Entrevista a Mariano Zabaleta: la “impunidad” del jugador, el día que provocó un retiro masivo en el tenis, la caótica Copa Davis de los sillazos y la fórmula secreta de Nadal

El hoy vicepresidente de la AAT fue 1 en junior, 20 del mundo profesional y parte de la mítica Legión. Estuvo como subcapitán de Copa Davis y hasta creó un formato televisivo. “El tenista cuando es joven roza la impunidad constantemente porque tiene todo al alcance de su mano”, se sincera

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"El tenista cuando es joven roza la impunidad constantemente porque tenés todo al alcance de tu mano" (Foto: Maximiliano Luna)
"El tenista cuando es joven roza la impunidad constantemente porque tenés todo al alcance de tu mano" (Foto: Maximiliano Luna)

Gastón Gaudio está reclinado en una de las sillas del Racket Club con la mirada posada sobre la pantalla de su celular mientras Mariano Zabaleta se muestra activo en pleno debate tenístico entre sorbo y sorbo de café. No grita, pero su tono es inconfundible. Advierte la presencia de Infobae y se eyecta de su silla. Saluda, presenta a los integrantes de su mesa y propone otro sector para hablar con calma. El Negro es pura energía y así lo es a largo de la entrevista. Su verborrágico discurso hipnotiza por la pasión con la que detalla el proyecto en el tenis femenino, la sinceridad al analizar la “impunidad” del tenista o la crudeza para recordar por primera vez la caótica serie de los sillazos contra Chile por Copa Davis a dos décadas del escándalo.

Zabaleta fue número 1 del mundo en juveniles, uno de los mejores 20 del mundo como profesional y parte de la mítica Legión. Fue subcapitán de Copa Davis y es vicepresidente de la Asociación Argentina de Tenis. Tuvo su propio –y revolucionario– programa de televisión que sentó precedentes con su formato, pero también fue panelista. Quizás la mejor definición sobre él es que es energía en constante dinámica. No hace falta compartir demasiado tiempo para percibirlo. De su boca casi no salen pausas y la franqueza lo domina para hablar. A veces la ansiedad por el tema lo lleva a interrumpir la misma pregunta para darle inicio al relato. Anécdota tras anécdota, se anima a contar la fórmula de la humildad de Rafael Nadal que le confesó su tío Toni o las cargadas sinceras de Nalbandian cuando perdió con un joven Roger Federer.

— Entre tantas otras, hay una escena increíble en tu vida: ¿Cómo te diste cuenta que no querías jugar más al tenis profesional?

— Me di cuenta en un momento que me fui de ranking... Después pensé que recuperando el ranking iba a ser feliz. Recuperé el ranking, me maté entrenando y cuando lo logré me di cuenta que era igual de infeliz que cuando estaba 200 del mundo. Estaba jugando un torneo en Lima en un día feo, gris, asqueroso, contra Charly Berlocq que corre como un loco (NdR: Challenger en 2009). A las 10 de la mañana encima, me había levantado temprano. Jugamos dos o tres games, que duraron 40 minutos cada game. En un momento estaba corriendo, me quebró el saque y dije no tengo ganas de estar corriendo con este deporte, no quiero jugar más y me fui. Le dije al árbitro “me voy”. Me dice “no, tenés que llamar al médico por reglamento”. Le respondí: “No, me voy, quedate tranquilo que no juego nunca más”. Y nunca más jugué, me retiré. Me acuerdo que Charly dijo “¿estás lesionado?”. Y le contesté “Charly, no juego más. Final". Me cayó la ficha, lo sentí. Nunca más agarré la raqueta en mi vida.

— ¿Provocaste un retiro masivo?

— ¡Es verdad! Puerta y Gaudio me culpan a mí, pero en realidad yo fui el que tuvo los huevos y tomó la decisión porque ellos estaban teniendo la misma tristeza que yo.

— ¿Se charlaba?

