Abandono, cargos vacantes, bajos aprendizajes: ¿las tecnologías resuelven los problemas educativos?

El Foro Regional de Política Educativa de la UNESCO reunió a especialistas de América Latina para debatir sobre los usos de las herramientas digitales para la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje, y para el planeamiento y la gestión de los sistemas educativos

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La generación de datos en líneas por parte de los usuarios de internet ofrecen información que pueden convertirse en herramientas para la gestión educativa (Foto: Archivo)
La generación de datos en líneas por parte de los usuarios de internet ofrecen información que pueden convertirse en herramientas para la gestión educativa (Foto: Archivo)

Sistemas de alerta temprana, Big Data, Moodle, aulas híbridas, sistemas de información, plataformización… Hace diez años, estas palabras no ocupaban demasiado espacio en los debates educativos. Hoy están en el centro. Las tecnologías digitales llegaron para quedarse: pueden usarse al servicio de la inclusión y la mejora de los aprendizajes, pero también del planeamiento y la gestión de los sistemas educativos.

Sobre estos y otros desafíos similares están debatiendo esta semana una serie de expertos de América Latina reunidos en el Foro Regional de Política Educativa, organizado por el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) de la UNESCO, en conjunto con otras áreas de ese organismo internacional. El evento reunió de manera virtual a especialistas y a representantes de organismos internacionales y de ministerios de educación de los países de América Latina y el Caribe.

El estado de situación de las tecnologías digitales en los sistemas educativos de la región; las oportunidades y desafíos que derivan del uso de las tecnologías digitales para la inclusión educativa y la mejora en los procesos de enseñanza y aprendizaje; y el potencial que la tecnología puede ofrecer para el planeamiento y la gestión de los sistemas educativos fueron los ejes principales del encuentro. Sobre este último tema hubo un panel en el que participaron Alejandro Morduchowicz, Fernanda Luna y Gregory Elacqua, con la moderación de Natalia Fernández Laya, especialista del programa en Comunidades de Práctica de IIPE-UNESCO.

Big Data: ¿la transformación que viene?

“En 2023 se proyecta que dos tercios de la población mundial van a estar diariamente 6 horas en línea. Esta actividad online genera billones y billones de datos que pueden ser usados”, explicó el economista Alejandro Morduchowicz en su exposición sobre Big Data, donde presentó algunas ideas trabajadas en conjunto con el especialista Juan Suasnábar.

“El potencial del Big Data para el planeamiento educativo depende de nosotros, de lo que los gobiernos decidan hacer con él. No viene a reemplazar el planeamiento clásico, sino a complementarlo”, dijo Morduchowicz. También aclaró, citando a Walter Sosa Escudero, que “Big Data no es solo muchos datos: implica no solo cantidad, sino también diversidad de datos. Por eso podríamos hablar de New Data, de nuevos tipos de datos”.

Para Morduchowicz, “este gran volumen y diversidad puede ser aprovechado. Son datos que no están estructurados, sino desordenados: no es una planilla de cálculo, sino que se parece más a un gran sótano con miles de fotos desordenadas. Como la biblioteca de Babel, pero toda desordenada”. Aprovechar esos datos podría permitir “anticiparse a los problemas para no correr detrás de ellos”, consideró.

El especialista indicó que el Big Data podría utilizarse para prevenir el abandono escolar, y mencionó los actuales sistemas de alerta temprana, en contraste con los datos que se utilizaban antes: “Hasta hace unos 12 años, el gran predictor del abandono era la sobreedad”.

También hizo referencia a “la preocupación que manifiestan muchos docentes por el juego en línea”, y señaló que “la actividad de los chicos en los casinos online queda registrada y eso podría ser aprovechado para ver en qué medida constituye un riesgo para el abandono, si el avance de la ludopatía es solo una percepción de los docentes o no, cuánto tiempo le están dedicando los estudiantes”.

Luego dio un tercer ejemplo referido al malestar docente: “Podríamos comprenderlo mejor por ejemplo a partir de datos de la participación de docentes en redes, sus quejas, y en función de eso ver cómo podemos actuar”.

Entre los desafíos a futuro, Morduchowicz señaló en primer lugar la necesidad de digitalizar los sistemas educativos para generar datos de calidad. Y remarcó que “esto no implica darles más trabajo a los docentes: los sistemas de información están al servicio de las escuelas, no al revés”. Luego, planteó que es necesario “utilizar los datos digitales existentes en las distintas esferas del Estado”, y dijo que hoy hay mucha información que no se está aprovechando por falta de articulación entre los distintos ministerios.

