El Diablito Echeverri contó cómo “inventó” su golazo en el triunfo de River ante Nacional: el consejo de un compañero que resultó decisivo

El juvenil de 18 años brilló en la victoria 2-0 del Millonario por la Copa Libertadores

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Corrían 15 minutos del duelo entre River Plate y Nacional de Montevideo en el Monumental, cuando Miguel Borja descargó para el Diablito Echeverri, quien encaró, decidido, como si en su mente ya tuviera el plan de vuelo. Enganchó hacia adentro y no dudó: sacó un derechazo esquinado, que picó antes de vulnerar la resistencia del arquero Mejía. Gracias a su golazo, el Millonario encaminó la victoria por 2 a 0 y se garantizó la cima del Grupo H de la Copa Libertadores.

Así, el juvenil de 18 años, que permanecerá en Núñez hasta fin de año, para luego sumarse al Manchester City, que pagó 25 millones de dólares para quedarse con su ficha, firmó su primera conquista en el máximo certamen continental y la segunda desde su debut en la élite de River, en 17 partidos (hay que añadirle tres asistencias). Y se marchó ovacionado a los 73 minutos, cuando fue reemplazado por Manu Lanzini.

“Estoy muy contento por la victoria porque la necesitábamos”, dijo tras el encuentro el chaqueño, figura de la selección argentina Sub 17 en el último Mundial, y parte del plantel de la Sub 23 que se clasificó a los Juegos Olímpicos de París. Y contó cómo inventó su gema, que dejó sin voz a los fanáticos riverplatenses.

Antes de arrancar el partido sabía que tenía que patear desde afuera. En el partido anterior le pegué desde afuera y se fue a cualquier lado. Pala (Agustín Palavecino) me dijo que le pegara que una iba a meter y así fue”, sorprendió con la revelación.

* La conquista del Diablito, con un remate quirúrgico

Y además de su grito y del triunfo, tuvo más motivos para marcharse feliz del Antonio Vespucio Liberti. “Estoy aguantando los 90 minutos y eso no tiene que ser un problema”, cerró, en alusión de que ya no le pesa tanto el desgaste de los partidos como cuando irrumpió en Primera.

Tuvo más posibilidades para anotar, como un remate desde la izquierda que cayó en las manos del guardameta, o un intento dentro del área, en el que le pegó con cara interna e intentó ubicar el balón, pero le salió al medio. Lo importante: además del menú de gambetas que ofrece siempre, se empieza a amigar con las oportunidades para anotar. O con el gol, directamente.

Ya venía de ser figura, con un puñado de minutos, en el debut triunfal de River ante Deportivo Táchira en Venezuela. Y ahora directamente se anotó en el marcador, con un tanto casi prefabricado.

* Las principales alternativas del duelo copero en Núñez