Así fue el regreso de Édgar Vivar a la serie de Roberto Gómez Bolaños; revela el origen de su apodo ‘Chespirito’

El intérprete de ‘El señor Barriga’ y ‘Ñoño’ regresó a la bioserie de quien fue su gran amigo

Guardar
Así fue el regreso de
Así fue el regreso de Édgar Vivar a la serie de Roberto Gómez Bolaños; revela el origen de su apodo ‘Chespirito’ (Foto: RS)

El segundo capítulo de la serie biográfica Sin querer queriendo, dedicada a la vida y obra de Roberto Gómez Bolaños, revela el origen del apodo que lo inmortalizó en la comedia mexicana.

El famoso, un nombre que se convertiría en sinónimo de creatividad y humor, fue ideado por el director Agustín P. Delgado, quien quedó impresionado por el talento del joven guionista.

Según detalla la producción de HBO, Delgado, interpretado por Édgar Vivar, hizo una referencia juguetona al dramaturgo inglés William Shakespeare, adaptando su nombre al diminutivo “Sheakspirito”, que luego evolucionó a “Chespirito”.

“Me gusta cómo suena así con la ‘Ch’, expresó Roberto Gómez Bolaños al aceptar el apodo que marcaría su carrera.

El intérprete de ‘El señor
El intérprete de ‘El señor Barriga’ y ‘Ñoño’ regresó a la bioserie de quien fue su gran amigo (Max)

No solo el origen de ‘Chespirito’ : así nació ‘El Chavo del 8′ y ‘El Chapulín Colorado’

La serie también explora los desafíos que enfrentó Roberto Gómez Bolaños en sus primeros años en la televisión mexicana. Aunque sus guiones eran valorados, el trato que recibía en el medio no siempre correspondía a su talento.

Cansado de las limitaciones creativas, tomó la decisión de renunciar y emprender su propio camino, lo que lo llevó a crear personajes icónicos que redefinirían la comedia en el país. Este momento marcó un punto de inflexión en su carrera, permitiéndole tomar el control total de sus proyectos y dar vida a figuras como El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado.

El capítulo también aborda el impacto del éxito de El Chavo del 8, situándose en 1978, cuando el programa ya era un fenómeno cultural. Sin embargo, el reconocimiento masivo trajo consigo tensiones dentro del elenco. Según muestra la serie, el personaje de Quico, interpretado por Marcos Barragán, comenzó a ganar protagonismo entre el público, lo que generó fricciones con Gómez Bolaños, quien además de ser el creador, daba vida al personaje principal, El Chavo.

En una escena clave, Quico intenta convencer a Ramón Valdés, quien interpretaba a Don Ramón, de unirse a un proyecto independiente, pero este último rechaza la oferta, mostrando lealtad hacia el equipo liderado por Chespirito.

La narrativa retrocede luego a 1968, un año crucial para Gómez Bolaños. En ese momento, el recién inaugurado canal 8 ofrecía nuevas oportunidades para creadores emergentes. Con determinación, Roberto presentó el guion de un piloto titulado El Ciudadano Gómez a Sergio Peña, un contacto clave en la industria.

Durante este proceso, conoció a Rubén Aguirre, quien más tarde se convertiría en el inolvidable Profesor Jirafales. Aunque el proyecto fue archivado por el canal, este revés no detuvo a Gómez Bolaños, quien creó en su lugar al personaje de El Dr. Chapatín, marcando el inicio de su estilo único de comedia, caracterizado por un humor absurdo y entrañable.

En paralelo, Gómez Bolaños comenzó a reunir al equipo que daría vida a sus ideas. Actores como Ramón Valdés, María Antonieta de las Nieves y Rubén Aguirre se unieron a su proyecto, convirtiéndose en pilares fundamentales de sus programas.

El especial de El Chavo
El especial de El Chavo del 8: Vacaciones en Acapulco (Archivo/Televisa)

Sin embargo, las tensiones con los ejecutivos del canal, quienes insistían en un humor más agresivo y competitivo, llevaron a Roberto a tomar nuevamente la decisión de renunciar. Este acto de valentía, aunque arriesgado, le permitió mantener su integridad artística y sentar las bases para el éxito que vendría después.

El capítulo cierra con un guiño especial para los fanáticos de Chespirito: una referencia al nacimiento de El Chapulín Colorado, el héroe torpe pero valiente que, junto a El Chavo del 8, consolidaría a Roberto Gómez Bolaños como un ícono de la cultura popular.