Desde mucho antes de que se eligiera al nuevo Pontífice, ya se sabía que, cada signo, se iba a convertir en una declaración de intenciones a nivel tanto político como humano. Esto nos llevaría desde el propio nombre que se eligiera, que tiene que ver con la forma en la que pretende liderar la Iglesia Católica, hasta su indumentaria.
El 8 de mayo de 2025, el cardenal Robert Francis Prevost se convirtió en el Para León XIV después de un cónclave más rápido de lo esperado.
La fumata blanca reveló que nos encontrábamos frente a un nuevo Papa y así se pudo ver desde el balcón de la basílica De San Pedro en un acontecimiento histórico. ‘Habemus Papam’ y, en este caso, se trató del primer estadounidense que se hacía cargo de ese reconocimiento.
Mensaje de humildad a través de los complementos
El discurso de León XIV se basó en la unidad, en tender puentes dentro de un panorama de lo más dividido entre la vertiente conservadora y la más moderna de la Iglesia actual.
En ese sentido, muchss de las características que parecían definir al nuevo mandatario remitían a su predecesor, el Papa Francisco, que siempre se caracterizó por la humildad y por no seguir perpetuando el estereotipo de riqueza y poder dentro de la curia.
Por eso, no pasó desapercibido un detalle que no deja de ser relevante: el modelo de reloj que utilizó en su investidura y que se trata de un Military Ranger de Wenger.
Lo que tiene de especial es que se trata de un reloj de buceo, algo que ha desencadenado un buen puñado de debates acerca de su significado simbólico, si es que lo tiene, dadas sus características y circunstancias.
Particularidades del reloj del Papa León XIV
El modelo en cuestión destaca por su robusto diseño que, ademas, resulta de lo más funcional. Se trata de un diseño deportivo con una caja negra mate y un bisel giratorio en tonalidades degradadas de rojo. Y, además, tiene la connotación de ser ‘militar’.
¿Qué tiene de particular? Su esfera negra cuenta con marcadores luminosos y números sobredimensionados en las 6 y 9 horas, para garantizar la legibilidad ante cualquier circunstancia, tanto en la tierra como debajo del agua.
Además, cuenta con una correa de silicona negra en la que aparece el emblema de la marca suiza Wenger. Eso sí, si alguien piensa adquirirlo, se encuentra (por el momento) descatalogado, lo que hace pensar que es uno de los pocos complementos ajenos a la parafernalia de la indumentaria papal que era propios.
La cuestión clave en este reloj es que está valorado en 200 dólares, lo que podría enviar un mensaje sobre su pontificado, así como también un guiño a sus orígenes en los que prima el pragmatismo y la sencillez después de haber sido misionero, durante muchos años, en Perú.
Hay que añadir que, el Papa Francisco, lució un reloj todavía más modesto, que valía apenas 20 euros, un Casio MQ24 con correa de plástico. En comparación, Benedicto XVI lució un Junghams, una marca alemana clásica de lujo.
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