— Yo dormía con Mariano Puerta y cuando llegué a los 20 minutos a la habitación me dijo ¿qué hacés? Y le dije: “No juego más”. Se reía... “Me voy a Buenos Aires”. Hablé con la agencia, había un vuelo a las tres de la tarde y me iba para el aeropuerto. Me dijo “pará, yo me voy también, no juego más”. Me acuerdo que llamó al club porque estaba Lucho Horna, que era el director del torneo, y le dijo “Lucho, no juego más yo tampoco”. ¡Y no jugó nunca más! Después ese mismo fin de año dejó el Gato. Él jugó un tiempito más, pero cuando quedó afuera y vio que nosotros estábamos fuera del tenis divirtiéndonos se volvió loco. Creo que fue eso un poco.

"Gastón jugó un tiempito más, pero cuando quedó afuera y vio que nosotros estábamos fuera del tenis divirtiéndonos se volvió loco"
"Gastón jugó un tiempito más, pero cuando quedó afuera y vio que nosotros estábamos fuera del tenis divirtiéndonos se volvió loco"

— ¿Cómo se hace para ser número 1 del mundo?

— En Junior (1995)... Jugaba muy bien, la verdad que jugaba muy bien. Tenía talento. Se dio el año que fui número 1 que gané Roland Garros. Jugaba poco en esa categoría porque desde muy chiquito ya estaba en profesionales, pero jugué tres o cuatro torneos muy importantes en Junior y los gané. En Roland Garros le gané la final a Puerta, en el Orange Bowl a Tommy Haas. Eran jugadores muy buenos de la camada nuestra, eh. Y de repente quedé número 1. Gané tres o cuatro torneos importantes y quedé 1. Fue increíble, porque tenía 17 años y es medio loco ¿no? que te digan “sos el número 1 del mundo”.

— Sos el mejor en lo que hacés...

— Claro, el mejor del mundo. No es joda. En ese momento no lo analizaba por ahí de la manera que lo analizo ahora. Para mí no era importante, te soy sincero. Porque lo importante era jugar bien en profesionales. Hoy, con el diario del lunes y con 40 años, me siguen preguntando por el número 1, así que indudablemente fue importante y fue muy loco para mí y para mi familia. Ser número 1 del mundo era muy loco.

— ¿En qué se notaba?

— No cambió en nada para mí. Yo viví siempre en Tandil, mi viejo y mi vieja nunca me presionaron para jugar al tenis. A mis hermanos imagino que le habrán cambiado un montón de cosas de su vida porque empecé a ser más conocido... Que todos te pregunten cosas de tu hermano. Pasa a cambiar todo el transcurso de la familia, algo que yo más de grande me di cuenta.

— Estás como inconsciente en ese momento...

— Sí, vos jugando sí porque estás en la burbuja del tenis. Yo a los pibes siempre les digo que el tenis es una burbuja muy chiquita en el mundo. Cuando estás en el mundo del tenis perdés y creés que todo el país está triste porque vos perdiste. Se lo he dicho a Schwartzman, que cuando vos perdés no le importa a nadie. Vos perdiste y tu mamá por ahí, que es la persona que más te ama, esa misma noche se va al cine con las amigas. Lo digo eso para sacarle presión. El tenista dramatiza mucho y piensa que todo el mundo está recontra pendiente de cómo salió. Creo que lo alivia mucho porque en la locura y la burbuja del tenis pensás que sos mucho más de lo que sos realmente en el país y en el mundo.

— En esa locura entra también el romper raquetas... ¿Cuántas raquetas al año rompías?

— Rompía muchas... Yo jugaba con Head, estaba bastante loco de la cabeza. Aprendí a controlarme con la edad pero cuando tenía 20 o 21 años, sos tenista, te va bien, ganás plata... Creo que el tenista cuando es joven roza la impunidad constantemente porque tenés todo al alcance de tu mano, tenés gente alrededor que te dice “qué bueno”. Poca gente te dice “che, maestro, estás errando”. Me llamaron de la marca de raquetas y me dijeron te estamos dando a vos entre 50 y 60 raquetas al año, y a Agassi le damos 15. ¡No sos Agassi! Te vamos a empezar a dar 15 y cuando empieces a romper vas a empezar a pagarlas. Bajé de 50 a 20, me sirvió, pero el error que cometieron es que me las cobraban baratas. Creo que ahí tendrían que haber ido con todo y decir cada vez que rompés te las vamos a cobrar más caras. Eso hubiera sido lo que hubiera funcionado.

