Así era la relación entre El Panu e Iván Archivaldo, el hombre que frenaba los excesos del líder de Los Chapitos

La periodista Anabel Hernández aseguró en su podcast Narcosistema que el asesinato de Óscar Noé Medina González es un tiro de gracia para Los Chapitos

Guardar
La relación de El Panu
La relación de El Panu e Iván Archivaldo, líder de Los Chapitos, iba más allá de su jefe de seguridad. (Anayeli Tapia/Infobae)

Óscar Noé Medina González, alias “El Panu”, fue asesinado la noche del 21 de diciembre de 2025 mientras cenaba con su familia en el restaurante Luaú, en la Zona Rosa de la Ciudad de México.

El ataque, orquestado con precisión y brutalidad —con decenas de disparos que acabaron de inmediato con su vida—, puso fin a una carrera criminal marcada por el poder, la violencia y la lealtad a Iván Archivaldo Guzmán Salazar, el líder de Los Chapitos.

Lugarteniente y compadre

La periodista Anabel Hernández, en el más reciente capítulo de su podcast Narcosistema, señaló que El Panu no era un simple subordinado o sicario dentro de la estructura criminal de Los Chapitos.

Fue a misa y a
Fue a misa y a comer... así fueron las últimas horas con vida de "El Panu". (Anayeli Tapia/Infobae)

Era el amigo íntimo, el compadre y, sobre todo, el brazo derecho de Iván Archivaldo Guzmán Salazar. Durante más de una década, El Panu fue inseparable del hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán: “Igual eran inseparables en fiestas interminables que en batallas sangrientas y en el negocio de tráfico de drogas”, menciona la periodista.

La relación entre ambos estaba cimentada en la confianza absoluta. El Panu fue considerado esencial para el ascenso de Los Chapitos y pieza clave en operaciones como la expansión del tráfico de fentanilo y el éxito de otras operaciones, como el Culiacanazo.

Anabel recuerda: “Él y sus ejércitos al servicio de Los Chapitos circulaban cotidianamente por las principales vialidades de Culiacán ... Eran legendarias las caravanas ordenadas por El Panu para estar patrullando Culiacán como si fuera tierra privada, territorio privado de Los Chapitos”.

El hombre que frenaba a Iván

(FOTO: ICE)
(FOTO: ICE)

Al retomar los dichos que Dámaso López Serrano, alias “El Mini Lic”, le dijo en una entrevista, Anabel Hernández narra que, aunque El Panu compartía la violencia del líder de Los Chapitos, el jefe de seguridad se distinguía por su mayor inteligencia y sangre fría.

Una de las anécdotas más ilustrativas que narra en el episodio es la ocurrida en el hotel Lucerna de Culiacán, cuando Iván Archivaldo, bajo los efectos de alucinógenos, golpeó brutalmente a una mujer en una habitación y estuvo a punto de matarla con una pistola.

Supuestamente fue El Panu quien intervino rápidamente, desarmó a Iván y evitó que la mujer fuera asesinada. Al día siguiente, según cuenta la escritora, Guzmán Salazar le agradeció por haber evitado el crimen.

“No es que Óscar Noé Medina González fuera menos violento que su jefe, pero sin duda tenía más neuronas. (…) Aunque se sabían protegidos, sabía que matar a una mujer en esas condiciones generaría una serie de llamadas de la administración del hotel a la policía de Culiacán y eso no le convenía a nadie”, menciona la autora de Los Señores del Narco.

Desde entonces, El Panu solía quitarle el cargador a la pistola de su compadre cuando lo veía fuera de sí, protegiendo tanto a su jefe como a la estructura del cártel de un escándalo irreversible o de bajas sin sentido. Era el hombre que frenaba los excesos del líder, que actuaba con cálculo y sensatez cuando las pasiones y la violencia del capo amenazaban con salirse de control.

Sadismo y brutalidad

El desplome del círculo de
El desplome del círculo de seguridad de Los Chapitos: la historia de sus siete jefes abatidos o capturados. (Infobae)

El poder de El Panu también se expresó en su capacidad para ejercer la violencia más extrema. Anabel Hernández documenta la participación de éste en actos de tortura y ejecuciones.

