Tenemos muy pocos graduados universitarios

Lideramos en América Latina la cantidad de estudiantes universitarios, pero nuestra graduación es muy escasa, comparada con los países latinoamericanos que tienen exámenes generales al finalizar el secundario, previo al ingreso a la universidad

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El valor de la educación de nivel universitario de calidad nunca fue tan elevado como en estos tiempos, ya que la universidad es la institución más importante en el proceso de acumulación del conocimiento. Por esta razón, es crucial fortalecer su aptitud para capacitar adecuadamente a crecientes contingentes de jóvenes, particularmente en las disciplinas científicas y tecnológicas, prestando atención a la igualdad de oportunidades, más allá de las diferencias socioeconómicas de los estudiantes.

Comencemos por destacar un hecho notable, ya que nuestro régimen de ingreso a la universidad es muy distinto al vigente en casi todos los países del mundo, es decir, no solamente del existente en los países ya industrializados sino también en los países emergentes en América Latina, África y Asia. Somos uno de los pocos países donde no existe un examen después de la finalización del ciclo secundario. Es obvio que la inexistencia de este requisito debilita fuertemente el estudio de los estudiantes secundarios, tanto en las escuelas estatales como en las privadas.

En casi todos los países latinoamericanos se requiere algún tipo de examen previo al ingreso a la universidad. La lista incluye a países con muy diferente tipo de gobierno, mencionemos a: Cuba, Nicaragua, Ecuador, Chile, México, Colombia, República Dominicana, Guatemala, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Panamá, Bolivia, Paraguay, Perú, Brasil y los países caribeños. Destaquemos que lideramos en América Latina la cantidad de estudiantes universitarios, pero nuestra graduación es muy escasa, comparada con los países latinoamericanos que tienen exámenes generales al finalizar el secundario, previo al ingreso a la universidad, como México, Colombia, Brasil y Chile. Estos cuatros países tienen menos estudiantes universitarios (en proporción a la población), pero muchos más graduados, nada menos que 64%-110% más que nosotros. Así se consolida año a año nuestro atraso en la acumulación de capital humano altamente calificado, lo que compromete gravemente el futuro de nuestro país en este difícil mundo globalizado.

Nuestro ingreso irrestricto consagrado en la ley vigente es eficaz en debilitar el esfuerzo dedicado al estudio de nuestros estudiantes secundarios, que luego fracasan rápidamente en la universidad. Por eso no se gradúan nada menos que 70 de cada 100 que ingresan a una universidad pública y 60 a una privada. Después de estar un año en una universidad estatal, la mitad de los estudiantes no aprobó más de una asignatura, esto es un serio llamado de atención y nadie se debe hacer el distraído.

Con frecuencia se sostiene que este tipo de evaluaciones que se realizan al finalizar el ciclo secundario son "restrictivas y excluyentes", ya que se argumenta que dificultan el ingreso a la universidad, por lo tanto, es necesario y equitativo optar por sistemas como el nuestro, mucho más "equitativos y con inclusión social", aunque debiliten el esfuerzo de los estudiantes secundarios que están decididos a ingresar a la universidad.

Somos casi un hecho único en el mundo, ya que no solamente carecemos de cualquier sistema de evaluación previa al finalizar el secundario, sino que la ley 27204 (año 2015) los prohíbe al disponer, en el artículo 4: "Todos los alumnos que aprueban la enseñanza secundaria pueden ingresar de manera libre e irrestricta a la enseñanza de grado en el nivel superior". No se conoce ninguna propuesta legislativa para modificar esta norma, lamentablemente tan eficaz en desalentar el estudio particularmente en los últimos años del ciclo secundario.