicaría que ganará el oficialismo, pero -muy confiado por el fenomenal impulso nacional que tiene la candidatura de Alberto Fernández- el peronismo local abriga la esperanza de que también en Mendoza pueden soñar con volver.

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