Cuenta que un día a un hombre “lo arrojaron a un tigre que lo dejó todo desgarrado, sin una mano y genitales, según el reporte forense. Al final, alguien se apiadó de él y le dio el tiro de gracia. En la tortura, se afirma que estuvo presente José Ángel Canobbio Inzunza, alias El Güero, El Panu y Raúl Carrasco, El Chore, así como El Nini”.

En 2017, El Panu participó junto a Iván Archivaldo, Alfredo Guzmán y El Nini en el secuestro y tortura de dos agentes de la PGR. “A uno lo privaron de la libertad cuando llegó a Culiacán y lo trasladaron a un rancho de Iván, localizado en Navolato, para ser sometido a una brutal tortura durante horas por el propio líder de Los Chapitos, quien al final decidió dispararle en la cabeza. Al otro servidor público lo llevaron al mismo lugar. Los dos hermanos contemplaron como Panu y el Nini lo interrogaron y torturaron atornillando en su cuerpo un sacacorchos, arrancando pedazos de carne al sacarlo y poniéndole chile en las heridas, hasta que finalmente El Chapito se ‘apiadó de él’ y lo ejecutó“.

Reclutador, cerebro operativo y mentor

Al haber sido partícipe de
Al haber sido partícipe de grandes movimientos delictivos, fuerzas federales estadounidenses ofrecen una recompensa de hasta 4 mdd por información que ayude a su captura. (FOTO: DEA).

La influencia de El Panu dentro de Los Chapitos iba más allá de la contención de Iván Archivaldo. Anabel Hernández señala que fue él quien identificó, reclutó y formó a Néstor Isidro Pérez Salas, alias “El Nini”, uno de los sicarios más sanguinarios del grupo.

Supo aprovechar su brutalidad y sangre fría, dándole su primer empleo como asesino y posicionándolo como pieza clave en la estructura armada al volverlo “un narco sin escrúpulos ni límites... Fue él quien le dio el primer empleo de asesino y supo sacar provecho de su brutalidad”.

En el negocio, El Panu era mucho más que un brazo ejecutor. Fue uno de los operadores principales en la incursión de Los Chapitos en el tráfico de fentanilo, una de las principales razones por las que el gobierno de Estados Unidos ofrecía una recompensa de cuatro millones por datos que llevaran a su captura.

Organizó y lideró reuniones estratégicas para lanzar el mercado de las pastillas azules M30, presentando el producto a decenas de jóvenes en Culiacán y distribuyendo miles de pastillas gratis para enganchar a nuevos consumidores. Su visión y capacidad logística permitieron que la organización multiplicara sus ganancias y consolidara nuevas rutas de tráfico hacia EEUU.

“Después, corrían los inicios del 2018, cuando un elegante restaurante de Culiacán cerró sus puertas para dar cabida a una singular convención de negocios que revolucionaría el mercado de las drogas y multiplicaría el poder del cártel de Sinaloa. A nombre de Los Chapitos, convocaron a la reunión a El Güerito, El Panu y Jaime Fernández, alias Jim”, narra.

'El Panu' fue quien presentó
'El Panu' fue quien presentó a 'El Nini' con 'Los Chapitos' (Infobae)

“...Los jóvenes que estaban comenzando a vender el cristal producido por Los Chapitos debían comenzar a cambiar el producto por las M30. Y como buenos mercaderes del crimen, regalaron cinco mil pastillas a cada asistente al encuentro, que a su vez debían distribuir de forma gratuita y, una vez que el cliente estuviera enganchado, comenzar a exprimirlo sacando jugosas ganancias”.

Al final del episodio, Anabel Hernández interpreta la reciente ejecución de El Panu como un símbolo del principio del fin para Los Chapitos. En sus palabras: “En el ocaso del imperio de Los Chapitos, la muerte del Panu es casi un tiro de gracia".

Subraya que la muerte de El Panu no solo representa el final de una leyenda criminal, sino también la pérdida del operador más inteligente y leal que protegía tanto a Iván Archivaldo como a la propia estructura de Los Chapitos en sus momentos más críticos.