Cómo son los proyectos solidarios que buscan transformar la educación y la realidad en la Argentina

En el auditorio de Ticmas asistieron Luz Avruj, vocera de CLAYSS junto a Sandra Pierdominici y Emiliano Weinstock de la fundación Grano de Mostaza para hablar sobre cómo educar con sentido.

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Sandra Pierdominici, Emiliano Weinstock y Luz Avruj en el auditorio de Ticmas (Agustín Brashich/Ticmas)
Sandra Pierdominici, Emiliano Weinstock y Luz Avruj en el auditorio de Ticmas (Agustín Brashich/Ticmas)

En el auditorio de Ticmas, durante la Feria del Libro de Buenos Aires, Luz Avruj, coordinadora de relaciones institucionales y redes en el Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (CLAYSS), junto a Sandra Pierdominici y Emiliano Weinstock de la fundación Grano de Mostaza, compartieron sus experiencias sobre “Educar con sentido”. La conversación giró en torno a cómo ambas organizaciones implementan sistemas de enseñanza significativos con enfoque en comunidades locales.

Patricio Zunini, moderador del encuentro, abrió la charla enfatizando la importancia de la educación con propósito, y planteó una pregunta crucial: “siempre se habla de propósito pero ustedes lo llevan a la práctica, ¿cómo?

Luz Avruj, coordinadora en el Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (CLAYSS), explica que la educación es un vehículo para transformar la realidad. “No solo creemos importante hablar y enseñar sobre esto, sino que realmente suceda”, afirma. CLAYSS promueve el aprendizaje y servicio solidario, una metodología que involucra a los jóvenes en la acción, aplicando el currículo y los contenidos escolares en el nivel inicial, primario, secundario, universitario y en organizaciones juveniles de educación no formal. “Entendemos que los jóvenes no solo tienen buenas ideas, son creativos y buenos observadores de la realidad. En el proceso de diseñar, pensar e implementar, hay mucho aprendizaje, y la realidad, al igual que la escuela o la universidad, también es una gran oportunidad de aprendizaje.”

Desde CLAYSS, Avruj destaca que no solo en las escuelas y universidades se aprende; la comunidad también tiene mucho que enseñar. “Formamos docentes, hacemos investigación, generamos publicaciones que permiten mejorar los proyectos y tejemos redes a nivel comunitario y mundial”, detalla. CLAYSS, aunque es una organización argentina, opera a nivel global, conectando a quienes trabajan en estos temas en todo el mundo.

Desde CLAYSS y la fundación Grano de Mostaza, compartieron sus experiencias sobre "Educar con sentido" (Agustín Brashich/Ticmas)
Desde CLAYSS y la fundación Grano de Mostaza, compartieron sus experiencias sobre "Educar con sentido" (Agustín Brashich/Ticmas)

La educación desde Grano de Mostaza

Sandra Pierdominici: “Nosotros acompañamos a los adolescentes y jóvenes en sus estudios secundarios y universitarios. Argentina tiene un gran déficit en la finalización de la escuela secundaria, y trabajamos en zonas donde las escuelas no están, por lo que debemos trasladar a los chicos y chicas para que puedan estudiar.”

Pierdominici también subraya la importancia de las emociones en el proceso educativo. “La escuela tiende a ser enciclopedista y no tiene en cuenta la emocionalidad ni la comunidad. Uno de nuestros proyectos exitosos es el de la miel, desarrollado con chicas de una escuela agrotécnica, para que puedan llevar a sus parajes una producción de miel y generar un beneficio económico en regiones donde solo hay leña, carbón y ganado.” La innovación, señala, está presente en el programa “Mi proyecto de vida”, que se implementa en Buenos Aires, Gran Buenos Aires, Salta y Santiago del Estero. “Nos dimos cuenta de que la emocionalidad es fundamental para el aprendizaje, y la falta de comprensión lectora está asociada a ello y a su comunidad.”

Emiliano Weinstock: “Creo que no hay educación sin emoción. El aprendizaje tiene que ver con la acción y el comportamiento, de lo contrario, es solo conocimiento teórico. Como profesor de educación física, siempre digo que no aprendemos a nadar viendo una presentación de PowerPoint; necesitamos mojarnos y practicar. Desde el programa ‘Mi proyecto de vida’, trabajamos en el empoderamiento de los jóvenes para que conozcan sus fortalezas y debilidades mediante habilidades socioemocionales, que determinan en un 80% nuestra capacidad para lograr metas y objetivos.”