"Me llamaron de la marca de raquetas y me dijeron te estamos dando 60 raquetas por año; y a Agassi 15" (Foto: AP)
"Me llamaron de la marca de raquetas y me dijeron te estamos dando 60 raquetas por año; y a Agassi 15" (Foto: AP)

— Mencionaste que el tenista cuando es joven tiene cierta impunidad, ¿en qué se nota?

— Sos joven, te va bien, ganás dinero, tenés gente alrededor que te idolatra, es el único deporte en el que vos le pagás a un tipo para que te diga las cosas que tenés que hacer. Tenés acceso a muchas cosas, sos joven, mujeres que te dan bola, muchas cosas que tenés que tener los pies bastante sobre la tierra para controlarte. La mejor respuesta que escuché en mi vida me la dio Toni Nadal cuando estábamos hablando de Rafa. Cada vez que tengo llegada a su entrenador me encanta preguntar cómo reacciona y cómo vive el tipo, porque eso es una megaestrella mundial. Creo que Toni tuvo mucho que ver en la forma de cómo educarlo a Rafa, porque lo ves y es un tipo recontra humilde, educado, cuando podría ser un loco. Y ves a jugadores de mucho menos nivel que se piensan que son Messi, Cristiano Ronaldo o Nadal mismo. ¿Por qué es Rafa así? El tipo dice que toda la vida le dijo a Rafa vos jugás al tenis muy bien, con una raqueta y una pelotita, pero cualquiera puede jugar al tenis. Un genio es Steve Jobs, que cambió el mundo. Eso es un genio. Vos jugás al tenis, que al tenis juega ni el 1% del planeta, porque no es el fútbol, y vos jugás bien con un raqueta y una pelota. El problema, dijo él, es cuando vos a los niños de 12 o 13 años porque juegan bien al tenis les empezás a permitir cosas que no son de su edad. Ahí se crea el monstruo. Cuando vos le empezás a aceptar a un pibe de 14 años porque juega bien que falte el respeto, cosas así. Ahí es cuando hay que educar al jugador. El jugador se tiene que dar cuenta que juega al tenis y nada más. No está haciendo nada por la humanidad, no tiene que creerse más de lo que es. Aquella me pareció una respuesta excelente y recontra terrenal. Creo que ese es el mensaje que hay que dar. Lo estamos intentando construir con Squillari que maneja menores de 18 o con Coria, por ejemplo, que maneja menores de 12. El mensaje es el mismo.

— ¿Cómo es eso que Nalbandian te reprochó una vez que habías perdido con Federer en polvo de ladrillo?

— Teníamos ese diálogo porque era normal para nosotros. Jugué en Montecarlo con Federer (2002) y en polvo de ladrillo yo era duro, jugaba muy bien a mi criterio. Él era un gran jugador, pero en polvo nosotros lo veíamos como que hacía agua en muchos aspectos. Yo tendría 24 años y él 21. Me tocó primera ronda de Montecarlo y pierdo 7-6 y 6-4. Partido durísimo, yo jugué un huevo pero me ganó. Nalbandian le gana no sé a quién y después jugábamos en contra; él pensaba que yo le iba a ganar y que nos enfrentábamos. Estábamos en el vestuario, llega y me dice “¿y?". “Perdí”. “¡No podés perder con Federer!”. Perdí boludo, me estás jodiendo, jugó un huevo el flaco, yo quería excusarme. Me decía que en polvo no podía perder. Al otro día lo fui a ver: le puso 6-2, 6-1 Nalbandian a Federer y lo cagó a pelotazos. Era el Federer que siempre cuenta Nalbandian que no era tan bueno del lado del revés, algo que después obviamente mejoró y fue el mejor jugador de la historia.

