Arzobispo de Morelia descarta diálogo entre la Iglesia y el narcotráfico en Michoacán

En el estado de Michoacán no se cuentan con las condiciones necesarias para que grupos del crimen organizado lleguen a una tregua, tal y como sucedió en Guerrero con La Familia Michoacana y Los Tlacos, los cuales establecieron un acuerdo el pasado mes de febrero para frenar la violencia en la entidad.

Así lo dio a conocer Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia, en entrevista con Milenio. El religioso también descartó que la Iglesia pueda jugar un papel de mediador entre las agrupaciones delincuenciales que operan en territorio michoacano.

Si bien no explicó las razones por las cuales no se puede lograr un pacto para frenar la ola de violencia, el arzobispo aseguró que se han desplegado acciones entre líderes religiosos y los distintos niveles de gobierno para fomentar un ambiente de paz entre los pobladores.

Indicó que mediante el Consejo Michoacano para la Reconstrucción de la Paz y Reconciliación se busca pacificar el estado con base en una serie de acciones enfocadas en la educación y en la atención a las víctimas de violencia, principalmente.

Asimismo, el religioso hizo un llamado a los operadores criminales para deponer las armas debido al impacto que la violencia ha tenido en la sociedad. Pese a ello, reconoció que por el momento no existe la posibilidad de que las diferentes agrupaciones delincuenciales lleguen a un acuerdo.

Garfias Merlos nació el 1° de enero de 1951 en Tuxpan, Michoacán. Sus estudios de la primaria los realizó en el Instituto de Capacitación del Magisterio de Morelia. Posteriormente realizó una Maestría y Doctorado en Psicoterapia y Espiritualidad en la Universidad Intercontinental de la Ciudad de México.

Para noviembre de 1975 era presbítero para la Arquidiócesis de Morelia. En julio de 2003 fue nombrado titular para la Diócesis de Ciudad Nezahualcóyotl. También se desempeñó como arzobispo de Acapulco, Guerrero, a partir de 2010.

El 5 de noviembre de 2016, el Papa Francisco lo nombró arzobispo de Morelia, pero tomó posesión hasta enero de 2017. Desde entonces, Garfias Merlos ha buscado fomentar un ambiente de paz a través de la Iglesia, con el objetivo de dar atención a las víctimas de violencia.

La violencia generada en territorio guerrerense orilló a los obispos de Acapulco, Chilpancingo, Ciudad Altamirano y Tlapa de Comonfort reunirse el pasado mes de enero para hablar con líderes criminales y ver si era posible que llegaran a una tregua en la región de Tierra Caliente.

En un principio se pensó que la intervención de los obispos había sido un fracaso, pues el 17 de febrero se registró un enfrentamiento armado entre Los Tlacos y la Familia Michoacana en San Miguel Totolapan que dejó al menos 12 muertos.

No obstante, una semana después el sacerdote Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos Humanos “Minerva Bello”, dio a conocer que Los Tlacos y la Familia Michoacana habían llegado a un acuerdo para frenar la violencia en la región. “Es una iniciativa de estos grupos y esto pone un precedente inclusive para los políticos”, señaló en entrevista con Jaime Núñez para Radio Fórmula.