La trampa que le espera a Fernando Alonso en el GP de Bakú

Fernando Alonso está protagonizando un inicio de temporada mágico con Aston Martin. El piloto español ha roto todas las quinielas que pronosticaban un año de transición para la escudería británica, cuyo resultado en el último campeonato de constructores fue el séptimo lugar, y ha conseguido tres podios en los tres primeros grandes premios. Los resultados han disparado el optimismo dentro y fuera de su box. Las esperanzas de conseguir la tan ansiada 33 cada vez son más reales, con el respeto de los Red Bull, intratables hasta ahora.

Las redes sociales echan humo con la alonsomanía, que se ilusiona ya con esa victoria e, incluso, con poder competir por el Mundial más pronto que tarde. Desde Aston Martin, en cambio, piden prudencia. La temporada acaba de empezar y aún no se ha visto el potencial de cada escudería. En este sentido, se espera que Ferrari y Mercedes den un paso hacia adelante y se acerquen a las prestaciones de los británicos que, mientras, han conseguido consolidarse como el mejor equipo por detrás de Red Bull, tal y como marcan los resultados. Así lo ha reconocido Toto Wolf, director de Mercedes. “Lo que ha logrado Aston Martin es una gran inspiración. Han recuperado dos segundos respecto al año pasado y ya son el segundo mejor equipo”, aseguró.

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El punto más débil será el más expuesto en Bakú

Tras el parón de casi un mes, el Gran Circo volverá a hacer sonar sus motores en el circuito de Bakú, Azerbaiyán. Se trata de un trazado que pondrá de manifiesto la mayor debilidad del Aston Martin: la velocidad punta en recta. Esta fragilidad no es nueva y ya se pudo apreciar en los tres primeros grandes premios, pero en Bakú quedará todavía más expuesta ya que la recta principal es la más larga del campeonato, con 2,1 kilómetros de distancia.

“Las rectas muy largas nos hacen sufrir, no es ningún secreto. Lo sabemos y tenemos que trabajarlo mucho. Los circuitos en los que no tengan tanta importancia nos harán tener un mejor rendimiento”, ha apuntado el director de rendimiento de Aston Martin, Tom McCullough, señalando el Gran Premio de Mónaco como el ideal para la primera victoria del AMR23. Ese trabajo del que habla McCullough consiste en la introducción de pequeños ajustes que mejorarán la velocidad.

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Ese drag, que es la resistencia al avance, deriva del particular equilibrio aerodinámico del monoplaza. El ARM23 ha demostrado su versatilidad en tres circuitos distinto, ofreciendo un gran rendimiento en todo, pero sin destacar especialmente en nada en particular. El coche mantiene buen ritmo en carrera, se comporta bien ante cualquier tipo de neumático, su frenada y aceleración son altamente efectivas. El único punto débil, el ya mencionado equilibrio aerodinámico que ha lastrado la velocidad punta.

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Alonso es optimista

Pese a las predicciones poco halagüeñas de cara a la próxima carrera, nada mina la confianza de Alonso después de sus tres primeras carreras. Fernando ve el circuito de Bakú como una oportunidad: “El trazado nos presenta a los pilotos un desafío único porque nos enfrentamos a varias secciones estrechas a baja velocidad y rectas largas de mucha velocidad. Eso crea oportunidades para el riesgo y la recompensa”, explica el piloto español.

El fin de semana será novedoso para todas las escuderías debido a la primera carrera al sprint con el nuevo formato de la temporada. Contará con dos clasificaciones: la primera se celebrará el viernes y marcará el orden de salida en la carrera del domingo, mientras que la segunda tendrá lugar el sábado y delimitará la parrilla para la carrera al sprint del mismo día. Alicientes suficientes para presenciar un emocionante fin de semana en el que Aston Martin sufrirá, a priori, más que en ningún otro hasta la fecha. Eso sí, si hay un piloto en el paddock de la F1 capaz de minimizar sus debilidad y explotar sus fortalezas, ese es Fernando Alonso.