— Pero igual le ganaste una vez...

— En el cemento de Miami (2000). En ese momento para mí era lo mismo, te soy sincero. Hoy porque es Federer y mucha gente me dice le ganaste a Federer, increíble. Porque son pocos los tipos que le ganan a Federer en el mundo porque no pierde nunca. Pero bueno, me da mucha felicidad. Me imagino el día de mañana poder contarle a mis hijos que yo le gané una vez al tipo este. Federer no era número 1, pero estaba ahí. Ya se veía que era un crack. La diferencia de Federer, Nadal y Djokovic es cómo resuelven los problemas en el momento importante. En eso tienen una frialdad y están un paso adelantados. Y eso es como tener la data del lunes. Para mí es como tener la data de quién va a ganar el Superclásico, la tienen, es así de simple. Entonces es más fácil para ellos que para el resto.

— ¿Pero estudian al rival o ya están en un nivel que hacen su juego?

— Tenés mentalidades. Nadal sí sabe todo del rival, me ha tocado estar en cenas y hablar de jugadores. Sale cualquier jugador, que vos pensás que quizás no es una gran amenaza, pero el tipo sabe cómo juega. Le podés preguntar cómo juega y te dice el tipo es muy bueno porque saca muy fuerte. Y vos decís ¡Dale, sos Nadal! Ese grado de preocupación Federer no sé si lo tiene, no conviví con él. Con Rafa sí un poquito más porque era muy amigo de Pico (Mónaco). Y Djokovic tengo entendido que también es un loquito que sabe cómo juega cada uno, cómo entrena, los partidos cómo juega en cada superficie.

— Quedaste marcado durante un momento de tu carrera por los “sillazos” del 2000 por Copa Davis con Chile, ¿pudiste digerir esa situación?

— Fue terrible. Esa fue una fea que me tocó vivir. Es un partido que se descontroló, el responsable 100% es la gente de la organización. Éramos jóvenes también. Siempre digo que Massú tuvo una actitud que podría haberlo manejado de otra manera, yo tuve una actitud que podría haberlo manejado de otra manera. Sos más pendejo, estás con la euforia, la locura, el partido lo tenía prácticamente ganado, no tenía necesidad de hacer nada (5-7, 6-2, 7-6 y 3-1). Que de un partido te saquen a patadas, te rompan la cabeza, te caguen a piñas, se descontrole, nunca más lo vi en el tenis. ¡Una mala leche! A mí me afectó eso. Yo venía así –hace una línea para arriba con sus manos– y estuve tres o cuatro meses que fueron horribles. Primero porque había periodistas que decían que yo era culpable, Massú que era amigo mío no me habló dos años y además ver a gente que yo quería haciéndome responsable porque nos fuimos, porque no jugamos. Era algo para lo que no estaba preparado. Yo estaba seteado para vivir un partido, la presión de un partido de Copa Davis, pero ese tipo de situaciones es como que te viene un palazo en la nuca que nunca viste venir. Tuve que lidiar con eso y me afectó. Venía teniendo un gran año y después creo que perdí once primeras rondas hasta fin de temporada. Obviamente me afectó mentalmente. Después suspendieron a Chile dos años. Fue una cagada de la vida que me tocó vivir. Estaba en pleno ascenso, mejor ranking (21° del mundo) y me afectó mucho.

Se desató una batalla

— ¿Hoy en día en la cena familiar o con amigos se habla todavía?

— No, nunca más hablé de Chile. Te soy sincero: hace poco por primera vez lo volví a ver porque me mandaron dos documentales de diez minutos. Vi el primero, pero el segundo lo vi por la mitad porque eran sensaciones encontradas. Pero es impresionante. Ya me había olvidado de la locura que vivimos, porque fue una locura, eh. Podrían haber matado a alguien eh, no es joda. A mí en un estadio de 15 mil personas cerrado me cayeron piedras así al lado, me pegaban en la cabeza y me podrían haber matado. Fue una locura total que por suerte no hubo ninguna muerte.