Weinstock explica que se enfocan en el autoconocimiento y el autocontrol emocional, ayudando a los jóvenes a entender para qué sirven las actividades que realizan y a proyectarse a futuro. “Utilizamos diversos estímulos, como talleres de creatividad y arte, y dinámicas grupales, todo orientado a desarrollar el trabajo en equipo, la iniciativa y el autoconocimiento. Creemos firmemente que, sin acción, no hay aprendizaje.”

20 historias de Educación y solidaridad

Luz Avruj, coordinadora en CLAYSS, comparte que llevan más de 20 años trabajando en el aprendizaje y servicio solidario, una pedagogía que no surgió en un escritorio con un especialista, sino de la práctica en el aula, en el terreno y en la comunidad. “El aprendizaje y servicio se crea en la realidad cotidiana. Las ‘20 historias de Educación y Solidaridad’ recopilan proyectos con mucha trayectoria en distintos niveles educativos, llevados adelante por jóvenes en distintas partes del país. Aunque trabajamos a nivel global, estas experiencias mayormente argentinas reflejan cómo un docente, una escuela o un grupo de estudiantes vio un problema y decidió actuar para cambiar la situación como parte de su aprendizaje”, explica Avruj.

Luz Avruj, coordinadora en CLAYSS señaló que el libro Las '20 historias de Educación y Solidaridad' recopilan proyectos con mucha trayectoria en distintos niveles educativos (Agustín Brashich/Ticmas)
Luz Avruj, coordinadora en CLAYSS señaló que el libro Las '20 historias de Educación y Solidaridad' recopilan proyectos con mucha trayectoria en distintos niveles educativos (Agustín Brashich/Ticmas)

Avruj subraya la importancia del tejido comunitario en estos proyectos, destacando que no es solo un estudiante o un socio comunitario quien lleva adelante el proyecto, sino un grupo de estudiantes en el marco de una institución educativa y una comunidad. “Trabajamos con clubes, iglesias, negocios y Scouts para mejorar la comunidad a través de los contenidos educativos. Esto es crucial porque permite mejorar la situación del problema y que los estudiantes aprendan más y mejor. La motivación surge cuando hay algo que resolver, y no se estudia para un cuatro, sino para un diez, porque ese conocimiento puede cambiar la vida de alguien”, detalla. Además, Avruj invita a todos a participar en el seminario internacional gratuito que se realiza cada agosto en Buenos Aires, donde educadores de todo el mundo comparten y aprenden mutuamente sobre este enfoque pedagógico. “Estas experiencias no las desarrollamos nosotros, sino educadores y comunidades de todo el mundo y el país, de quienes nosotros también aprendemos”, finaliza.

Zunini comprometió en cámara y delante del auditorio de Ticmas a que cuando estemos llegando a agosto Avruj de un espacio para hablar y publicar lo que van a hacer y cómo, posteriormente, lanzó la próxima pregunta: ¿Ustedes hablaban de los libros qué cuentan los libros que están trayendo qué historias hay detrás de todo esto?

Sandra Pierdominici: El libro que traemos es de entrega gratuita, así que quienes quieran retirarlo pueden hacerlo. Es un libro de arte, y nosotros trabajamos con todo lo relacionado al cuerpo para conocer las emociones y sensaciones de las personas con las que trabajamos, en su mayoría niños, niñas y adolescentes. Tenemos sedes donde hacemos juegos y otras donde desarrollamos actividades artísticas, especialmente cerámica. Este libro incluye todo lo relacionado con el arte y refleja lo que estamos hablando: la motivación y el creer que uno puede es fundamental. Esta emoción de creer en uno mismo está relacionada con la autoestima, conocerse, saber qué puedo y no puedo hacer y qué necesito mejorar.

Todo esto puede parecer básico, pero es muy difícil para un niño que no sabe leer bien y no se anima a leer en voz alta. No es tanto que no sepa leer, sino que no se atreve y no quiere verse reflejado en un espejo leyendo si nadie lo apoya para que crea en sí mismo, aunque le cueste. Tratamos de ayudar a los adolescentes y jóvenes a creer en ellos mismos, y con eso hemos logrado que todos terminen la secundaria exitosamente, en alianza con las escuelas. Por ejemplo, el proyecto de miel lo hacemos con la escuela agrotécnica en Campo Gallo. Nosotros aportamos el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, y la parte técnica generalmente la aporta la escuela o alguna otra institución. Nos dimos cuenta de que esto funciona bien y es beneficioso tanto para los adolescentes como para los universitarios. Hoy tenemos estudiantes de ingeniería agronómica, contabilidad, derecho, trabajo social, psicopedagogía, provenientes de parajes donde solo hay escuela primaria. Eso demuestra que cuando uno confía en ellos y les demuestra que pueden, avanzan sin problemas.”

