Arabia Saudí, rival de España que llega al Mundial 2026 montada en el dólar: del botín de los jugadores a primas millonarias por clasificarse para el torneo

La selección saudí vivió un momento complicado antes del regreso de Hervé Renard al combinado nacional

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Los jugadores de Arabia Saudí
Los jugadores de Arabia Saudí tras clasificarse para el Mundial 2026 (REUTERS/Stringer)

Arabia Saudí, rival de España en el próximo Mundial 2026, aterriza en el torneo respaldada por una base económica sin precedentes para su selección nacional. Los jugadores saudís ya cuentan con experiencia en la cita mundialista, aunque nunca han conseguido pasar de fase de grupos. Sin embargo, la federación decidió premiar el esfuerzo de sus futbolistas y otorgarles una prima por su clasificación para el torneo. Una situación que dista mucho de la vivida hace un año cuando los jugadores montaron un motín durante la Copa de Asia.

La federación saudí de fútbol no ha dudado en aplicar medidas ejemplares para contener cualquier signo de indisciplina dentro de la selección. Durante la concentración previa a la Copa de Asia, hasta seis futbolistas abandonaron la convocatoria. Las razones de su negativa a mantenerse en la convocatoria fueron diversas, pero la federación respondió con contundencia, imponiendo fuertes sanciones económicas y deportivas. El caso más llamativo fue el del portero titular del Al Nassr, Nawaf Al Aqidi, que ante la ausencia por lesión de David Ospina asumió el puesto de referencia en su club. Sin embargo, fue apartado tras comunicar de manera directa a su entrenador de porteros su deseo de marcharse si no era titular: “El portero Nawaf Al Aqidi fue al entrenador de porteros y le dijo: ‘No quiero quedarme si no participo como titular’”, relató Roberto Mancini, seleccionador de Arabia Saudí.

La consecuencia para Al Aqidi fue una suspensión de cinco meses y una multa que ronda los 74.000 euros, el castigo más severo entre los implicados en el motín. La mano dura de la federación alcanzó también a otros miembros del Al Nassr: el joven delantero Mohammed Maran fue sancionado con un mes sin jugar y una penalización de 50.000 euros. Sultan Al Ghannam, lateral derecho titular del club, resultó exento de suspensión deportiva, pero obligado a pagar la misma cantidad económica. La disciplina no distinguió entre equipos grandes ni figuras reputadas. Salman Al Faraj, histórico mediocampista de Al Hilal y antigua referencia de la selección saudí, debió asumir un castigo de 24.000 euros, mientras que Khalid Al Ghannam y Ali Hazazi, integrantes de Al Ettifaq, recibieron cada uno un mes alejado de los campos y 50.000 euros de multa.

El ya exseleccionador de Arabia
El ya exseleccionador de Arabia Saudí Roberto Mancini (Europa Press)

Estos acontecimientos expusieron las tensiones existentes entre los futbolistas y la autoridad de Mancini, quien se refirió al episodio con asombro: “Es la primera vez que veo este asunto en mi carrera deportiva”. Además, el propio seleccionador agregó sobre Al Aqidi: “Hablé con el presidente de la federación de fútbol y le dije que Nawaf quiere abandonar la concentración. Tenemos otros porteros”.

La clasificación para el Mundial 2026 y las primas

La selección saudí, pese a las turbulencias internas, logró reconducir su rumbo en la fase clasificatoria después del regreso de Hervé Renard al banquillo. El equipo consiguió asegurar la clasificación para su sexta Copa del Mundo tras obtener una plaza asiática en una fase en la que empató sin goles ante Irak, un resultado que selló su clasificación tras una etapa cargada de presión y expectativa.

Convertir el logro deportivo en estímulo económico ha sido una marca de la federación en los últimos años. La clasificación para la Copa del Mundo de Estados Unidos, México y Canadá (del 11 de junio al 19 de julio de 2026) fue reconocido públicamente con una recompensa nunca vista para los futbolistas saudíes. Según el medio económico Asharq Business, cada internacional recibió 5 millones de riyales saudís (alrededor de 1,15 millones de euros) como gratificación individual. El encargado de formalizar la entrega fue el ministro de deportes, Abdulaziz bin Turki Al Faisal, quien celebró junto al plantel la clasificación y la asignación de las superprimas.

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Esta política de repartos de premios sitúa al conjunto saudí entre los mejor remunerados del planeta, por delante incluso de muchas selecciones europeas con amplia tradición en la competición. El botín económico ha sido interpretado por los dirigentes como fórmula de compromiso y recompensa, aunque algunos analistas consideran que la presión extra también puede generar desequilibrios y tensiones, como quedó de manifiesto en la etapa de Mancini.

El ascenso de Arabia Saudí en el escenario futbolístico internacional es relativamente reciente, pero cada vez más notorio. Tras alcanzar notoriedad mundial en Qatar 2022 con la victoria en la fase de grupos frente a la selección de Argentina, el combinado árabe ha logrado mantener una presencia constante en la élite continental y mundial, sumando tres Mundiales consecutivos desde 2018. Aquel triunfo ante la campeona acabó siendo efímero en cuanto a la clasificación, pero amplificó la ambición nacional en torno a los grandes torneos.

Ahora, ya conoce cuál será su hoja de ruta en el Mundial 2026, donde compartirá grupo con España, pero también con Uruguay y Cabo Verde, ante quienes dará sus primeros pasos en el torneo. El equipo conoce lo que es participar en un Mundial, lo ha hecho hasta en seis ocasiones. Sin embargo, nunca ha sido capaz de pasar de fase de grupo. Una cuestión que tratarán de cambiar durante la edición de Estados Unidos, México y Canadá.