— Cuando estabas viendo los videos, ¿qué te pasaba por dentro?

— ¡Horrible! La verdad que una situación horrible, estamos hablando de tenis. No tendríamos que haber llegado nunca a eso y menos yo, que tenía 20 años. Sos un nene. Ya la presión de jugar un país contra otro país, lo que es Argentina-Chile. Después vivir eso es horrible y con 20 años no estás preparado para lidiar con eso.

LA “UNIVERSIDAD” QUE DEBEN PASAR LOS TENISTAS Y EL ESCÁNDALO CON LAS APUESTAS ILEGALES

Zabaleta es actualmente vicepresidente de la Asociación Argentina de Tenis (Foto: Maximiliano Luna)
Zabaleta es actualmente vicepresidente de la Asociación Argentina de Tenis (Foto: Maximiliano Luna)

— El retiro es un tema siempre controvertido en todos los deportistas, pero en el tenis no veo casos de jugadores que hayan terminado mal después de terminar la actividad, ¿por qué?

— La verdad que es un deporte en el que se gana dinero y tenés jugadores a los que les fue muy bien y jugadores que no. Yo lo que veo es que la mayoría, más allá de cómo les haya ido económicamente, sigue trabajando porque nos gusta trabajar. No tengo como principal objetivo en mi vida ganar plata, me gusta trabajar, hacer cosas. Es más, en la AAT trabajamos gratis.

— ¿Pero por qué no hay casos tan habituales de caídas estrepitosas?

— El tenis es un deporte que te educa. La verdad que no hay tantos casos de locuras como sí se ven en otros deportes, pero a algunos les ha ido bien y a otros mal, pero más allá de eso todos siguen trabajando.

— ¿Es una cuestión de educación entonces?

— No sé si es una cuestión de educación o no, no quiero usar esa palabra. Pero sí que el tenis te va formando y enseñando una manera de trabajar. He visto pocos casos, pero hace poco tiempo Boris Becker se había quedado sin plata por ejemplo. En Argentina, toco madera, pero no escuché a nadie que haya pasado alguna tragedia. El tenis más allá de dinero o no dinero, te deja una cultura de vida, de responsabilidad, de respeto y todo lo que son los valores que queremos ir metiendo en los menores nosotros ahora para que crezcan. Mismo en la formación que hay, porque la ATP cuando llegás te exige hacer como una “universidad” cuando tenés 18 años explicando qué hacer con la plata...

— ¿Cómo es eso?

— ATP te hace tomar un curso obligatorio, que es excelente. Cuando vos entrás al profesionalismo o tocás el 100 del mundo, tenés que hacer un curso en Miami de cuatro días. El curso es: cómo manejarte financieramente, cómo manejarte con la prensa, cómo responder o acudir si llegás a tener un problema de cualquier tipo, sea de drogas o lo que sea. Y me parece excelente. Más allá de que le des bola o no, es obligatorio y tenés que escuchar a cinco tipos que tienen hablar de finanzas, de qué hacer con tu plata. Mismo la ATP te propone trabajar con un banco que de alguna manera te cuidan las inversiones; o también tiene organizado un sistema de pensiones que vos cuando terminás de jugar tenés una pensión que empezás a cobrar a partir de los 50 años. Está bastante organizado y eso ayuda a que el tipo abra la cabeza y entienda un poco cómo funciona todo el mundo cuando sos joven y empezás a ganar dinero.

"Más allá de la apuesta o no la apuesta, es lo que sufre el pibe fuera de la cancha cuando los amenazan" (Foto: Maximiliano Luna)
"Más allá de la apuesta o no la apuesta, es lo que sufre el pibe fuera de la cancha cuando los amenazan" (Foto: Maximiliano Luna)

— Se destapó el debate en torno a las apuestas ilegales en el tenis, ¿cuál es tu mirada al respecto?