El trabajo en zonas alejadas, no voy a decir zonas vulnerables, pero tal vez también ¿Que es, cómo se piensa o cómo se piensa un proyecto que de alguna forma soluciona un problema en donde el estado estuvo ausente y que ahí ustedes aportan mucha luz y mucha claridad?

Luz Avru: Nosotros creemos en la comunidad, en que nadie mejor que sus propios miembros conoce las problemáticas y los recursos disponibles para abordarlas. La clave es trabajar junto con las instituciones y vecinos de cada comunidad, no llegar desde afuera con una solución, sino construirla juntos. Para empezar, usamos un itinerario, un método para planificar estos proyectos. Una parte fundamental es el diagnóstico, identificar las causas de la problemática. Pueden ser múltiples: la ausencia del estado, el cierre de una fábrica que empobreció a un pueblo, etc. Es crucial que los estudiantes—adolescentes, universitarios e incluso niños de primaria y jardín—puedan analizar su comunidad, identificar los problemas y verse como parte de la solución. Esta perspectiva genera una motivación impresionante y combate el abandono escolar, promoviendo mejor educación y proyectos de calidad.

Sandra Pierdominici subrayó la importancia de las emociones en el proceso educativo (Agustín Brashich/Ticmas)
Sandra Pierdominici subrayó la importancia de las emociones en el proceso educativo (Agustín Brashich/Ticmas)

Recuerdo un proyecto muy interesante en Berisso, donde el cierre de un frigorífico empobreció una zona pujante. Años después, desde la escuela comenzaron a investigar esa situación, recolectaron materiales e historias y hasta crearon un museo dentro de la escuela. Esto no solo desarrolló habilidades de investigación, sino también una fuerte identidad y pertenencia, revalorando la historia del lugar. Este es solo uno de miles de proyectos; leer sobre otros también puede generar buenas ideas. Es fundamental que los chicos, docentes y comunidades tomen conciencia de que todos somos parte de la mejora de nuestras circunstancias.

Acompañar a los estudiantes a encontrar una solución a un problema de tu localidad hace que vos te conviertas en un agente de cambio aún cuando ya hayas terminado el colegio y ustedes hacen mucho de eso y quiero preguntarte ¿cómo?

Emiliano Weinstock: “De muchas maneras, también leí lo mismo: somos agentes de cambio. Al hablar de comunidad, empoderamos a cada individuo para que asuma un rol protagónico en el cambio. Esto, como mencionaba Sandra, permite que cada uno se crea capaz de ser parte del cambio. Cuando uno se define de esa manera, empieza a ver nuevas posibilidades para lograrlo. Desde las habilidades socioemocionales, buscamos que los jóvenes se conozcan, reconozcan sus capacidades y se fijen objetivos colectivos. En Salta y Campo Gallo, Santiago, hicimos murales que reflejan la identidad de la zona a través del arte. En los talleres, trabajamos la indagación sobre la identidad, las tradiciones y la música local. Así, los jóvenes produjeron un mural con símbolos que representan su linaje, ayudándolos a entender hacia dónde quieren ir. Cuando uno tiene claro su objetivo, es más fácil encontrar el camino y pedir ayuda, apoyándose en la comunidad y las redes para trabajar en equipo.”

Sandra Pierdominici: “Quiero agregar algo importante: los chicos pueden, y trabajamos en eso, pero detrás de ellos hay una familia que desea que su hijo o hija estudie y cambie su realidad. Esto crea una red de contención junto con la escuela, los docentes y nosotros como organización no formal. La escuela pública juega un rol fundamental en estos momentos. Por ejemplo, un apicultor que es director de una escuela nos dijo que el laboratorio no funcionaba porque estaba muy viejo. Junto con las chicas que viven en nuestra casa y las familias, presentamos un proyecto y logramos conseguir financiamiento de Alemania. Esto permitió que hoy produzcan miel y estén en una situación mejor, pero fue un trabajo de mucha gente. Solos no se puede, y es crucial valorar la educación pública y el rol de la escuela.” finalizó.

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