La vida familiar de Pablo Motos: orígenes humildes, un traumático divorcio y su matrimonio con la productora de ‘El Hormiguero’

Pablo Motos vive uno de los momentos más difíciles de su carrera debido a la nueva incorporación de La Revuelta en la parrilla de La 1. El presentador de El Hormiguero lleva más de diez años liderando las audiencias gracias a un programa de éxito que vio por primera vez como el pasado martes era sobrepasado por David Broncano. Sin embargo, el valenciano se mantiene fuerte gracias al apoyo de su familia y sus compañeros de trabajo.

Y es que, aunque siempre ha mantenido un perfil bajo alejado del programa de Antena 3, poco a poco ha desvelado algunos detalles sobre su círculo cercano. Con más de 25 años junto a su esposa Laura Llopis, quien también trabaja como coordinadora de guiones en su programa, el presentador ha logrado equilibrar su vida pública y privada de manera ejemplar. Sin embargo, esta no ha estado exenta de desafíos y momentos difíciles, como su divorcio anterior y las dificultades que atravesó antes de conocer a su actual pareja.

Sus humildes orígenes

Nacido en Requena, Valencia, en 1965, Motos es el pequeño de dos hermanos. Hijo de un cocinero del Hospital de Requena que en fines de semana vendía revistas de ganchillo, Pablo vivió siempre muy influenciado por el carácter de su padre. “Ahora intento compensar lo rebelde que fui de niño y procuro que se sientan colmados de todas las formas posibles, tanto mi padre como mi madre”, confesó en 2013. Tanta era la profesionalidad y responsabilidad de su padre, que tres años después tuvo que despedirlo y no dudó en acudir al programa en su honor: “Un hombre tiene que ser serio en el trabajo, era una de las frases que me decía mi padre y no le podía fallar”, comentó en Joaquín, el novato.

Dos años más tarde, en 2018, tuvo que decir adiós también a su madre Amelia, con quien estaba muy unido. El presentador intentó seguir adelante con el programa esa misma noche, pero no pudo contener las lágrimas y fundirse en un abrazo con Laura Pausini.

Su éxito laboral le brindó el amoroso

Inició su carrera en el mundo de la radio local, trabajando en emisoras como Radio Nacional de Utiel y Onda Cero Valencia. A lo largo de los años, su talento y carisma lo llevaron a ascender en la industria, hasta convertirse en uno de los presentadores más destacados de la televisión española. A pesar de este éxito profesional, Motos ha preferido mantener su vida personal alejada de los focos mediáticos, protegiendo a su familia y su intimidad con gran celo.

Pero en algunas ocasiones, como en entrevistas con sus invitados o tras la visita de Bertín Osborne a su casa en Requena, se han podido conocer varios detalles. Su relación con Laura Llopis comenzó en la década de 1990, cuando ambos trabajaban en la radio. Motos era locutor y Llopis, productora. Según ha contado en algunas entrevistas, su historia de amor no fue sencilla al principio, ya que aunque él se sintió atraído desde el primer momento, Laura no correspondió a sus sentimientos de inmediato. No obstante, el presentador no se rindió y, con pequeños gestos de afecto, logró conquistarla. “Una vez comentó que hacía mucho frío, y yo salí corriendo y le compré un calefactor. Entonces, por primera vez me miró, la miré y surgió el flechazo”, comentó en una entrevista.

Cuando su relación comenzaba a ser más cercana, él no pudo dejar pasar la oportunidad de confesarle cómo se sentía realmente: “Entramos en una rotonda y le pregunté si le gustaba o no. Ella me dijo ‘bueno’… Y ya no tomé ni la rotonda, me fui recto, paré y la besé”. Tras comenzar su relación, decidieron casarse en secreto, evitando cualquier tipo de alarde o celebración pública. Según el propio Motos: “en el juzgado me metieron por detrás, fuimos por unas habitaciones muy raras y me llevaron a la parte de arriba”. Y en cuanto a la celebración, ocurrió de forma muy íntima: “Nos comimos una paella, bebimos y nos fuimos a casa”.

A lo largo de los años, Motos y Llopis han trabajado juntos en diferentes proyectos, siendo El Hormiguero el culmen de su éxito profesional. El programa de Antena 3, en el que ha entrevistado a numerosas celebridades nacionales e internacionales, ha sido un éxito rotundo desde su lanzamiento en 2006. Allí, Laura trabaja en la producción como coordinadora de guiones, ya que ha preferido mantenerse en un segundo plano, alejada del foco mediático que rodea a su esposo.

A pesar de no tener hijos biológicos, Motos ha demostrado un profundo cariño hacia las dos hijas de Laura, fruto de una relación anterior. Ambas trabajan también en el programa, una como guionista y la otra en el área de atrezzo, y el presentador ha hablado en varias ocasiones sobre el orgullo que siente por ellas, por su talento y el gran cariño que mantienen.

La pareja reside en un lujoso piso de 300 metros cuadrados en el barrio de Salamanca, Madrid. La vivienda, valorada en más de dos millones de euros, cuenta con todas las comodidades y está ubicada cerca del parque del Retiro. En algunas ocasiones, Motos ha mostrado partes de su hogar a través de sus redes sociales, revelando un amplio salón decorado en tonos claros, un despacho personal y una colección de guitarras, una de sus grandes pasiones.

Su complicado divorcio

Antes de conocer a Laura Llopis, Pablo Motos atravesó un difícil divorcio, del que pocas veces ha hablado públicamente. No obstante, en una entrevista en su propio programa, reveló algunos detalles de lo que fue esa etapa de su vida. Motos explicó que, tras la separación, experimentó una mezcla de liberación y culpa, aunque con el tiempo llegó a aceptar la situación como una oportunidad para empezar de nuevo.

“Me gusta mucho el tema. Yo creo que podríamos hacer un poco de terapia porque habrá millones de personas, este programa lo ve mucha gente, que, o está en situación de hacerlo y se lo está pensando [el separarse] y no sabe qué va a pasar, o ya lo ha hecho y está en ese momento de vértigo que tampoco se sabe lo que va a pasar, porque es como que te quitan el suelo”, le comentó a Dulceida y Alba Paul cuando acudieron a presentar su pódcast Segunda oportunidades.