— Creo que la ATP y la ITF tomaron bastantes cartas fuertes en el asunto. Suspendieron mucha gente que estuvo involucrada, están con una empresa que están investigando hace años. Me junté con ellos acá, con el TIU (Unidad de Integridad del Tenis), en Buenos Aires. Como Federación estamos trabajando con ellos pasándole información y datos de los torneos que se juegan en Argentina. Estamos trabajando y nos adherimos a un sistema de ellos para cortar con todo. Más allá de la apuesta o no la apuesta, es lo que sufre el pibe fuera de la cancha cuando los amenazan, que en los últimos años cuando los pibes pierden las amenazas las reciben por Twitter o Instagram.

— ¿Pero cómo es el sistema de los apostadores para atraer deportistas?

— No tengo idea, pero sí sé cuando se quejan los jugadores y más los argentinos, porque se quejan que les mandan mensajes privados cuando pierden un partido puteándolos o amenazándolos. Ahí está el TIU trabajando y la idea es que lleguen a esos personajes que son los que manejan las mafias de las apuestas para que puedan meterlos presos o hacer que al menos no tengan llegadas a los jugadores. En los torneos está bastante cubierto porque hay gente de seguridad y cuando hay alguna duda los sacan a patadas, eso está cubierto.

— A los jugadores de Argentina que cayeron en esa situación, fueron tentados o amenazados, ¿cuál es tu consejo?

— El consejo es que tenés un montón de herramientas por si te sucede eso para denunciar o pedir ayuda, que eso antes no existía. Los jugadores lo saben hoy y lamento en lo más profundo a los que le tocó vivir, son argentinos que vivieron una situación fea. Porque es horrible y son situaciones que uno no está preparado para vivirlas como ser humano. Hoy tenés un montón de herramientas para denunciar, para quejarte o pedir ayuda. En eso creo que están bastante cubiertos, no solo los argentinos, sino todos los jugadores en el mundo.

— Al igual que está ocurriendo en la sociedad, en el deporte se están imponiendo entre otras cosas los debates sobre igualdad de género y homosexualidad, que muchas veces se habla que los deportistas no expresan su sexualidad libremente por miedo o por lo que sea, ¿cómo ves la mentalidad del tenis en este caso?

— No le doy pelota sinceramente porque para mí es todo lo mismo, no importa el gusto sexual que tengas para que te pongan algún adjetivo en la vida. No me interesa si un tipo tiene que aclarar qué le gusta. No conozco casos en el tenis, pero porque no he leído, probablemente si me pongo a investigar haya. Me parece que ya es viejo tener que salir a aclarar cuál es tu gusto sexual, por una forma de decirlo, para tener que vivir dentro de una comunidad. Me parece que es prehistórico. Para mí ya es un retraso fuertísimo que los pibes tengan que aclarar algo de ese tema.

EL SUEÑO DE VOLVER A TENER JUGADORAS EN LOS PRIMEROS PLANOS DEL TENIS FEMENINO

Calleri –presidente de la AAT– y Zabaleta junto con el presidente de la Federación Internacional de Tenis
Calleri –presidente de la AAT– y Zabaleta junto con el presidente de la Federación Internacional de Tenis

— ¿Por qué meterte en el lío de la política en el tenis?

— Primero porque amo el tenis y estaba convencido de que no estaba funcionando la federación de tenis como yo veía que funcionaban otras en el mundo. Llamé por teléfono a todos los chicos de la Legión dos años antes de la elección, nos juntamos y estuvieron todos de acuerdo en involucrarse. La mayoría de afuera nos dijeron es una locura, no se metan.

— De lo que hicieron hasta ahora: ¿cuáles son cosas que vos decís “estoy orgulloso”?

— El tenis femenino está olvidado en el mundo hace 20 años para que la gente entienda la situación. En Sudamérica está prácticamente con el respirador puesto. Nosotros estamos matándonos para que el tenis femenino vuelva a estar en primera plana. Obviamente no tenemos hoy las jugadoras que tiene el masculino que es lo que te atrae a que todos los niños jueguen. Nosotros presentamos un proyecto en el femenino que es a cuatro o cinco años. Primero que bajó mucho la cantidad de chicas jugando al tenis en el mundo, pero en Argentina más que nada porque se fueron muchas al hockey o a otros deportes. Queremos que vuelva a resurgir el tenis femenino.

