La gira de Macri en España puso paños fríos en la mesa chica del Gobierno

El Presidente está en Madrid, en una visita oficial, pero la actividad en Casa Rosada continúa. Las consecuencias de las polémicas por el acuerdo frustrado con el Correo Argentino y los cambios en las jubilaciones, y los preparativos para la apertura de las sesiones ordinarias

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Marcos Peña, escoltado por Mario Quintana (izquierda) y Gustavo Lopetegui (derecha)
Marcos Peña, escoltado por Mario Quintana (izquierda) y Gustavo Lopetegui (derecha)

Errores no forzados, como en el tenis. Así catalogaba ayer uno de los funcionarios de peso que no viajó a España junto a la delegación encabezada por Mauricio Macri a la sucesión de tropiezos en los que el Gobierno cayó en las últimas semanas, y que descolocaron más que lo habitual a la mesa chica que rodea al Jefe de Estado.

Aún así, el Gobierno encontró en la gira de Macri por la ciudad de Madrid -que hoy tiene su primera jornada oficial- la oxigenación necesaria para poner en stand by la toma de decisiones tras el escándalo en torno al acuerdo del Estado con el Correo Argentino y el traspié por el cálculo de los aumentos jubilatorios dispuestos por la ley de movilidad, que Mario Quintana intentó suavizar con asombrosa insensibilidad como "un error de 20 pesos".

"Esta semana necesitamos tranquilidad y que la agenda pase por España, que es un viaje muy relevante", decían ayer en la planta baja de la Casa Rosada minutos después de que el Presidente desembarcara en el aeropuerto de Barajas, entrada la tarde en la capital española. La gira madrileña puso una pausa en la mesa de decisiones del oficialismo después de la semana más fatídica del año.

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Coincidió, casualmente, con la ausencia del ala más política del Gobierno, la más preocupada -o, al menos, la que menos esconde la preocupación- por la sucesión de errores. La partida de Emilio Monzó como integrante de la comitiva presidencial en Europa y el viaje de Rogelio Frigerio a Washington -dos de los participantes habituales de las reuniones diarios de coordinación- congelaron la discusión interna en torno al estilo de conducción de la Casa Rosada.

Ayer, allegados al entorno del ministro del Interior y del presidente de la Cámara de Diputados pidieron prudencia: "Hay que esperar", abundaron sobre el futuro modelo de liderazgo del Presidente y en las vísperas de la convención de la UCR de Córdoba, en medio del malestar radical por el rol en la coalición gobernante. Un rato antes, Oscar Aguad había expuesto durante cuatro hora spor el controvertido acuerdo entre el Estado y la empresa del Grupo Macri."Hicimos lo que pudimos", resumió el ministro de Comunicaciones.

En paralelo, en las últimas horas, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis, aprovecharon el viaje a Madrid y terminaron de pulir el texto que Macri llevará al Congreso el próximo miércoles en la apertura de las sesiones ordinarias. Según pudo saber Infobae, el mensaje en el que los asesores de discurso trabajaron durante el último mes y medio se extiende a unas 20 carillas -más breve que el del año pasado-, no ahonda en la herencia K y no contiene sorpresas. "Aún está en construcción, pero el eje básico es mostrar los avances y contar hacía donde vamos", aseguraron en el entorno de Peña.