La propuesta de Sánchez de eliminar el cambio horario en la UE supondría un beneficio de 750 euros por persona al año, según un estudio

Los lunes siguientes al adelanto de la hora se pierden de media unos 40 minutos de sueño, lo que desencadena efectos nocivos en el rendimiento laboral

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Después del cambio horario los trabajadores requieren de más tiempo para cumplir con las mismas tareas. (Composición Infobae España)

El pasado lunes, Pedro Sánchez anunció en un vídeo que el Ejecutivo planteará la supresión del cambio horario en el Consejo de Transporte, Telecomunicaciones y Energía de la UE, instando a que se haga valer una votación del Parlamento Europeo de hace seis años en la que se optó por acabar con el cambio horario en 2026.

Los tres argumentos del Gobierno para sugerir la eliminación de los cambios horarios que se producen todos los años en primavera y otoño son: el respaldo mayoritario de la ciudadanía española y europea, la ausencia de evidencia científica que demuestre que esta práctica genera un ahorro energético sustancial y las supuestas consecuencias negativas que tiene en la salud y el bienestar de millones de personas.

Además de los argumentos presentados por el Gobierno, la transición al horario de verano registra una ligera reducción en la calidad del sueño. En concreto, los lunes siguientes al cambio horario se pierden de media unos 40 minutos de sueño, lo que desencadena efectos nocivos en el rendimiento laboral, según el estudio Los efectos de la reasignación del tiempo en el bienestar: evidencia del horario de verano, de Joan Costa Font, Sarah Fleche y Ricardo Pagán.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anuncia que propondrá a la Unión Europea acabar definitivamente con el cambio horario. (X/@sanchezcastejon)

Cómo afecta la falta de sueño al trabajo

El estudio señala que dormir menos tiempo provoca fatiga, errores por distracción y una merma en las capacidades cognitivas necesarias para el trabajo. “Está demostrado que el cansancio debilita la atención y la toma de decisiones, lo que genera una pérdida de productividad en empresas y organizaciones”, detalla. Además, el aumento de la presión, que deriva de disponer de una hora menos en el comienzo de la semana, incrementa la sensación de estrés y acelera los ritmos de trabajo.

Los investigadores señalan también que el incremento de 40 minutos en el tiempo dedicado a trabajar después del cambio horario refleja que los trabajadores requieren más tiempo para cumplir las mismas tareas, ya que desciende de manera transitoria su productividad. Además, el estudio relaciona los periodos de fatiga y la reducción del bienestar con un mayor absentismo laboral, más accidentes en el entorno de trabajo y un alza en la demanda de servicios de salud.

El cambio horario no afecta de la misma manera a todos los trabadores. Los más perjudicados son los que cuentan con una menor flexibilidad horaria, sobre todo quienes trabajan a tiempo completo, ocupan puestos manuales o cumplen jornadas más extensas. Además, el impacto en el desempeño laboral es más acusado en hombres que en mujeres.

Un beneficio de 754 euros por persona

El estudio también señala los beneficios monetarios que supondría la eliminación del cambio horario en la Unión Europea. En concreto, calcula que el descenso de bienestar de la transición de primavera equivale a una pérdida anual de ingresos de 354 euros por persona, mientras que la transición de otoño aporta un beneficio equivalente a 564 euros. Los investigadores destacan que, si se suprimen ambos cambios, la pérdida neta anual sería de 210 euros por persona.

Una persona cambiando la hora
Una persona cambiando la hora en un reloj. (Ricardo Rubio/EuropaPress)

Sin embargo, los investigadores señalan que cuando se incluyen aspectos colaterales como la salud y la productividad (mayor coste sanitario por visitas médicas, hospitalizaciones, infartos y descenso de la eficiencia laboral), el saldo total se revierte, implicando la eliminación del cambio horario un beneficio neto de 754 euros por individuo al año.

En cuanto a las empresas, la transición al horario de verano incrementa la incidencia de accidentes laborales y de tráfico, con un efecto directo sobre los costes empresariales y sobre el sistema de salud. El descenso en la capacidad de recuperación y la fatiga también afectan al clima laboral y los resultados de los equipos de trabajo, incrementando los costes de supervisión y gestión de personal, según el estudio. Estos inconvenientes son mayores para las empresas dedicadas a la industria, el transporte, la manufactura y los servicios.

El estudio concluye señalando que cualquier política sobre el horario debe considerar principalmente estos efectos agregados en la economía y en los trabajadores, ya que el argumento energético —la supresión del cambio horario supondría un sobrecoste de 4,85 euros por persona en consumo eléctrico— ha quedado superado por el impacto sobre la productividad y el bienestar social y empresarial.