— ¿Está abierto el panorama en el tenis femenino a nivel mundial para que aparezca una jugadora argentina peleando rápidamente?

— En Sudamérica hay un problema muy grande que es que no hay torneos. Nosotros en Argentina estamos invirtiendo y matándonos para que haya torneos. El tenis femenino en el mundo en muchos lugares se ve más que el masculino, por ejemplo en Estados Unidos el US Open tiene muchos más televidentes cuando juegan las mujeres o Serena Williams específicamente. Esos datos no se saben mucho, pero los tengo porque me los manda la WTA. Para el televidente funciona, le gusta, entonces en algo le estamos errando.

— ¿Cómo hicieron ustedes, los integrantes de la Legión, para dejar las rencillas en el pasado?

— Porque madurás, crecés y llega un momento que se pierde la impunidad esa, por una forma de decir, de soy más que vos, soy cocorito, gané esto, gané lo otro. Hoy en día estamos todos más grandes, tenemos hijos, estamos metidos en esto por amor. Tenemos claro que todos tiramos para el mismo lado. Ninguno arenga yo tengo este cargo y vos no. Somos todos lo mismo.

— ¿Qué tiene que tener un capitán de Copa Davis verdaderamente? ¿por qué terminaron optando por Gaudio?

— Tenés que tener buena sensibilidad con los jugadores. Para mí la visión es saber elegir el momento de cada jugador, como en el fútbol. En Argentina los capitanes son privilegiados porque siempre hay un abanico de jugadores y en algún momento de los últimos 30 años tuviste un mega crack que estaba en ese momento jugando muy bien. Creo que el Gato es un personaje muy inteligente en el mundo del tenis, sabe mucho de tenis y veo cuando convive con los jugadores. Para ellos nutrirse de un jugador del nivel del Gato, de lo que fue, es muy bueno. Y que pueda decirte algo en un momento importante en la cancha, pueda transmitirte algo, eso es de lo que tenés que nutrirte como jugador. Yo veo que es lo que hacen Pella, Schwartzman, Delbonis, Mayer o Londero por decir algunos nombres cuando hablan con él.

— ¿Ves esa unión entre el Gato y los jugadores?

— Sí, se llevan bien los pibes, lo respetan mucho, después depende del trabajo del capitán, los lazos y cómo genera la relación. La idea es que si hay un capitán en la silla pueda aportar no solo en la semana de Copa Davis, si no también en el año. Los jugadores saben que lo tienen a disposición, lo he visto en charlas con Schwartzman en Roland Garros, por ejemplo. Schwartzman, que yo lo considero un tipo muy inteligente, le preguntaba todo: “¿Vos cuándo estabas acá qué hacías?”. Eso es lo que creo que te puede aportar fuera de la semana de Copa Davis también.

— Más allá de que recién está volviendo de una lesión, ¿cuál es la relación con Juan Martín del Potro? ¿piensan en él como un impulso del tenis a nivel local?

— Juan Martín es uno de los mejores jugadores de la historia de Argentina, lo que ha logrado en el aspecto personal de ganar un Grand Slam, de estar 3 del mundo como Coria y Nalbandian. Es un gran jugador y lo que más le deseamos como Federación es que el tipo sea feliz, que se recupere porque ha pasado unos calvarios con sus lesiones increíbles que no se lo deseás a nadie; porque te ponés a pensar y estuvo tres o cuatro años fuera del circuito por lesiones en una carrera de 10 años. Es un tipo que siempre se recupera, que va a tener en su vida una perseverancia terrible porque vuelve a recuperarse y vuelve a jugar al mejor nivel. Lo que más me impresiona de Del Potro es que vuelve después de seis meses, juega un torneo y llega a la final. ¡Imaginate lo que juega!

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