Euskadi y Palestina jugarán un partido amistoso en San Mamés el próximo 15 de noviembre

El propósito del acto no es únicamente deportivo, sino que busca rendir tributo a las víctimas palestinas en la franja de Gaza, en el marco de la ofensiva de Israel

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El estadio de San Mamés
El estadio de San Mamés (REUTERS/Pankra Nieto)

El estadio de San Mamés se convertirá el 15 de noviembre en el epicentro de un evento deportivo que trasciende lo estrictamente futbolístico. Ese día, la selección vasca de fútbol recibirá a su par de Palestina en un encuentro amistoso en Bilbao, confirmado por la Cadena SER mediante su corresponsal desde Jerusalén, Nico Castellano, quien anticipó la primicia en ‘Carrusel Deportivo’.

La organización de este especial partido corresponde a la Federación Vasca de Fútbol, que ha trabajado en conjunto con la Asociación Palestina de Fútbol para hacer posible el cruce. La iniciativa cuenta también con el aval del Gobierno de España. El organismo de fútbol palestino observa con “mucha ilusión” la posibilidad de que su selección salte al césped de San Mamés, uno de los escenarios emblemáticos del fútbol español. El propósito del acto no es únicamente deportivo, sino que se busca rendir tributo a las víctimas palestinas en la franja de Gaza, en el marco de la ofensiva de Israel.

Este duelo pretende ser mucho más que un partido amistoso. La celebración de la cita busca visibilizar el sufrimiento de la población de Gaza y enviar un mensaje de solidaridad. El compromiso de la sociedad vasca con la situación que afrontan los palestinos ha sido destacado en diversas ocasiones. La ciudadanía vasca demostró su compromiso durante la última edición de la Vuelta a España, donde se sucedieron movilizaciones y expresiones públicas de repudio ante la escalada bélica, la cual ya ha dejado más de 60.000 víctimas mortales en territorio palestino durante el conflicto con Israel.

Los manifestantes pro Palestina durante
Los manifestantes pro Palestina durante La Vuelta a España (Carlos Castro - Europa Press)

Las palabras de la UCI y del CSD sobre las protestas en La Vuelta

El contexto social y político subraya el peso simbólico del partido entre Euskadi y Palestina. En los recientes meses, la cercanía del deporte con la denuncia política ha generado repercusiones internacionales. Durante la pasada Vuelta a España, las protestas relacionadas con la situación en Palestina propiciaron una disputa entre la administración española y la Unión Ciclista Internacional (UCI). La UCI responsabilizó al gobierno que lidera Pedro Sánchez de haber facilitado las protestas durante una prueba ciclista de relieve mundial, alegando que estas acciones “pueden obstaculizar su buen desarrollo”. El organismo llegó a cuestionar si España debía seguir siendo sede de grandes eventos deportivos internacionales tras lo ocurrido en la competición ciclista.

El Consejo Superior de Deportes, encabezado por Rodríguez Uribes en representación del gobierno español, respondió de forma categórica ante los señalamientos de la UCI. El intercambio de comunicados entre ambas partes dejó en claro la tensión sobre cómo debe gestionar España los eventos deportivos en contextos cargados de demandas sociales y políticas.

Los manifestantes propalestinos obligan a suspender la Vuelta a España en Madrid.

El gobierno, en su respuesta, subrayó que “no hay paz sin justicia y ‘blanquear’ a través del deporte un genocidio como el que se está cometiendo en Gaza, con miles de muertos, niños y niñas inocentes y una hambruna ya declarada por Naciones Unidas, esto sí es una posición política que contraviene la Carta Olímpica y los valores más básicos del deporte”. Además, el ejecutivo español expresó su “sorpresa” por la ausencia de referencias explícitas a la situación en Gaza por parte de la UCI.

En este escenario, la elección de San Mamés para albergar el compromiso subraya la vocación de Euskadi por alinearse con los valores de denuncia y memoria, utilizando el deporte como plataforma de solidaridad. Este partido, impulsado por las federaciones implicadas y validado por el gobierno central, pretende convertirse en una jornada de recuerdo y reivindicación, situando en el centro la causa palestina. El evento en Bilbao tendrá así una doble dimensión: será tanto un acontecimiento futbolístico como una muestra de apoyo institucional y social a la población de Gaza, en plena emergencia por el conflicto con Israel.