Martín Gambarotta: “Escribir es algo muy físico”

El poeta que marcó a una generación con “Punctum”, elogiado por Fogwill, regresa luego de una década con “Sangría”, un poemario que nace del silencio elemental para que las palabras tomen la hoja

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Martín Gambarotta en las calles de su barrio, en Buenos Aires
Martín Gambarotta en las calles de su barrio, en Buenos Aires

¿Qué necesita un poeta para ponerse a escribir? El que responde es el reconocido y experimentado poeta Martín Gambarotta (Buenos Aires, 1968) que llevaba varios años sin publicar (el último fue Para un plan primavera del 2011) y ahora acaba de sacar Sangría (Rapallo, que es editorial y revista): “El silencio, entre comillas, tiene que ver con encontrar la situación en la que pueda ponerme a escribir un libro de poemas o un poema fragmentado. Necesito tener una situación de seguridad sobre el presente que se da pocas veces. Estar bien, estar tranquilo, no tener demasiadas preocupaciones. Es casi como un estado lisérgico, de tomar un calmante para que todo esté bien. A partir de ahí no es tanto empezar porque empezar se empiezan muchas cosas, sino continuarlo y llevarlo al final. Escribir es algo muy físico”. Antes de Sangría, cuenta, había empezado varias cosas pero ninguna había avanzado. Con el libro sobre la mesa, Gambarotta entrega su cuarta obra en 27 años. Su primer libro, el icónico y generacional Punctum (“un libro completamente inconsciente”, dice) que tuvo muchas ediciones con leves diferencias, salió en 1996 y marcó esa década (y a las generaciones siguientes).

Sangría dice en un momento: Con o sin hielo/están todos haciendo/lo mismo salvo una/que está haciendo algo/distinto de lo que todos/están haciendo. Se podría pensar que hay una mirada sobre este momento histórico: seres yendo hacia algún lugar (podríamos decir moda, podríamos decir tendencia) mientras que hay alguien (el elemento anómalo que hay que descubrir porque el poeta es alguien que señala lo que nadie está mirando) que se enfrenta a eso (se lo puede llamar rebeldía, se lo podría llamar punk). Sin embargo, un libro de poemas se maneja siempre sobre lo elusivo, lo que es poco claro, que tiene que ser dilucidado.

El trabajo del lector es fundamental. ¿Hay un tema? El que responde es Martín Gambarotta: “También se puede pensar que hay más de un tema que se van encontrando. O temas que me interesaba tocar y que empezaban a tocarse pero que en otro momento no funcionaban. Los temas son parte del armado del libro. Un tema que me interesaba, por ejemplo, era la lucha de poder. Que pareciera ser algo que se da solamente en las altas esferas y en realidad en cualquier organización o sobremesa ocurre. Si hay cinco personas en una mesa, hay uno que está en problemas. Eso me interesaba”. Más adelante, Sangría dice: “Este es un rifle/para disparar dardos/tranquilizadores”. Y culmina así: “no es un rifle para disparar/un tiro de gracia”.

"Necesito tener una situación de seguridad sobre el presente que se da pocas veces", explica Gambarotta su largo intervalo entre este libro y el anterior
"Necesito tener una situación de seguridad sobre el presente que se da pocas veces", explica Gambarotta su largo intervalo entre este libro y el anterior

Cuando Leónidas Lamborghini dijo “Di tu palabra y eso será poesía” estableció un canon de búsqueda y expresión para los poetas de esta parte del mundo. La palabra que interviene es poética en la medida que el sujeto que la pronuncia es un poeta. ¿Son las palabras las que arrastran los temas en poesía o es al revés? Explica Gambarotta: “Ahí lo que está diciendo es que si tu palabra es honesta, es verdadera, eso se va a transformar en poesía. Eso significa que hay palabras, porque escribir es un diálogo en tu cabeza, pero en el mejor de los casos hay experiencia, que es algo que tenemos todos”.

La sangría como bebida, la sangría del tabulado, la sangría como esa imagen de perder sangre. Y agrega el poeta: “Y cuando nace un bebé hay sangre, por más tecnología que exista hay sangre”. La multiplicidad es territorio de lo poético. Y este libro también funciona en esa diversidad. Escribe: “Cuál es el apuro para/llegar impuro hasta/esta puerta”. De algún modo, esta nueva obra de Gambarotta dialoga con todos sus libros. Por ejemplo: pensar en Punctum y la idea de la sangre derramada. Pero el tiempo pasa y las cosas cambian. Por eso, ahora Gambarotta también busca llegar a nuevas situaciones de escritura. Lo sabemos: las condiciones modifican los resultados.

Cuenta: “Inicialmente estos poemas los escribí en una tablet vieja que tenía y eso me permitió ver la hoja de otro modo, ver los versos plantados en el aire. A partir de eso pude darle un armado final. De todas maneras, el intento siempre es hacer algo nuevo, o por lo menos no parecido a lo anterior. Le tengo mucho miedo al hecho de copiarse a uno mismo, la peor de las copias, el peor de los caminos”. En ese sentido, Sangría nos permite ver el trabajo de los últimos dos años de trabajo del autor. Porque la poesía siempre está en estado de presente. Escribe en un momento: “Es un cactus en invierno/hay que dejarlo tranquilo/estando sin estar/donde no debería estar”.

Martín Gambarotta acaba de publicar "Sangría" (Rapallo ediciones)
Martín Gambarotta acaba de publicar "Sangría" (Rapallo ediciones)

—¿Qué significa escribir poesía para alguien con trayectoria y experiencia?

—Un poema es lo más insignificante y a la vez lo más libre. Por eso yo veo la escritura como un acto performático, algo que estás haciendo y después va a salir. Y en ese sentido es difícil tener tiempo de ser un freak absoluto o serlo constantemente para internarse dos o tres días en escribir y que eso funcione. El medio ambiente argentino no te lo permite. De todas maneras el hecho de la escritura fue evolucionando en mi vida. Yo tuve un periodo de estar muy conectado que fueron como diez años. Después me desconecté y no salía nada. Ahora sucede en los momentos en los que puedo conectarme. Con la salida de Sangría es un alivio porque no tengo que pensar en conectarme”.

—¿Cómo es publicar de forma tan espaciada, cada tantos años, para un poeta?

—Siempre estoy buscando el poema y anotando cosas y pensando que voy a llegar a algo. Siempre pienso qué bueno sentarse y escribir algo. Entonces no sé si me llevo bien con mi ritmo de publicación espaciado. De todas maneras nunca me desesperé por publicar. Eso del silencio se perdió un poco en la literatura argentina. Porque los silencios marcan algo. Ahora hay una hiperproducción y una hiperpublicación. No digo que esté mal, porque también es socialización. Yo tengo algo medio tortuoso sobre qué publicar de lo mío”.

—¿Cuándo se termina un libro de poesía?

—Eso es raro. Es una sensación. Como tener una sensación, que aparezca una continuidad en la cabeza que vaya armando los poemas o los fragmentos y ahí es como que yo mismo me convenzo de que eso puede funcionar. Voy detrás de la idea de un conjunto, de un todo. Ese todo necesita una cierta cantidad de tiempo para armarse. Y eso lo respeto”.

[Fotos: Maximiliano Luna]