
Los reyes tenían una deuda pendiente con el pueblo valenciano. Después de ser recibidos entre barro y abucheos en Paiporta en pasado 3 de noviembre por un bullicio enfadado por la gestión política de la DANA, la casa real prometió volver próximamente al levante para mostrar su apoyo a las víctimas y familiares de los fallecidos en la tragedia. Dos semanas después, fueron aplaudidos en la localidad de Chiva por un vecindario que agradecía sus gestos de cariño.
“Volveremos”, dijo la reina Letizia entonces y, efectivamente, este lunes 9 de diciembre, la pareja ha regresado a la capital de la Comunidad Valenciana para rendir sus respetos a los 222 fallecidos por la riada. La Catedral de Valencia ha recogido a las 19:00 horas un acto presidido por el Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, y con mucha puntualidad, los padres de la princesa Leonor han llegado entre una muchedumbre que gritaba “¡Viva el rey!”.
No obstante, ha habido una gran disparidad entre sus gestos a la entrada a la catedral. Mientras que don Felipe se ha acercado a saludar a los vecinos que allí se congregaban, su mujer ha decidido entrar directamente con la mirada baja hacia la basílica. Además, y de acuerdo a como acostumbra, Letizia ha evitado persignarse a su entrada a la iglesia.
Por otro lado, ambos han sido recibidos por el Arzobispo monseñor Enrique Benavent y los miembros eclesiásticos de la misa. Felipe VI se ha mostrado en todo momento muy cercano y cordial con ellos, al contrario de su esposa, quien ha mantenido una expresión compungida y seria.
Tanto ella como don Felipe han optado por el color negro como muestra de respeto a las víctimas. Un gesto, con el que tampoco pretendían destacar sobre el resto de participantes de la misa, entre los que se encontraban desde el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, hasta la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero.

Sus otros dos viajes a Valencia
El primer viaje que realizaron Felipe VI y Letizia a Valencia fue cinco días después de la catástrofe, para conocer de primera mano la situación. Su paso por Paiporta estuvo marcado por una gran tensión, pues la población no dudó en lanzarles barro e insultarles, fruto del enfado y la frustración. La situación que vivieron fue tal que los duros testimonios y reproches provocaron las lágrimas de la reina Letizia. Una impactante imagen que dio la vuelta al mundo.
Dieciséis días después de este amargo episodio, volvieron a la zona 0. Entonces, vivieron una experiencia que poco tuvo que ver con su primera visita a la Comunidad Valenciana. Los habitantes de las regiones de Chiva y Utiel, en Valencia, y Letur, en Castilla-La Mancha, les recibió al grito de “Viva el rey” y “Viva la reina”, con gestos de cariño, abrazos y muchos aplausos. Los monarcas tuvieron la oportunidad de pasear tranquilos por las calles, charlando con los vecinos y saludando a las personas. Uno de los momentos más destacados fue el instante en el que Letizia se arrodilló para hablar con una niña y darle un abrazo.
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