La empatía.... esa cualidad que en algunos es totalmente inexistente, devorada por el egoísmo más puro de quien no es más capaz de ver más allá de su propio mundo y su realidad. En este caso, el o la protagonista es una persona indignada porque al llegar a un bar se lo encuentra cerrado, pese a tener en la puerta el pan y la bollería. Ante esta situación, critica que mientras “unos quieren trabajar”, este establecimiento“ se permite el lujo” de cerrar. “Que alguien me lo explique”, publica en su cuenta de Instagram junto a una fotografía del local. Y la explicación le ha llegado: la cuenta de Soy Camarero la ha recogido y publicado en Twitter.
Hay profesiones en las que -en este caso sí- uno se puede dar el lujo de teletrabajar si se encuentra mal como para salir de casa o incluso avisar en el mismo momento de que está enfermo y tiene que ausentarse de su puesto por un tiempo. Cualquiera en una situación de enfermedad puede avisar y bien quedarse en su casa o ir al médico. Pero según el puesto de trabajo que tengas, el roto que le haces a la empresa (o más bien a los compañeros que tienen que sustituirte) se nota más o menos. En una gran compañía en la que más personas realizan las mismas tareas que tú no suele haber problema. Cuando se trata de una pyme la situación es distinta.
La empatía de la gente... pic.twitter.com/AH52ojjABW
— Soy Camarero (@soycamarero) October 19, 2024
Esto es lo que le pasó a la Cafetería Moero, un local de Moaña, en Pontevedra. Los dueños se encontraron con la queja en redes sociales de la persona que pedía explicaciones porque estuviera la persiana echada en horario laboral, y le respondieron. “Esto que acabas de hacer nos parece una falta de respeto increíble”, comenzaba el comentario. Y continúan explicando el porqué: “Una de nuestras niñas cuando iba de camino a abrir el local se encontró muy mal, nos llamó por teléfono para avisar de lo que estaba sucediendo y tardamos en abrir lo que tardamos en llegar al local desde la frontera Portuguesa, que es donde nos encontrábamos cuando recibimos la llamada.
“Nuestros empleados son personas, igual que tú”
La gerente del negocio comenta que estas cosas pueden suceder, y añade una cuestión importante: “Nuestros empleados son personas al igual que tú”. Explica que la respuesta que le dieron a su empleada fue que no se preocupara, que se fuera a casa y que los dueños buscarían una solución. Muy molesto, el gerente critica que “lo que pasa en este pueblo y las redes sociales está totalmente fuera de lugar”. Así hace referencia a “la impunidad con la que se hacen comentarios sin tener ni un ápice de conocimiento de lo que está ocurriendo, la absoluta falta de empatía, la facilidad para juzgar a los demás, la crítica por deporte...”, lamenta.
Y concluye: “Espero honestamente que te sientas orgulloso de tu comentario, que te enorgullezcas de la buena actuación ante esta situación, y te invito a que dediques un 10% del tiempo que he dedicado yo para crear mi empresa, trabajando jornadas de 20 horas al día y durmiendo dos en el suelo de la cocina, estoy segura de que con que te esfuerces menos de la mitad de lo que yo lo hice tú también podrás montar tu empresa. Gracias. PD: Todas aquellas empresas que por desgracia no somos El Corte Inglés, tardamos más de cinco minutos en poder solventar una incidencia de este tipo.