
El auge de las compras durante El Buen Fin en México no solo representa una oportunidad para los consumidores, sino también un escenario propicio para que los ciberdelincuentes desplieguen nuevas estrategias de fraude.
Las autoridades han alertado que, en este periodo de descuentos, las estafas digitales se multiplican y adoptan formas cada vez más sofisticadas, desde la creación de páginas web falsas hasta la difusión de promociones inexistentes.
Entre las prácticas más frecuentes, destacan las tiendas en línea apócrifas, que reproducen el diseño y la dirección web de comercios reconocidos, pero cuyo único objetivo es obtener el pago sin entregar producto alguno. Estas plataformas suelen desaparecer tras concretar la transacción, dejando a los compradores sin posibilidad de reclamo.
Otra modalidad consiste en los descuentos ficticios: algunos comercios elevan previamente el precio de los artículos para simular rebajas considerables, mientras que otras ofertas, que prometen precios irrealmente bajos, suelen ser un indicio de engaño.

Las redes sociales se han convertido en un canal habitual para la difusión de fraudes. A través de perfiles en Instagram o Facebook, los estafadores publican ofertas que solicitan datos personales o depósitos anticipados, bajo la promesa de productos exclusivos o sorteos inexistentes.
Además, el phishing sigue siendo una amenaza latente: mensajes o correos electrónicos que aparentan provenir de tiendas o instituciones confiables buscan obtener información bancaria, contraseñas o instalar programas maliciosos en los dispositivos de los usuarios.
El uso de redes Wi-Fi públicas y métodos de pago sin protección incrementa el riesgo de que terceros accedan a datos financieros durante el proceso de compra. Por ello, las autoridades recomiendan ingresar manualmente la dirección del sitio web en el navegador, asegurarse de que comience con “https://” y verificar la presencia del candado de seguridad.
También es fundamental comparar precios reales antes de confiar en ofertas demasiado atractivas y evitar pagos mediante transferencias o depósitos directos, optando por tarjetas o plataformas que brinden protección al comprador.

Para reducir la exposición a fraudes, se aconseja realizar compras únicamente desde redes seguras y mantener tanto el sistema operativo como el antivirus actualizados. En el caso de adquirir productos a través de redes sociales, resulta imprescindible comprobar que el perfil del vendedor incluya datos de contacto verificables, reseñas de otros usuarios y que los comentarios no hayan sido bloqueados o eliminados. Además, es recomendable conservar comprobantes como facturas, correos electrónicos, capturas de pantalla y recibos de pago, ya que pueden ser necesarios para presentar una reclamación.
En situaciones donde el consumidor haya sido víctima de una estafa, la acción inmediata es contactar al banco o a la plataforma de pago para bloquear cargos no reconocidos. Posteriormente, se debe presentar una denuncia ante las autoridades competentes.
En México, organismos como la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) disponen de líneas de atención para brindar asesoría y acompañamiento en estos casos.
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