Compromiso social para promover hábitos saludables

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Ciento treinta millones de latinoamericanos sufren de obesidad. El 29% de la población argentina es obesa y esto se agrava en nuestros niños. Argentina lidera el ranking regional de obesidad infantil, el 10% de los niños menores de cinco años padecen ese problema. Si ampliamos la franja etaria, 3 de cada 10 chicos tienen obesidad o sobrepeso y 1 de cada 4 escolares tiene sobrepeso. El panorama no cambia en la población adulta; Argentina es el país con mayor cantidad de hombres adultos obesos de toda la región. Si proyectamos esta tendencia, en dos o tres décadas el sistema de salud estará colapsado de pacientes jóvenes con enfermedades derivadas de la obesidad.

El diagnóstico es contundente y las respuestas que demos a esta pandemia deben serlo también, revertirlo requiere un cambio radical en los hábitos de vida. A la práctica deportiva activa y constante debemos acompañarla con una alimentación saludable. Este cambio solo puede tener éxito si surge del consenso de todos los sectores y el sostenimiento de políticas de Estado preventivas. De nada sirve un proyecto de ley que promueva mejoras en los hábitos alimenticios si la respuesta de la industria es egoísta, sectorial y alejada de la ineludible responsabilidad social empresaria; porque la responsabilidad de brindar información nutricional cierta, precisa y comprensible es solidaria para todos los miembros de la cadena de producción, fraccionamiento, distribución y comercialización.

A partir del trabajo y el aporte de asesores y legisladores de la Comisión de Salud, presentamos un proyecto de promoción de hábitos saludables para dar a los consumidores información nutricional simple y comprensible de los alimentos envasados, lo que promueve la toma de decisiones correctas destinadas al autocuidado.

Antes de consumir un producto debemos tener información al respecto. En ocasiones, envases lindos y propagandas seductoras ocultan productos que, consumidos en exceso, son realmente dañinos para la población. A partir de contar con valores mínimos y máximos de calorías, azúcar, grasas, sodio u otros nutrientes que deben alcanzar los alimentos y las bebidas no alcohólicas, proponemos identificarlos como productos con concentración baja, media o alta según su determinación. Los puntos de corte de los valores nutricionales establecidos deben cumplir los límites del perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud.

Tomamos como antecedentes los sistemas aplicados en otros países como Chile y Ecuador, y proponemos rotular los alimentos con un sistema gráfico con íconos de colores, de manera clara, legible, comprensible e impreso en la cara principal del producto, para identificar si el nivel de concentración de calorías, azúcar, grasas y sodio es alto, medio o bajo.

Una de las preocupaciones fundamentales del sistema público de salud es la de establecer relaciones entre el tipo de dieta consumida por la población y la incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la nutrición. Los nutrientes son esenciales para la vida y para mantener el organismo en buen funcionamiento. Sin embargo, existen nutrientes como grasas saturadas, azúcares y sodio, entre otros, que se recomiendan comer en cantidades moderadas, ya que pueden aumentar el riesgo de contraer enfermedades cardíacas, ciertos tipos de cánceres, colesterol alto, diabetes, obesidad, presión arterial alta, etcétera. Si logramos modificar hábitos de consumo, tendremos un sistema de salud con menor demanda, más eficiente y más beneficio para toda la ciudadanía.

Es nuestra responsabilidad brindar herramientas para garantizar el derecho a la salud mediante la sanción y la promulgación de leyes, pero también los fabricantes y los distribuidores de alimentos desempeñan un papel importante en relación con la salud pública. Pedimos a la industria alimentaria que asuma el desafío de mejorar la calidad nutricional y la calidad de la información, porque este compromiso debe ser de todos. Con este proyecto, damos respuesta a la invitación del presidente Mauricio Macri en la apertura de sesiones, donde manifestó la necesidad de trabajar "juntos para combatir la malnutrición y la obesidad infantil, que afecta más a los que menos tienen". Asumamos, por el bien de la sociedad, esa responsabilidad.