Natalia Fernández Laya, Alejandro Morduchowicz, Fernanda Luna y Gregory Elacqua, en el panel sobre planeamiento y gestión educativa.
Natalia Fernández Laya, Alejandro Morduchowicz, Fernanda Luna y Gregory Elacqua, en el panel sobre planeamiento y gestión educativa.

Sistemas de alerta temprana para prevenir el abandono

En ese mismo panel, Fernanda Luna, subcoordinadora de Gestión y Movilización de Conocimientos de IIPE-UNESCO, habló sobre los avances de los sistemas de alerta temprana (SAT) en América Latina. Empezó diciendo que “el acompañamiento de las trayectorias estudiantiles es uno de los desafíos principales para los sistemas educativos”, y explicó que “esta problemática atraviesa todos los niveles, pero sobre todo se agudiza en el pasaje de la primaria y la secundaria, y a lo largo de la secundaria”. Señaló que, a nivel regional, el 4,8% de los adolescentes no asiste al ciclo inferior de la secundaria, pero la cifra asciende al 18,3% en el ciclo superior: hay una brecha de 13,5 puntos porcentuales.

Luna indicó que “los SAT permiten identificar y proteger a los estudiantes cuyas trayectorias están en riesgo”. Y agregó que “siempre es más costoso actuar con políticas cuando los alumnos están fuera del sistema, que hacerlo cuando aún están dentro”. También explicó que, en sus orígenes, el término “alerta temprana” estaba vinculado a los intentos de anticipar eventos climáticos, pero que en educación “no se trata de eventos puntuales sino de procesos que requieren un seguimiento”.

En América Latina hay solo 11 países que cuentan con sistemas de alerta temprana centralizados y basados en datos nominales, explicó la especialista. Entre ellos están Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay. Otros 3 países –Argentina, Brasil y Cuba– cuentan con sistemas descentralizados. En todos los casos, se trata de desarrollos recientes.

En línea con lo planteado por Morduchowicz, Luna resaltó la importancia de que los sistemas de información estén integrados y sean interoperables “para tener una mirada integral del estudiante”, que vaya más allá de su desempeño educativo y abarque también datos de su entorno socioeconómico, salud, etcétera. También subrayó el desafío de contar con sistemas de información nominales, que permitan individualizar a cada estudiante.

Asignación online de cargos docentes

Por su parte, Gregory Elacqua, economista principal de la división de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo, enfocó su exposición en los desafíos del uso de tecnologías digitales en el reclutamiento y asignación de docentes. “El proceso de postulación y selección suele ser opaco y engorroso para los docentes. Los procesos suelen ser largos, extenuantes y confusos”, indicó Elacqua, autor de una investigación sobre este tema a nivel regional. Y continuó: “Esto genera inequidades. Las escuelas desfavorecidas tienen dificultades para atraer candidatos calificados”.

Frente a este escenario, desde el BID vienen trabajando en la aplicación de “mecanismos digitales centralizados para la asignación de docentes a escuelas”, para que el proceso sea más transparente y equitativo. Mencionó tres ejemplos: el sistema “Quiero ser maestro” de Ecuador, el de “Nombramiento docente” de Perú y el sistema digital de transferencias de profesores de São Paulo. Sobre este último caso, contó: “São Paulo tiene 50.000 docentes; cada año el 20% aproximadamente solicita un traslado. Centralizaron su sistema para gestionar de manera eficiente este gran volumen de traslados: unos 10.000 por año”.

Elacqua explicó que “los resultados de estos mecanismos son bastante positivos: mejora el match entre profesor y escuela, aumenta la probabilidad de que el profesor vaya a una escuela de su preferencia, mejora la calidad en promedio de los profesores que consiguen trabajo, y puede generar ahorros significativos para el Estado”. Sin embargo, aclaró, “igual persisten las inequidades e ineficiencias en la distribución. En Perú, por ejemplo, el 40% de las vacantes ofrecidas quedan desiertas. La mayoría de esas vacantes están en zonas vulnerables o remotas, mientras que otras escuelas concentran muchas postulaciones”.

Entre sus conclusiones, Elacqua aseguró que “la asignación centralizada y digital de docentes aumenta la transparencia, la eficiencia y el acceso equitativo a las escuelas”, y subrayó que “las estrategias basadas en economía del comportamiento pueden mejorar los resultados en la asignación de las vacantes”. Aclaró, de todos modos, que “la inercia y las barreras de información siguen generando desigualdades”.